Dragon Age llevaba ya una década completa lejos de los focos ya que Inquisition aterrizó en 2014 y ya entonces dividió a la comunidad que había alucinado con los dos primeros trabajos de Bioware. Ahora, con The Veilguard, vuelven a repetirse las trincheras entre los que entienden esta entrega como una especie de nuevo comienzo, para las nuevas generaciones, y los que quieren seguir anclados a las fórmulas RPG de principios de siglo.
No hará falta decir quién está detrás de esta saga. Bioware pasa por ser uno de los sellos emblemáticos de la industria de los videojuegos a lo largo del último cuarto de siglo, con obras maestras como los Mass Effect (algunos), Jade Empire o los Star Wars Knight of the Old Republic, por lo que es siempre una exigencia que sus trabajos están a la altura de ese legado. ¿Creéis que con este Dragon Age the Veilguard lo han conseguido?
Antes de nada hay que decir que esa gloria de Bioware se ha visto manchada en los últimos tiempos con unos trabajos más que cuestionables. Lo ocurrido con Mass Effect Andromeda no ayudó (aunque lograron arreglarlo con el tiempo), pero el auténtico palo a los fans llegó con Anthem, un juego que esbozaba grandes ideas pero que naufragó estrepitosamente. Así que lo que ocurriera con este Dragon Age the Veilguard era clave para conocer el camino que podemos esperar de los norteamericanos.
¿De dónde venimos con Dragon Age?
La saga Dragon Age tiene el privilegio de ser una de las que han marcado el género de los RPG a lo largo de los últimos 15 años. Con Origins, Bioware redefinió y mejoró la fórmula de los Mass Effect gracias a una narrativa extraordinaria llena de decisiones morales y líneas que se iban abriendo con cada nueva interacción con los personajes del juego. Eso sin hablar de las pausas tácticas, auténtica alma máter de la jugabilidad general y punto clave.
Con Dragon Age II la saga no estuvo a la altura (aunque hay quien defiende esta entrega), empezando por la historia, mucho menos ambiciosa que la de Origins. Igual pasó con Dragon Age Inquisition, que ya empezaba a profundizar en ciertos temas morales que sus personajes debatían en acaloradas y largas conversaciones que a muchos jugadores no les pareció que fuera determinante para mejorar la experiencia de juego.
Ahora, con Dragon Age the Veilguard y las luchas de poder en el mundo de Thedas ha vuelto la polarización entre fans, entre el bando de los que ven aquí un soplo de aire fresco perfecto para afrontar el futuro, y los que ven un insulto al legado original de la franquicia. De lo que han sido los pilares de la saga.
Dragon Age The Veilguard y los palos que está recibiendo
Por desgracia, el lanzamiento de Dragon Age the Veilguard no ha sido ajeno a la polémica. Prácticamente desde que se anunció el juego ha sido objeto de enormes críticas y debates dentro de la comunidad, con enfoques que van desde el entusiasmo mas incontrolado hasta la decepción. Precisamente, uno de los temas principales que han formado parte de esa discusión es que Dragon Age the Veilguard no es percibido por muchos como un juego típico de la serie. Como una continuación de la trilogía original. Algunos, los más acérrimos, critican esa simplificación de la jugabilidad y el estilo narrativo elegido, lo que les ha llevado a definir esta entrega como «un spin-off que se aleja demasiado de los elementos centrales de los Dragon Age».
Ese desapego que ha provocado entre algunos tiene que ver con la omisión de algunos personajes clásicos de la saga pero, sobre todo, la forma en la que se desarrollan los combates cuya pausa táctica ha sido simplificada hasta el extremo, para que las nuevas generaciones (sobre todo en consolas y que usan gamepad), se sientan cómodos y con la sensación de que son capaces de controlarlo todo en los combates con su grupo de héroes
En este punto, y a pesar de esas objeciones, hay que decir que la gestión táctica se siente rápida, fácil de manejar y con una innovación que está realmente bien como es la de los ataques cargados entre compañeros de grupo. No solo podemos indicar a quién ataca cada uno y con qué, sino que pueden combinar habilidades para multiplicar el daño sobre los enemigos. Algo que nos sacará de algún que otro aprieto en ciertas circunstancias.
Esto conlleva que Dragon Age the Veilguard sea lo que parece: un juego con el que Bioware intenta llegar a un nuevo tipo de público, que no es ni el de hace diez ni el de hace 15 años, y que requiere mayores ayudas y recursos que simplifiquen la experiencia. Menos menús, menos opciones para ser más ágil, directo y espectacular.
Cómo es Dragon Age The Veilguard
Al margen de las polémicas y todas esas historias, y dando la razón a los que afirman que Dragon Age the Veilguard se ha laejado de la esencia de la saga, aun así estamos ante un título que tiene muchísimos aspectos positivos y hay que valorarlos en su justa medida. El juego se centra en una nueva historia dentro del mundo de Thedas, pero en vez de recuperar las narrativas épicas y los conflictos de proporciones colosales de los primeros, opta por una cruzada mucho más pequeña, más de andar por casa pero igual de crucial para todos los habitantes del mundo.
La historia sigue teniendo una importancia capital (en nuestro intento por deterner a un villano, hemos provocado que dos dioses élficos, más malos que un dolor, se escapen de la prisión en la que descansaban), los personajes hablan y hablan y el nuestro, como siempre, tiene que ir eligiendo respuestas en función de las cuales nos tomarán por más o menos diplomático o más o menos agresivo. Eso, a su vez, nos irá granjeando mayores afinidades o conflictos con los miembros que vamos reclutando para el grupo así que, en esta parte, se parece bastante a los tres juegos originales y al savoir faire de Bioware en lo que a RPG con una enorme carga narrativa se refiere. Otra cosa es que la historia te dé un poco igual, o que no recuerdes nada de nada de las entregas anteriores, por lo que necesitarías rejugarte los primeros o, directamente, irte a YouTube para echarle un ojo a vídeos que te lo aclaren todo.
Visualmente, el juego ha recibido elogios por su diseño gráfico. Dragon Age the Veilguard ofrece un estilo muy característico, que no intenta ser realista y que juega con texturas que parecen pintadas con pincel. Eso beneficia su rendimiento, que en PC permite jugar con una enorme calidad en configuraciones bajas, no porque tengamos todos los efectos posibles activos y a tope, sino porque en sus versiones más rasas sigue teniendo un aspecto bonito. Ocurre inluso en handheld PC donde es posible disfrutar con bastante buen framerate en máquinas como Steam Deck, o en Asus ROG Ally y ROG Ally X, donde muestra su mejor cara.
Los combates de Bioware, ¿dónde están?
Pero al margen de la historia o del rendimiento gráfico, hay algo que preocupa a los gamers que están comprando el discurso de si este Dragon Age the Veilguard sigue siendo un fiel descendiente de los viejos RPG de Bioware, y hay que decir que no. Por momentos los combates con el grupo (seguimos escogiendo acompañantes en cada misión) parecen más un hack’n slash que otra cosa y los movimientos son libres por el escenario, con opciones de bloqueo de golpes y esquivas para encontrar la espalda del atacante. Como un souls.
Es por eso por lo que muchos se han enfadado, aunque Bioware haya querido meter una especie de pausa táctica que no es tal. Al menos, no se parece ni es tan compleja como la de Dragons Age Origins o Mass Effect, donde teníamos un mayor control sobre cada miembro del grupo. Ahora, solo podreos indicar el enemigo y quien le debe atacar. O hacerlo todos al mismo, seleccionando el poder activo y componiendo algo que han dado en llamar como ataques cargados que son especialmente poderosos y pueden llegar a borrar del mapa a un enemigo de un solo golpe.
Si queréis un mayor componente estretégico olvidaos, porque Dragon Age the Veilguard prefiere la sencillez, los conceptos que ahora se utilizan en multitud de juegos llamados hack’n slash y que dejan ese punto táctico para otros tiempos. Seguramente, este sea el elemento que más ha distanciado a los fans de la saga de conectar con la criatura de Bioware.
Un gran juego, aunque no parezca un Dragon Age
En conclusión, Dragon Age the Veilguard es una entrega interesante, que logra su objetivo de resituar la franquicia en un lugar más actual, más acorde a lo que se lleva en 2024 y que desconecta parcialmente del RPG que fueron sus tres antecesores. Aunque no es estrictamente un juego de Dragon Age en el sentido tradicional, logra explorar nuevos ángulos y narrativas que aportan frescura a la franquicia por lo que las polémicas alrededor de la simplificación del sistema de combate y la falta de ciertos elementos característicos son comprensibles, especialmente para los seguidores más fieles.
Al final, Dragon Age the Veilguard es un juego que puede ser disfrutado tanto por nuevos jugadores como por aquellos que buscan una experiencia de rol más ligera, sin demasiada profundización, y obviamente sin las complejidades estratégicas de sus predecesores (que tampoco es que fueran tantas). Y para los fans más veteranos de Dragon Age, podría ser una oportunidad de redescubrir Thedas desde una perspectiva diferente, y actual.