La industria informática cada vez avanza más, uno de los principales motivos por los que estamos viendo una gran cantidad de novedades tiene que ver con la aparición y auge de la inteligencia artificial. Esto es lo que ha llevado a Seagate a desarrollar un nuevo tipo de sistema de almacenamiento muy distinto al que podemos encontrar actualmente, ya que quieren combinar lo mejor de los discos duros tradicionales con las capacidades de los modelos SSD al utilizar NVMe para mejorar su rendimiento.
Una de las principales preocupaciones que tienen las grandes compañías cuando comienzan a entrar en el terreno de la IA tiene relación con la forma de gestionar los datos que genera, ya que es una tecnología que requiere dispositivos de gran capacidad pero que a su vez resulten extremadamente rápidos. Por este motivo muchas empresas no tienen una solución más allá de utilizar modelos SSD diseñados para profesionales como son los que utilizan la interfaz U.2 o E1.S, aunque tienen un gran problema y está relacionado con los precios que tienen ya que son mucho más caros que un HDD convencional.
Seagate propone una forma de eliminar las limitaciones de SAS/SATA en los HDD
Desde hace muchos años Seagate es una compañía que ha centrado sus esfuerzos en ofrecer una gran cantidad de versiones distintas de almacenamiento centradas principalmente en el uso de los discos duros convencionales. Pero estos cuentan con una serie de limitaciones que no pueden hacer frente a los SSD ya que aunque sean más baratos y ofrezcan más almacenamiento, están quedándose atrás en términos de velocidad algo que obviamente es más que necesario en la actualidad debido a lo exigentes que son las nuevas tecnologías.
Por este motivo la compañía ha presentado durante la conferencia GTC de NVIDIA de este año un proyecto que están desarrollando actualmente, discos duros mecánicos basados en NVMe que ofrecen una velocidad de transferencia más alta. En este caso la compañía ha demostrado un sistema de prueba que combina los discos duros mecánicos NVMe junto con las cachés de las unidades de estado sólido NVMe y la unidad de procesamiento de datos BlueField 3 de NVIDIA.
Este sistema constaba de ocho discos duros mecánicos NVMe junto con cuatro cachés de unidades SSD NVMe conectados directamente a la DPU BlueField 3, lo que permite eliminar limitaciones en términos de rendimiento al no depender de las interfaces SATA ni SAS, aunque las conserva para preservar la compatibilidad con los sistemas existentes (pero no incorporan adaptadores de bus de host ni controladores personalizados). Según indica la compañía estos componentes pueden lograr una reducción de retrasos en la transmisión de datos de aproximadamente un 30%, pero sin necesidad de depender completamente de las soluciones únicamente flash.
El resultado final es un sistema que ofrece compatibilidad con interfaces anteriores mientras que integra la tecnología NVMe, permitiendo conseguir un sistema más asequible pero con un rendimiento más alto que el de las unidades HDD tradicionales, aunque es algo que únicamente llegaría al ámbito empresarial, podría ser también una solución para los usuarios que buscan tener una mayor capacidad de almacenamiento sin querer depender únicamente de dispositivos SSD.