Las placas base se han ido haciendo cada vez más sencillas en apariencia, el motivo de ello es la integración de varios componentes. Tras haber fagocitado la tarjeta de red y la de sonido, la próxima víctima lógica podría ser el almacenamiento. ¿Es posible que en el futuro veamos placas base con un SSD soldado en ellas?
Si tenemos la suerte o la necesidad de abrir una consola PlayStation 5 veremos que su SSD no se encuentra en una pequeña tarjeta de expansión, sino soldado a la placa base. ¿Es dicho escenario posible en el mundo del PC? ¿Compraremos en el futuro la motherboard de nuestro ordenador fijándonos en cuenta a memoria de almacenamiento lleva de serie? ¿Qué viabilidad comercial tiene este planteamiento? Bueno, en realidad, ya lo hemos visto en los MacBook de Apple, pero la pregunta clave es si veremos ordenador con esta particularidad.
¿Veremos placas base con SSD soldado en ellas?
En los primeros ordenadores, el sistema operativo no se encontraba instalado en el disco duro, dado que muchos modelos carecían del mismo. Si no que venían integrados en un chip de memoria de solo lectura o ROM. Por aquel entonces, estos eran tan rápidos como la RAM que se usaba y, por tanto, el procesador podía acceder a los datos con mayor celeridad.
Pues bien, aunque dichas memorias ya no se usan tenemos a las NAND Flash usadas en tarjetas de memoria y unidades de estado sólido. ¿Acaso no sería mejor que el sistema operativo viniese integrado en este tipo de unidades de serie? Es decir, que la placa base tuviese un pequeño SSD soldado en el que instalar Windows u otro sistema operativo como las mil y una distribuciones y variaciones de Linux.
La carpeta Windows en mi disco duro principal después de varios años de uso, sin contar aplicaciones, ocupa 22 GB. Por lo que una unidad SSD NVMe soldada de 256 GB sería más que suficiente para tener funcionando al sistema operativo a todo pulmón y con un acceso alternativo y en paralelo al resto de programas. Además, que el sistema operativo vendría de serie ya a punto para su uso desde dicha unidad.
Para los entusiastas será tan fácil como instalar una unidad M.2 adicional para instalar las diferentes aplicaciones. El hecho de tener un SSD soldado a placa, nos puede parecer a día de hoy algo absurdo, pero tal y como funciona el mercado del hardware y ciertos vicios que tiene en su evolución con el tiempo, apuntan que el próximo componente con más puntos para acabar integrado es el almacenamiento.
¿No es una idea algo descabellada?
La idea de vender la placa base con un SSD soldado en ella o incluido de serie es algo que no deberíamos descartar de cara al futuro. Al fin y al cabo, la tendencia en general es la de ir integrando los diferentes componentes con el tiempo y poco a poco las placas base deberán buscar una forma de justificar colocar un precio premium al usuario final. Y no, no estamos realizando ninguna especulación, ya hemos visto como muchos componentes han terminado integrados en la placa madre del sistema.
Hemos visto como la tarjeta de red ha terminado integrada, la de sonido tanto de lo mismo. En realidad, no sería de extrañar que los chipsets del futuro trajesen de serie una controladora flash en su interior para poder colocar los NV-DIMM o en el caso que nos ocupa un SSD soldado en placa. La combinación de chipset+controladora SSD ya existe, en concreto en la consola PS5 y, por tanto, no se trata de algo imposible. Es más, para muchos usuarios que buscan un PC de bajo coste, el hecho de comprarlo todo en un conjunto resulta en una ventaja.
Está demostrado, que la mayoría de los usuarios no van a abrir jamás su ordenador para trastear con su interior. El hecho de que el almacenamiento venga de serie en la placa base y con el sistema operativo ya preinstalado es un coste menos para ellos. Y además de ser un punto más para la planificada obsolescencia programada.