Mucho se está hablando en los últimos días de la ASUS ROG Ally, la primera consola portátil de ASUS que llega con unas características técnicas envidiables directa para competir con la Steam Deck, pero con la diferencia de que incorpora un hardware bastante superior y que utiliza sistema operativo Windows, por lo que en realidad lo que tenemos es todo un PC gaming, pero en forma de consola portátil. En este artículo, te mostramos nuestro análisis de primera mano de esta ASUS ROG Ally.
Equipada con una de las nuevas APU AMD Ryzen Z1 Extreme, especialmente optimizadas para consolas portátiles, la ROG Ally incorpora unas especificaciones dignas de un portátil gaming pero que cabe en la palma de la mano. Estas APU incorporan toda la última tecnología, como arquitectura Zen 4 en el procesador y RDNA 3 en la GPU, así como memoria RAM DDR5 y almacenamiento SSD PCIe 4.0 para que los juegos se inicien tan rápido como en un PC.
ASUS ROG Ally, características técnicas
ASUS ROG Ally | |
---|---|
Tamaño de pantalla | 7 pulgadas |
Resolución | Full HD (1920 x 1080) |
Características pantalla | IPS 120 Hz y 7 ms Brillo máximo 500 nits 100% cobertura sRGB |
Procesador | AMD Ryzen Z1 Extreme (8 núcleos, 16 hilos a 5,1 GHz, 8.6 TFLOPS) |
Memoria RAM | 16 GB LPDDR5 6.400 MHz |
Tarjeta gráfica | Radeon Graphics RDNA 3 (12CU a 2,7 GHz) |
Almacenamiento | SSD M.2 PCIe 4.0 512 GB |
Conexiones | Micro SD UHS-II WiFi 6E Bluetooth 5.2 ROG XG Mobile Interface USB-C combo (USB 3.2 Gen 2, DP 1.4) 3.5 mm audio |
Batería | 40 Wh Adaptador de corriente de 65W |
Precio | A partir de 599 dólares |
Como podéis apreciar, la ASUS ROG Ally está potenciada por la nueva APU AMD Ryzen Z1 en su versión Extreme, que incorpora 8 núcleos físicos y 16 hilos de proceso de arquitectura Zen 4 a 5,1 GHz, lo que combinado con su gráfica integrada de arquitectura RDNA 3 es capaz de proporcionar hasta 8.6 TFLOPS de potencia de cómputo de precisión simple (a modo de comparativa, una PS5 tiene 10.28 TFLOPS).
Asus ha integrado una pantalla táctil de 7 pulgadas, un poco más grande de lo que es habitual en este formato de consola portátil, con resolución nativa Full HD (1920 x 1080) para ver las imágenes con una enorme nitidez; la pantalla, de matriz IPS, tiene 7 ms de tiempo de respuesta y 120 Hz de frecuencia de refresco con Adaptive Sync, algo que resulta ideal en un dispositivo que está diseñado para jugar, ni más ni menos.
Por otro lado, este hardware viene acompañado de 16 GB de memoria RAM LPDDR5 a 6.400 MHz, que no es moco de pavo, y en este caso también de un SSD PCIe 4.0 de 512 GB (está disponible también con SSD de 256 GB). Además, la consola admite tarjetas de memoria Micro SD UHS-II de gran velocidad, y por supuesto también tiene WiFi 6E, Bluetooth 5.2 y compatibilidad con la interfaz ROG XG Mobile, con la que podríamos convertir a esta consola portátil en una auténtica bestia (pero no vamos a entrar en esto en este análisis).
Una refrigeración de primera clase
Con el hardware que incorpora esta consola, es necesaria una solución térmica a la altura. ASUS la ha llamado «Zero Gravity», ya que a diferencia de las soluciones tradicionales que se basan en la gravedad para expulsar el calor fuera del sistema, la ROG Ally utiliza un tubo de calor especialmente diseñado que, según ellos, desafía la gravedad y mantiene el dispositivo siempre fresco incluso tras largas sesiones de juego.
Estos tubos de calor «antigravedad» no son sino un sistema de cámara de vapor, que se desplaza al extremo más alejado del tubo donde se acumula, se convierte de nuevo en líquido y baja de nuevo al extremo caliente, creando un ciclo. Sin embargo, estos tubos son especiales porque además de la mecha que se emplea normalmente en este tipo de sistema de refrigeración hacen uso de un polvo, aumentando la presión capilar en más de un 15% y, en resumidas cuentas, haciendo que fluya más rápido y refrigere mejor.
Para ello, también incorpora dos ventiladores que funcionan en conjunto para mantener el sistema siempre fresco, a la vez que permite que funcionen a una menor velocidad para consumir menos energía y hacer menos ruido. Además, la Ally está equipada con filtros anti polvo para los ventiladores, mejorando tanto la refrigeración como la longevidad del sistema al evitar que la mayoría de la suciedad pueda entrar al interior de la consola.
Controles
Como ya hemos mencionado antes, la ROG Ally incorpora una pantalla táctil de 7 pulgadas; esta pantalla capacitiva de 10 puntos permite, para empezar, interactuar con lo que vemos (incluyendo los juegos) de forma más intuitiva e inmersiva.
Por otro lado, los gatillos están construidos de manera que son extremadamente sensibles, detectando incluso el más mínimo movimiento con total precisión gracias a unos sensores magnéticos integrados. Estos sensores son muy duraderos y, según ASUS, no se desgastan con el uso normal de la consola, lo que garantiza que funcionarán perfectamente durante muchos años. Por otro lado, el software Armoury Crate permite ajustar el punto de acción de los gatillos.
La ROG Ally incorpora unos botones principales con forma de cúpula plana, proporcionando una cómoda experiencia de pulsación. Están fabricados con silicona líquida, que también garantiza un funcionamiento silencioso, y están situados en la mitad superior del dispositivo para que sean más cómodos de utilizar, tanto los propios botones como el D-Pad.
Por su parte, los joysticks son cruciales para un control preciso en cualquier juego moderno, y por eso en la ROG Ally son altamente personalizables. Podremos ajustar las zonas muertas y el tamaño de los joysticks para cada juego individual, haciendo que la experiencia sea siempre lo más natural y sensible posible. Esta función permite ajustar el «mando» a las preferencias del usuario en todo momento.
En una consola de esta categoría no podía faltar la retroalimentación háptica, proporcionando a los usuarios una sensación táctil en respuesta a sus interacciones con el dispositivo, mejorando la inmersión. Por supuesto, esto también es personalizable a través del software. Además, la ROG Ally cuenta con soporte giroscópico, que permite al dispositivo detectar y responder al movimiento y la rotación, algo muy útil para juegos que requieren un movimiento y control más preciso.
Para terminar con los controles, a destacar que también se incluyen dos teclas para Macros que son completamente configurables; situadas en la parte posterior del mando, estas teclas se pueden programar para ejecutar funciones específicas o para actuar como un modificador al estilo de la tecla Fn de los portátiles, permitiendo una mayor personalización por parte del usuario.
Unboxing y análisis externo
La ASUS ROG Ally viene embalada en una caja rectangular de cartón duro, adornada con una escala de grises y en cuya cara frontal podemos ver un dibujo (sí, es un dibujo, no una foto) de la consola.
En la parte trasera encontramos una mera etiqueta, en la que se resumen las especificaciones técnicas del dispositivo que ya hemos visto en el apartado anterior.


El embalaje se abre retirando la parte superior, y al hacerlo ya podemos ver la consola (que viene protegida por un plástico) y, pegado a la parte superior, un pequeño stand mediante el que podremos poner la consola «de pie» para ver mejor la pantalla, algo que se agradece cuando tienes que manipularla para la configuración inicial (y, como veréis a continuación, para tomarle fotos).
Junto con la consola tenemos el stand que hemos mencionado antes, así como los habituales panfletos informativos y de instrucciones.
También viene una fuente de alimentación externa de 65W, con conector USB-C.



Ahora sí, vamos a ver la consola, que como os mostramos antes viene protegida por un plástico; en la zona de la pantalla nos indica dónde debemos conectar el cargador y dónde se enciende, además de un par de códigos QR que nos llevarán a la web de ASUS donde encontraremos más información sobre el dispositivo.
Lógicamente, retiramos el plástico protector para poder comenzar a utilizar la consola. De buenas a primeras, impresiona lo ancha que es, bastante más que una Nintendo Switch, por ejemplo, pero a pesar de ello se sujeta bastante bien con ambas manos y no resulta en absoluto pesada ni incómoda. También podemos ver su enorme pantalla y, a los lados, sendos botones con funciones avanzadas. A los lados de la pantalla, dos rejillas esconden su sistema de altavoces estéreo.
La localización de los joysticks es asimétrica, al estilo Xbox, y eso es un plus de ergonomía porque así las muñecas estarán más relajadas cuando estemos utilizando la consola.


En la zona inferior, podemos ver un adorno justo en el borde de la pantalla con el identificativo ROG. Así mismo, tenemos decoración de ASUS en las esquinas inferiores y en la zona de agarre derecha.



Vamos a ver ahora la parte trasera, dominada por sendas rejillas de ventilación, una con el logo de ROG. En diagonal tenemos un adorno iridiscente que cambia de color según el ángulo en el que le da la luz, y por supuesto los dos botones de macro adicionales que incorpora la consola.



En la zona superior tenemos, por supuesto, los cuatro gatillos habituales (nombrados como en los mandos de Xbox, por cierto), así como dos rejillas de ventilación, el botón de encendido, LED indicadores de estado, botones de volumen, puerto micro SD, puerto de audio, conector USB-C y el conector para el ROG XG Mobile Interface.
Los gatillos están estriados y tienen una pulsación muy satisfactoria; recordemos que especialmente RT y LT son ultra sensibles, con potenciómetro.
Por cierto, que los laterales de los joysticks también están estriados para que no se resbalen cuando los estemos utilizando.
Los dos LED que están en la parte de arriba son para indicarnos si se está cargando la batería (o si tiene batería baja), y si el equipo está encendido.


Y, como seguramente ya habríais supuesto, al encender la consola los halos alrededor de los joysticks se iluminan.
Vista la consola por fuera, ha llegado la hora de encenderla y ver qué tal se comporta.
Probando la ASUS ROG Ally
Nada más encender la consola nos aparece el logo de ASUS ROG, y podéis ver en la siguiente imagen ya de entrada lo bien que se ve la pantalla, con negros muy negros donde no se distinguen los bordes.
De frente, la pantalla se ve estupenda; no obstante, si inclinamos la pantalla y la miramos un poco de lado, los tonos se apagan bastante como podéis ver a continuación. Esto no es un problema en una consola portátil, ya que siempre la tendremos de frente, pero bueno.
Como seguramente ya sabréis, la ROG Ally es una consola que viene de fábrica con Windows 11, así que la primera vez que la enciendes tienes que seguir el habitual asistente de configuración de Windows. Windows detecta el dispositivo como si fuera una tablet con pantalla táctil (y prácticamente así es), así que nos saca un teclado virtual para cuando lo necesitemos. El ratón puede controlarse también con el joystick derecho.
Por cierto, que la ROG Ally no deja de ser un PC, y como tal podemos acceder a la BIOS (manteniendo pulsada la tecla de volumen + al encender) e incluso actualizarla.
Antes de pasar a las pruebas, queremos contaros las sensaciones que nos ha transmitido la ROG Ally. Para empezar, como ya hemos comentado antes la consola es bastante ancha, pero al final esto ha resultado ser algo bueno porque fuerzas menos los hombros, al tenerlos más separados y en una posición más natural, cuando llevas varias horas de uso.
Los controles están en una ubicación simplemente perfecta, y he de decir que bastante más cómodos de los de la Nintendo Switch o incluso la Steam Deck… es como tener un mando de Xbox pero más ancho. Todos los botones están al alcance en todo momento sin tener que hacer posturas raras en la mano o con los dedos, y teniendo en cuenta que estamos ante una consola portátil, esto se agradece mucho ya que lo suyo es que hagas sesiones de varias horas de uso.
En términos de rendimiento y fluidez, hemos de decir que la ROG Ally no es la consola más rápida en iniciar y estar lista para utilizar desde que la enciendes; además, como lleva sistema operativo Windows 11, a veces se te ofrecen actualizaciones automáticas y eso hace que el proceso sea aún más lento. Hablamos de tener que esperar de 40 a 60 segundos desde que pulsas el botón hasta que puedes comenzar a interactuar con el software, más o menos como un PC, así que consideremos esto como el precio que hay que pagar por la versatilidad que tendremos al contar con sistema operativo Windows.
En uso, ya hemos comentado que la consola es bastante cómoda de utilizar, y también hemos de decir que no se calienta demasiado ni cuando le «das caña», aunque los ventiladores sí que se escuchan si estás en silencio (apenas se notan si estás jugando y tienes el sonido encendido). En cuanto al rendimiento de la batería, podemos confirmar que hemos estado utilizando la consola durante horas, lógicamente la mayoría del tiempo para jugar, y nos ha durado cerca de 7 horas, que no está nada mal.
Por cierto, un apunte adicional: la ROG Ally tiene una configuración inteligente en cuanto a gestión de temperatura, consumo y rendimiento. Esto significa que tienes 4 perfiles, cada uno con un perfil de refrigeración y consumo que, como es lógico, afecta al rendimiento:
- Turbo Plugged in: la consola conectada a la corriente da el máximo rendimiento, con 30W de consumo.
- Turbo: en batería, el modo turbo solo alcanza los 25W.
- Performance: en batería, este modo consume 15W.
- Silent: en batería y buscando el máximo silencio, el consumo se limita a 9W.
Estos modos y muchísimo más podremos configurarlos al dedillo a través del software ASUS Armoury Crate, que viene por supuesto incorporado en la consola y, de hecho, configurado para ejecutarse automáticamente al inicio, de manera que «parezca» que tiene su propio sistema operativo.
A este apartado, donde podremos elegir el modo de funcionamiento, podremos acceder directamente desde Operating Mode en el menú principal de Armoury Crate. Pero vamos a verlo en detalle a continuación.
Como podéis ver, desde la pantalla principal de Armoury Crate podremos configurar los botones (Control Mode), el modo de funcionamiento (actualmente en Turbo), la pantalla, Aura Sync que es el RGB de los joysticks, la WiFi, el Bluetooth, el audio… y en la parte derecha también podremos configurar el centro de comando, que sale a la izquierda de la pantalla al pulsar el botón correspondiente (por cierto, a la derecha de la pantalla tienes otro botón para sacar Armoury Crate también).
Por ejemplo, vamos a ver los modos de control; ASUS ha pensado en todo y tienes directamente 2 perfiles: uno para los juegos y otro para cuando estás en Windows.
Desde cada uno de ellos podremos configurar qué queremos que haga cada uno de los controles de la consola, así como configurar la sensibilidad y los puntos muertos de los joysticks o los gatillos, como ya explicamos al principio.
También desde Armoury Crate podremos comprobar el estado del sistema, tanto de temperatura como de velocidad de funcionamiento o incluso el nivel de ruido.
¡Ah! Casi se nos olvida: Armoury Crate no es solo configuración, monitorización y personalización, sino que también ha sido concebido para convertirse en un hub de juegos, de manera que podremos ejecutar desde aquí todos los juegos que queramos directamente.
Benchmarks sintéticos
Vamos a comenzar ahora sí con las pruebas de rendimiento, y como siempre, lo hacemos con una captura de pantalla de CPU-Z para ver el hardware que tenemos entre manos.
Como podéis apreciar, este software todavía no es capaz de detectar adecuadamente los parámetros de la nueva APU AMD Ryzen Z1 Extreme que monta esta ROG Ally, así que hay muchos datos que no se muestran. Además, como podréis ver en la captura a continuación, nos está detectando la velocidad del BUS como la velocidad nominal de la memoria RAM (dice 800 MHz, que es la velocidad del BUS, pero en realidad funciona a 6.400 MHz y eso lo veremos correctamente después en Aida64).
En cuanto a la gráfica, pasa lo mismo cuando abrimos GPU-Z, los gráficos integrados de este Ryzen Z1 Extreme no se detectan correctamente, por lo que el software muestra muchas lagunas.
Comencemos viendo qué tal se comporta el SSD PCIe 4.0 que incorpora la consola, y nada mejor para ello que CrystalDisk Mark.
Como podéis apreciar, el rendimiento de lectura es excelente, y aunque el de escritura se queda un poco atrás sigue siendo más que de sobra para poder tener un buen rendimiento en juegos, que es la finalidad de esta consola, y especialmente a la hora de reducir los tiempos de carga.
Continuemos viendo el rendimiento de la memoria, y para ello usamos como siempre Aida64 donde, como hemos mencionado antes, ahora sí se detecta correctamente la velocidad de la memoria.
El rendimiento, honestamente, no corresponde con lo que cabría esperar de una RAM LPDDR5 a 6.400 MHz, al menos en la velocidad de lectura (el resto de los parámetros son excelentes, especialmente la velocidad de escritura), pero es algo que ya hemos visto en sistemas portátiles dotados del mismo tipo de RAM. Veamos por lo tanto qué pasa si sometemos a la consola a una prueba de SuperPi, que combina la potencia del procesador y de la RAM para calcular decimales del número Pi.
El rendimiento obtenido está por debajo de lo que esperábamos (lo normal habrían sido entre 6 y 8 minutos), denotando lo que parecen nuevos problemas de rendimiento de la memoria en los procesadores AMD.
Dejando eso de lado, veamos qué tal se comporta el Ryzen Z1 Extreme con una prueba intensa de CPU, con Cinebench R23.
El rendimiento del AMD Ryzen Z1 Extreme es, sinceramente, asombroso, y esos 14.900 puntos en la prueba multi tarea lo demuestran y lo colocan a la altura de un Core i7 11700K o un Ryzen 9 6980HZ prácticamente (de hecho, en el rendimiento de un solo núcleo supera a estos procesadores). Simplemente impresionante.
La ASUS ROG Ally cuenta con sistema operativo Windows, y si utilizáramos un dock podríamos literalmente convertirla en un PC de sobremesa; por lo tanto, vale la pena comprobar qué rendimiento podemos esperar en este ámbito con PCMark 10.
Otra puntuación que nos ha dejado sin habla: para poner esto en contexto, un portátil gaming de gama muy alta como el ROG Zephyrus M16, equipado con un Core i9-13900H, 32 GB de RAM DDR5 y SSD PCIe 4.0 obtuvo en esta misma prueba 6.527 puntos. Nada más que añadir, señoría.
Para finalizar con los benchmarks sintéticos, llega la hora de ver qué rendimiento podemos esperar en juegos, y para ello no hay nada mejor que la suite 3DMark. Comencemos con 3DMark Fire Strike. Hay que tener en cuenta que la ROG Ally lleva una pantalla de resolución Full HD, por lo que no tiene sentido realizar las pruebas Ultra ni Extreme, sino solo la normal.
Aquí, cuando ya estamos midiendo el rendimiento 3D puro y duro, la cosa cambia, y es que esta ROG Ally incorpora una gráfica integrada en la APU Ryzen Z1 Extreme y no una gráfica dedicada como tal; a pesar de ello, esos más de 7.300 puntos en Fire Strike nos indican que podemos esperar obtener más de 55 FPS en Battlefield V a 1080p y con todo en Ultra, que no es poca cosa.
También hemos querido probar la consola con 3DMark Time Spy, también solo en su variante normal, para ver qué es lo que sucede si utilizamos la API gráfica DirectX 12.
Un resultado parecido en Time Spy, que hace uso de la API gráfica DirectX 12. Recordemos que esta ROG Ally tiene pantalla Full HD y que, por lo tanto, será la resolución a la que normalmente juguemos (aunque podemos ponerla a 720p si fuera necesario, que como vamos a ver a continuación, normalmente nunca va a serlo).
Visto el rendimiento sintético de la consola, ha llegado la hora de ver cómo se comporta a la hora de la verdad: en los juegos.
La ASUS ROG Ally en juegos
Estamos ante una videoconsola, aunque sea portátil, por lo que el ejecutar juegos de forma satisfactoria y entregarnos una buena experiencia de uso debe ser su finalidad. Así pues, hemos puesto a prueba a la ASUS ROG Ally con algunos de los últimos juegos del mercado, la mayoría de ellos bastante exigentes. Todas las pruebas se han realizado a la resolución nativa de la consola, es decir, 1920 x 1080, y con los ajustes gráficos al máximo.
Además, hemos realizado dos pruebas por juego: una con la consola conectada y en modo Turbo, y otra con la consola desconectada (es decir, usando la batería que al final es lo que va a hacer la mayoría de la gente) y en modo Turbo que, como hemos explicado antes, tiene un límite de consumo menor.
Este ha sido el resultado:
Os vamos a ser completamente honestos aquí: el rendimiento no es espectacular, pero sí que ha estado muy por encima de las expectativas que teníamos. Todos y cada uno de los juegos que hemos probado nos ha dado una experiencia de juego excelente, con un funcionamiento rápido, muy fluido y sobre todo sin bajones de FPS, algo que muchas veces hemos comentado que estropea bastante la experiencia.
Es cierto que la ROG Ally no puede mantener 60 FPS estables en muchos títulos Triple A, pero también es cierto que hemos estado exigiéndole el máximo a la consola, con los gráficos siempre a tope, y realmente con relajar un poco algunos ajustes podríamos lograr esos 60 FPS estables fácilmente. Por ejemplo, esos 44 FPS de media en Hogwarts Legacy incluso jugando con batería nos parecen casi impensables en una consola portátil, pero la ROG Ally los logra sin problemas, y es una tasa de FPS que ya te da una experiencia de juego muy buena.
Conclusión y veredicto
Vamos a comenzar contestando a la pregunta que seguramente todos os estáis haciendo: ¿Es la ASUS ROG Ally la mejor consola portátil del mercado? La respuesta es que, en este momento, sin lugar a dudas sí que lo es. Ha superado con creces nuestras expectativas, y honestamente, la experiencia de uso es mucho mejor que con la Steam Deck o la Nintendo Switch en términos de comodidad, ergonomía y autonomía.
Es cierto que el haber tomado la decisión de incorporar sistema operativo Windows 11 a la consola tiene sus pros y sus contras, pero personalmente pensamos que es un acierto y muy especialmente por el inmenso trabajo del equipo de desarrollo de ASUS, que han sido capaces de convertir Armoury Crate en todo un hub de juegos que, además, nos permite una personalización y configuración absolutamente completa de la consola.
Es que, de verdad, no le encontramos peros… salvo quizá el precio (aun así, si te paras a pensar en lo que te costaría un portátil gaming, no es tan cara). La ASUS ROG Ally llegará a las tiendas el 13 de junio, y aunque inicialmente solo encontraremos el mismo modelo que hemos analizado hoy aquí, más tarde llegará otro modelo un poco más económico:
- ROG Ally Z1 Extreme: 799€.
- ROG Ally Z1 -> 699€ (su fecha de lanzamiento está todavía por determinar).
El modelo «no Extreme» tiene la versión «no Extreme» del procesador AMD Ryzen Z1, con un rendimiento menor y, además, con 256 GB de almacenamiento SSD en lugar de los 512 GB del modelo Extreme. Por lo tanto, ya supondréis que por 100€ más vale bastante la pena optar por el modelo superior, tanto por su mayor capacidad como por su mayor rendimiento.
Por todo ello, y considerando que es la mejor consola portátil del momento, no podemos sino otorgarle a la ASUS ROG Ally nuestro galardón de Platino, así como nuestra recomendación tanto por su rendimiento como por su diseño.


