Muchos son los fabricantes de portátil que venden sus equipos con una copia de respaldo del sistema operativo para recuperar en caso de que el equipo no funcione como el primer día. Esta copia de respaldo permite recuperar el equipo a su estado de fábrica sin tener que instalar Windows de cero y no se encuentra en la unidad principal, sino en una partición independiente.
Cuando hablamos de particiones, hablamos de partes de un disco duro de menor tamaño que en su conjunto ocupan el espacio total de la unidad de almacenamiento. Para el equipo, se trata de unidades independientes, por lo que cada una puede tener su propio sistema de archivos lo que permite instalar diferentes sistemas operativos.
Es importante señalar que estamos hablando de un único disco duro o SSD, por lo que, si este se estropea o tiene problemas de funcionamiento, estos problemas pueden afectar a ambas unidades.
Particionar un SSD ¿afecta a su rendimiento?
Todo esto está muy bien, pero ¿qué pasa con el rendimiento? Esta es la pregunta que se hacen muchos usuarios y que en HardZone vamos a responder. Las unidades de estado sólido, a diferencia de los discos duros, almacenan la información los datos en chips de memoria, por lo que el acceso a la información es inmediato.
Los discos duros mecánicos, utilizan un disco para almacenar los datos, datos leídos por un cabezal que se tiene que desplazar para acceder a ellos. Si particionamos un disco duro tradicional, cada vez que tengamos que acceder a cualquiera de las unidades, el equipo tardará mucho más tiempo, ya que tiene que desplazar el cabezal entre ambas particiones.

Como los SSD almacenan los datos de forma digital, toda la información está al mismo alcance, no hay un cabezal que tenga que desplazarse para acceder a los datos, por lo que su rendimiento, tanto a la hora de leer como de escribir datos, no se ve afectada si creamos particiones.
¿Merece la pena?
El precio de los SSD en los últimos años ha bajado considerablemente y encontrar un modelo con 512 GB o 1 TB de espacio de almacenamiento por unos 50 o 60 euros, es muy sencillo. Con estos precios, realmente no merece la pena particionar un SSD, siempre y cuando estemos hablando de un equipo de sobremesa donde podemos añadir varias unidades de almacenamiento.
Pero, si hablamos de un portátil la cosa cambia, a no ser que si permita añadir una segunda unidad de almacenamiento. Lamentablemente, no todos los portátiles permiten añadir una segunda unidad de almacenamiento por lo que, en estos casos, si merece la pena crear una partición, aunque no tengamos la intención de instalar una distribución de Linux.
Podemos particionar el disco para utilizar la segunda unidad para almacenar todos y cada uno de los archivos con los que trabajemos habitualmente. De esta forma, podemos utilizar una aplicación para hacer copias de seguridad de toda la unidad, sin tener que establecer directorios y que se nos pase alguno.
Además, si Windows tiene algún problema y nos vemos obligados a formatear e instalarlo de cero, no es necesario hacer una copia de seguridad de todos los datos, ya que únicamente vamos a formatear la partición de Windows, no todo el disco duro. Es importante recordar que formatear un disco significa eliminar todo el contenido almacenado, un proceso que no afecta al número de particiones que tenga creadas.