Los mandos modernos son una castaña, ya no se hacen mandos para jugar como antes
Da igual si estamos hablando de jugar delante de la consola o el PC si hablamos de hacerlo con un gamepad, que siempre vamos a echar a falta algo. Y es que los mandos de control apenas han evolucionado en casi 15 años en su disposición de botones. Sin embargo, hay elementos que se echan de menos en un mando para jugar.
Cada vez que aparece una consola nueva, a no ser que busque un método nuevo de control, no deja de ser la reinvención clásica del mando de toda la vida, con más o menos funciones adicionales como pueden ser vibración, aceleradores y giroscopios, sistemas de Force Feedback. Tecnologías que prometen diferenciar el mando de un sistema determinado de los de la competencia. Sin embargo, a la hora de disfrutar de una buena partida hay cosas que consideramos que no se tienen en cuenta y que mejorarían por mucho la experiencia a la hora de usar un mando para jugar.
¿Qué echo de menos en un mando para jugar?
Pues varias cosas y la mayoría de ellas vienen de forma implícita por la experiencia, desde que quien escribe esto tuvo una NES de 8 bits hasta el día de hoy. Es decir, pequeñas detalles o más bien vicios que se van repitiendo iteración tras iteración y que acaban añadiendo barreras estúpidas, independientemente, todo ello, del sistema del que estemos hablando.
- El problema del drift en los sticks analógicos huele desde hace ya mucho, ya lo tenían las consolas de la generación anterior y hablamos de sistemas de 2013. ¿En diez años nadie es capaz de desarrollar una solución al problema?
- No se tiene en cuenta la memoria muscular, sería ideal que cada uno de los botones y gatillos tuviese un tacto distinto, ya sea una forma para el botón o una textura diferente. Todo ello para facilitar que botón estamos pulsando en cada momento. Es una idea que parece absurda, pero no nos olvidemos que pulsamos los botones por pura memoria muscular.
- Una nomenclatura universal para los botones. Los usuarios de PlayStation lo tienen fácil para localizar la posición de los famosos cuadrada, triángulo, cruz y círculo de su mando de forma mental. El problema se agrava si juegas con PC o Xbox, por un lado, y Nintendo por el otro, donde la A es la B y la X es la Y. Lo cual resulta lioso, por el hecho que tu cerebro está acostumbrado a asociar cada nombre con un botón.
Para muchos, estos tres puntos os pueden parecer una banalidad, en especial el último, pero son cosas que empañan la experiencia de juego, en especial cuando se juegan en varias plataformas. Aunque no es el mayor problema de todos.
Las baterías de los gamepads son ridículas
¿Cómo se subvencionan las consolas de videojuegos? Fácil, a partir de juegos creados y vendidos por el fabricante, las regalías pagadas en los juegos editados por terceros y la venta de periféricos. ¿Y cómo creas una obsolescencia programada en un mando de control? Pues fácil, a partir de la batería y si esta viene sellada para que el usuario se cambie el mando de control lo más rápido posible. ¿Cómo lo consiguen? Pues con ciclos de carga muy cortos que hacen que si nos olvidamos de cargar el mando de control ya podemos decir adiós definitivo a jugar ese día.
Un ratón o un teclado inalámbrico tienen mucha más actividad que un gamepad y sus baterías duran mucho más, especialmente la de los ratones. Es realmente una pena que los fabricantes con tal de recaudar más y más terminen lanzando controladores con problemas como el Drift, una batería escasa y materiales cada vez de peor calidad. Se trata de una falta total al detalle que de hacerse las cosas de mejor manera sería mejor para todos.