Al final, tenía que pasar: tras meses y meses de polémica y conflictos entre EE.UU. y China en relación a las exportaciones e importaciones de chips, al final el país asiático ha tomado la primera represalia, y es una que puede tener unas consecuencias nefastas para nosotros, los consumidores: han prohibido exportar metales críticos utilizados en la fabricación de productos tecnológicos, como el Galio, el Germanio, el Antimonio y otros metales pesados.
Ante las nuevas restricciones anunciadas el lunes por la administración de Biden, y que impiden a una amplia gama de empresas chinas acceder a cualquier producto extranjero que incluya un chip fabricado en Estados Unidos, el gobierno Chino ha decretado con una prohibición que tiene efecto inmediato y que prohíbe las exportaciones a Estados Unidos de «productos de doble uso». Estos productos incluyen múltiples metales utilizados en la fabricación de tecnología.
La fabricación de tecnología, en peligro a nivel mundial
El martes, el Ministerio de Comercio de China anunció realizó el nefasto anuncio: «En principio, no se permitirá la exportación de Galio, Germanio, Antimonio y materiales superduros a Estados Unidos». Esta represalia no ha pillado a nadie por sorpresa, todo sea dicho, puesto que como bien sabréis la mayoría, EE.UU. lleva meses poniéndole restricciones a China por el absurdo miedo que tienen de perder la «dominancia» de la tecnología. Ayer mismo, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino ya advirtió en ruda de prensa que China «tomaría medidas para salvaguardar los derechos e intereses de sus empresas».
Venga, señores yankees, todos sabemos que China es quien reparte el bacalao en este ámbito y desde hace mucho, no es nada nuevo… pero en fin.
Con resta prohibición, el Ministerio chino también «exige una revisión más estricta del uso final de los productos de doble uso de grafito». Esto limita el acceso de EE.UU a un material que se utiliza con mucha frecuencia en tecnología, desde cables eléctricos hasta reactores nucleares.
Los analistas ya advirtieron este lunes que las nuevas restricciones a las exportaciones impuestas por EE.UU. podrían terminar rebotándoles en la cara y perjudicando a las empresas de los propios Estados Unidos y los países con alianzas comerciales con ellos. Y lo peor de todo es que, al final, nadie puede hacer nada para impedir que China acceda a tecnología estadounidense, por lo que a nuestro juicio los dos países se han enzarzado en una guerra comercial que va a perjudicar a todo el mundo y de la que nadie va a sacar beneficio alguno.
Recordemos que compañías gigantes como Intel, AMD y NVIDIA son estadounidenses, y el hecho de que no puedan acceder a estos materiales va a suponer un problema muy grave para el panorama del hardware a nivel mundial. Ya os lo podéis imaginar: falta de materias primas es sinónimo de escasez, subida de precios y, finalmente, especulación.
Esperamos honestamente que al final terminen dándose cuenta que lo único que consiguen es perjudicar a todo el mundo y retrasar el progreso tecnológico a nivel global, y que lleguen a un acuerdo que ponga fin a esta pantomima que no sirve para nada.