La placa base es uno de los elementos más importantes del PC (por no decir el que más, ya que a ésta va conectado absolutamente todo lo demás), y por desgracia es, después de la fuente de alimentación y las unidades de almacenamiento, el elemento que más frecuentemente se estropea. Sin embargo, si la cuidas como es debido una placa base puede durarte toda la vida útil del PC, y en este artículo te vamos a dar una serie de consejos para que sepas qué tareas de mantenimiento y cuidados deberías realizar para ello.
Como usuario de PC, sabrás que hay que hacerle cierto mantenimiento regular al hardware del equipo -especialmente en cuanto a tareas de limpieza se refiere- para que se mantenga en buen estado y así estirar su tiempo de vida útil. Con la placa base pasa exactamente lo mismo, pero además es necesario tener una serie de precauciones y cuidados a la hora de manipularla puesto que, debido a su tamaño y cantidad de circuitos, soldaduras, componentes y conectores, es bastante más delicada que otros elementos.
Consejos para manipular la placa base
Como decíamos hace un momento, la placa base es un elemento bastante delicado debido a su gran tamaño y la cantidad de componentes, conectores y soldaduras que conforman toda su superficie. Por este motivo, cuando te dispongas a montar, desmontar o incluso a limpiar la placa base hay una serie de precauciones que deberías tomar en aras de evitar que pueda estropearse accidentalmente.
Cuidado con la electricidad estática
Siempre descárgate de electricidad estática antes de tocarla. El cuerpo humano tiene cierta carga de electricidad estática, y tocar ya no una placa base sino cualquier otro elemento electrónico podría dañarlo. Para ello, basta con que toques durante un par de segundos algún elemento metálico como puede ser un radiador o la tapa lateral de la caja de tu PC.
Desenchufa todo antes
Nunca toques la placa base con el PC enchufado (y menos todavía, encendido). Es obvio que nunca debes tocar la placa base con el PC encendido, pero dado que las placas base cuentan con bastantes condensadores que acumulan energía incluso con el equipo apagado, lo recomendable es que si tienes que tocar la placa base, además de descargarte de electricidad estática te asegures de que el PC está completamente desenchufado de la corriente y, además, que han pasado al menos un par de minutos desde que lo desenchufaste hasta que tocas el componente. Solo así puedes tener garantías de que los elementos eléctricos se han descargado completamente.
Sujeta la placa base adecuadamente
Cuando tengas que sujetar la placa base, nunca lo hagas directamente del PCB, ya que es uno de los elementos más frágiles. En la imagen de arriba tienes la manera correcta de hacerlo: con los dedos por debajo para sujetar, y por encima de la zona de los zócalos de memoria RAM, ya que el plástico y el metal con el que están construidos dota a esa zona de una mayor rigidez. Alternativamente, la zona del disipador del chipset también es buena.
No golpees la placa
Al instalar la placa base en la caja del PC, siempre asegúrate de hacerlo en diagonal, haciendo que la zona de conectores traseros entre primero y luego depositándola sobre los anclajes de latón con cuidado, haciendo que los agujeros coincidan. Nunca la deslices, ya que de lo contrario estos soportes podrían arañar y dañar la parte trasera del PCB.
Utiliza superficies blandas
Si sacas la placa base fuera de la caja del PC (por ejemplo, cuando pretendes montarla o si la desmontas para limpiarla), asegúrate de que no la dejas sobre una superficie metálica ni excesivamente dura, como el cristal. Siempre es mejor dejarla sobre un trapo, un plástico antiestático o un cartón para evitar que se dañe.
Siguiendo estos cinco consejos, no deberías tener ningún problema a la hora de manipular una placa base.
La limpieza es fundamental
Generalmente la placa base se monta en la caja del PC en vertical, por lo que la zona que más suciedad tiende a acumular es precisamente la superior. A pesar de ello, todas las zonas de la placa base, y muy especialmente los recovecos que quedan entre los zócalos de RAM, disipadores, zócalos PCI-Express, etc. tienen a acumular polvo de manera inevitable, y ya sabéis que el polvo con el calor se convierte en hollín y este conduce la electricidad, pudiendo desembocar en una desgracia.
Por lo tanto, la limpieza de la placa base es tanto o más importante que la de cualquier otro elemento del PC, y por lo tanto es recomendable dedicarle un tiempo de vez en cuando a dejarla lo más limpia posible, dentro de lo que cabe. Lo ideal es desmontar completamente la placa base del PC, colocarla sobre una caja de cartón y realizar una limpieza a conciencia, ayudándote de una brocha blanda y limpia y, si se tercia, incluso con un spray de aire comprimido para esos recovecos de difícil acceso (ni que decir tiene que no se te ocurra utilizar una aspiradora).
A la hora de limpiar la placa base con una brocha, asegúrate de que esta es de pelo suave (cuidado con las típicas brochas de pintar porque tienen pelo muy duro) y de que esté completamente limpia. Nunca aprietes mucho, pasa la brocha con suavidad por todas partes y siempre en la misma dirección a ser posible, de manera que toda la porquería que retires de su superficie se vaya para el mismo lado.
Limpiar la placa base «por encima»
No obstante, si no quieres meterte en el berenjenal que implica el tener que desmontar todo tu PC para limpiarlo por dentro, ahí van nuestras recomendaciones para realizar una limpieza «por encima» que, al menos, te servirá para quitar la mayor parte del polvo acumulado:
- Apaga y desenchufa completamente el ordenador.
- Retira el lateral de la caja y ponla en horizontal sobre una superficie sólida y firme.
- Desmonta la tarjeta gráfica y la memoria RAM. Si es posible, desmonta también el disipador (así puedes aprovechar para limpiarlo también y hacer un cambio de pasta térmica).
- Ahora, con mucho cuidado especialmente con las conexiones, limpia lo mejor que puedas con la brocha. Aquí es todavía más importante el hacerlo en un solo sentido para que toda la porquería termine en el mismo lado.
- Una vez terminado, limpia la zona donde ha quedado la suciedad con un paño para dejarlo limpio.
- Vuelve a montar disipador, RAM y tarjeta gráfica y conéctalo todo de nuevo.
Aunque este proceso no es, que digamos, una limpieza a fondo, si lo haces con cierta regularidad conseguirás que la placa esté más o menos limpia y así ampliar su vida útil.