En el mercado actual todavía hay muchos portátiles, especialmente aquellos baratos de gama de entrada, que vienen con un disco duro mecánico tradicional, así que es entendible que muchos usuarios que adquieren uno de estos portátiles quieran, tarde o temprano, sustituir ese disco por un SSD, ya que incrementará notablemente todo el rendimiento del portátil. Si es tu caso es probable que estés en duda sobre qué SSD comprar para tu portátil, así que este artículo está para ayudarte.
En este artículo no vamos a enseñarte cómo cambiar el disco duro de tu portátil para instalar un SSD (porque para eso ya tenemos otro tutorial), sino que pretendemos ayudarte a elegir cuál es la mejor opción dependiendo del portátil que tengas, de tus necesidades y por supuesto de tu presupuesto. Por supuesto, deberás ser conocedor de las características de tu portátil para comprobar su compatibilidad, y es de esto precisamente de lo que vamos a hablarte lo primero de todo.
2,5 pulgadas o M.2, ¿qué SSD elegir para tu portátil?
La oferta en dispositivos de estado sólido que encontramos en el mercado actual incluye fundamentalmente dos formatos: 2,5 pulgadas o M.2. Debes entender que hablamos de factor de forma y no de la interfaz, si bien es cierto que en la actualidad todos los SSD en formato de 2,5 pulgadas tienen todos interfaz SATA 3, mientras que los SSD en formato M.2 pueden tener interfaz SATA o PCI-Express. Lo importante aquí es que antes de lanzarte a comprar uno u otro formato deberás comprobar con qué es compatible tu portátil, y si pretendes sustituir un disco duro mecánico por un SSD desde ya te decimos que prácticamente seguro necesitarás un SSD SATA3 de 2,5 pulgadas.
Es posible, por otro lado, que tu portátil tenga uno o varios zócalos M.2 disponibles para poder añadir unidades de almacenamiento. Deberás investigar en las características del portátil para comprobar la existencia de éstos, pero más importante todavía si tu portátil es compatible con arranque desde estos zócalos, ya que en algunos modelos éstos están diseñados solo como almacenamiento secundario, y si el portátil no es capaz de arrancar desde estos dispositivos no ganarás nada.
Igualmente deberás fijarte si estos zócalos M.2 tienen interfaz SATA o PCI-Express antes de escoger el SSD que necesitas, ya que como hemos explicado antes los hay de los dos tipos y muy probablemente en el caso de que tu portátil cuente con uno o varios zócalos M.2, estos estén limitados en cuanto a su interfaz. Consulta las especificaciones técnicas del portátil antes de nada para averiguar qué tipo de SSD necesita.
¿Qué capacidad necesitas en tu portátil?
Ahora que ya sabes cuál es el formato y la interfaz que necesitas en el SSD de tu portátil, la pregunta de siempre es de qué capacidad comprar el SSD, y esto es bastante importante porque como ya supondrás, a mayor capacidad mayor es su precio de venta. Aquí entra en juego tu presupuesto o lo que te quieras gastar en el dispositivo, ya que tienes modelos de 240 GB por unos 30 euros y tienes modelos de hasta 4 TB de capacidad que cuestan varios cientos de euros.
Además, dependiendo de su rendimiento también variará notablemente el precio al que podrás comprarlo, pues a igualdad de capacidad e interfaz hay cierta variación de precio precisamente por esto. Obviamente, la mejor alternativa siempre es la que más almacenamiento nos permite, pero también es cierto que el criterio económico nos condiciona porque, a lo mejor, no quieres gastarte tanto y con menos, 1 ó 2TB, tienes más que suficiente.
Lo que vamos a recomendarte aquí es una capacidad «tipo» dependiendo del uso que vayas a darle al portátil, una especie de término medio razonable para que tengas una idea de qué capacidad necesitarás dependiendo del tipo de uso que vayas a darle al equipo (ten en cuenta que hablaremos por ejemplo de 500 GB para SSD de 480, 500 y 512 GB, ya que su capacidad dependerá del tipo de memoria que usen):
En caso de uso esporádico y ofimático
A la hora de utilizar un ordenador para un uso relacionado con tareas que no necesitan demasiada potencia, también podemos optar por un almacenamiento que no resulte demasiado amplio, ahorrando en costes. En este caso, con 250 GB tendrás suficiente ya que por lo general las aplicaciones ofimáticas o de uso poco frecuente no requieren una gran cantidad de espacio.
Aunque si queremos evitar problemas, lo ideal sería optar por 500 GB para no quedarte corto, muy especialmente si vas a usar el equipo también como almacenamiento masivo, ya que al final puede haber archivos que terminen por tener unas dimensiones muy grandes, que sumado además a lo que ocupa el sistema operativo, puede hacer que con tan solo 250 GB termines por quedarte sin espacio muy rápido.
Si necesitas un portátil para el trabajo
A la hora de pensar en el trabajo, depende mucho del tipo que sea ya que si es ofimático y por Internet con 250 GB tendrás de sobra, y es que hay muchas aplicaciones ofimáticas que se pueden utilizar directamente desde un navegador, haciendo que el almacenamiento de nuestro ordenador no importe demasiado si no tenemos que guardar nada de forma local, ya que todo se almacena en la nube.
En cambio si trabajas en edición profesional necesitarás toda la capacidad que te puedas permitir, los proyectos de las diversas aplicaciones que podemos encontrar para este tipo de trabajos suelen ocupar mucho espacio, ya que los formatos no suelen estar comprimidos. Todo depende al final de qué programa utilicemos, ya que por ejemplo no es lo mismo la capacidad de un archivo que tenga relación con la edición de una imagen, que un archivo de vídeo.
¿Y para jugar?
A la hora de utilizar un portátil gaming debemos tener en cuenta la creciente moda que existe por parte de los desarrolladores de no comprimir demasiado bien los juegos, por lo que podemos encontrar títulos que pueden llegar a ocupar 200 GB. Esto implicaría que en un disco de 500 GB, un solo título más el sistema operativo se comerían entre la mitad y tres cuartas partes de nuestro almacenamiento.
Es por ello que a la hora de elegir espacio en un ordenador portátil para jugar, lo mejor que podemos optar es de 1 TB o más, aunque debemos tener en cuenta que esto va a repercutir de una forma bastante grande en el precio. Las unidades que podemos encontrar no son precisamente baratas, pero al final optar por una unidad que te ofrezca evitar quedarte sin espacio desde un principio es mejor que tener que cambiarla al poco tiempo porque no da de sí.
Obviamente y tal y como hemos dicho antes este es un aspecto que de pende íntegramente de tu presupuesto. Dicho esto, tampoco significa que porque te puedas permitir un SSD de 4 TB para el portátil vayas a necesitarlo, pues posiblemente estés gastando dinero de más sin necesitarlo de verdad. Al fin y al cabo, todo el dinero que puedas ahorrar siempre será bienvenido, ¿no?
¿Qué SSD deberías comprar?
Ya hemos visto en términos generales qué tipo de SSD necesitarás para tu portátil (y cómo instalarlo luego) siendo el término medio razonable un SSD de 2,5″ con interfaz SATA 3 y de 500 GB de capacidad. Ya que el quitar un disco duro para poner un SSD en un portátil es una labor que no es del agrado de nadie ya que conlleva bastante trabajo (ya no solo por desmontar uno y montar otro, que es sencillo, sino por tener que clonar el disco o volver a instalarlo todo de cero en el SSD) recomendaríamos buscar siempre SSD que tengan bastante durabilidad (expresada en TBW) para que dure cuanto más tiempo mejor.
Así, si tuviéramos que recomendar una unidad en concreto con estas características, nos decantaríamos por un Crucial MX500 ya que entrega un rendimiento excelente y en términos de rendimiento / calidad / durabilidad / precio es lo mejor que hay actualmente en el mercado.
En todo caso ya sabes que el mercado fluctúa bastante, y más cuando hablamos de productos de memoria como los SSD, así que en cualquier caso, cuando te decidas a ponerle un SSD a tu portátil y sepas de qué tipo es el que necesitas, lo mejor es darte una vuelta por las tiendas online para ver el precio y la capacidad de los modelos en cada momento de cara a escoger el que mejor se adapte a tus necesidades.
La elección depende del uso
Si vas a dedicar el portátil al gaming, verifica que tu dispositivo es compatible con SSD NVMe M.2, que son los que garantizan las mayores velocidades de lectura y escritura. ¿Por qué es esto importante? Pues porque los datos de los juegos se cargan más rápido., hay menos tiempo entre fases y el rendimiento del ordenador es mucho mayor. Es obvio que lo mismo tu PC no puede instalarlos así que apunta estas características para buscarlas en el futuro modelo que vayas a comprarte. Por algo son estos discos sólidos los que llevan en su interior las consolas de última generación como PlayStation 5 y Xbox Series X|S y son, cada vez más, requisitos indispensables que piden los desarrolladores para alcanzar la mayor calidad gráfica posible, es decir, 4K y 60 fotogramas por segundo con opciones de calidad de texturas, efectos de iluminación, etc. a tope en modo Ultra.
Si no vas a dedicar el portátil al gaming, entonces con un SSD más estándar te servirá, máxime si solo vas a mover documentos de texto, hojas de cálculo y como mucho fotografías o ver series y películas en streaming que, técnicamente, no necesitan almacenamiento sobre el que trabajar. Otra cosa es que quieras dedicarte a la edición de vídeo donde son necesarios decenas de gigas para cada proyecto, por lo que rápidamente podrías ocupar las unidades con menor almacenamiento. Ahí sí que debes mirar, no solo el rendimiento que obtienes de la unidad de estado sólido, sino también la capacidad. Y cuando hablamos de varios teras, el precio en ciertos modelos se dispara.
Si buscas un SSD para portátil pero no quieres tener que instalarlo, utiliza uno externo
En caso de haber comprado un portátil y no haber elegido bien la unidad de almacenamiento, siempre podemos recurrir a comprar una para instalarla, pero también es posible que no queramos abrir el PC por varios motivos, por lo que al final realmente nos quedan pocas soluciones. Está claro que una de las soluciones sería llevarlo a un técnico para que instale el disco externo, otra sería comprar un portátil nuevo, pero la más económica pasaría por hacernos con una unidad SSD externa, que nos permita almacenar nuestros datos sin necesidad de instalar nada ni de comprar un PC nuevo, haciendo que podamos moverlos de un sistema a otro fácilmente.
Por lo general las unidades externas solo es recomendable utilizarlas cuando queremos almacenar datos que sean extremadamente pesados pero que no se ejecuten como tal en el PC, es decir, que no sean programas o aplicaciones ya que en caso de conectar la unidad externa mediante un USB puede resultar muy lento. Pero gracias a las últimas tecnologías esto ya no debería ser un problema demasiado grande si tenemos en cuenta que actualmente hay conectores como el USB Tipo C o Thunderbolt que permiten velocidades de transmisión extremadamente rápidas.
En cualquier caso, si no queremos tener que recurrir a una unidad interna siempre podemos utilizar una externa, que nos garantiza poder guardar nuestros datos de forma segura, y dependiendo del conector, como bien hemos indicado, funcionará más rápido, aunque obviamente es bastante más lento que una unidad interna. Obviamente si nuestro PC tiene es compatible con los SSD M.2, la mejor decisión que podemos tener es instalar uno de estos, ya que en términos de velocidad son los mejores, pero si solo queremos almacenar grandes cantidades de información y nos da igual la velocidad, podemos usar un SSD externo.
¿Qué SSD externo merecería la pena comprar para un portátil?
En el caso de que hayáis decidido haceros con un SSD externo para vuestro portátil, debéis tener claro que hay varios modelos que pueden resultar extremadamente buenos, pero que si queréis aquellos que tengan la mayor velocidad de transferencia posible necesitaréis que vuestro PC sea compatible con los últimos estándares de USB. Esto no es demasiado complicado ya que llevan bastante tiempo sin cambiar, pero hay modelos que por ejemplo utilizan estándares que puede que vuestro ordenador no tenga, aunque es posible comprar un adaptador para ello.
Dependiendo de nuestras necesidades es probable que vayamos a por uno que tenga más almacenamiento u otro que nos ofrezca una mejor velocidad, pero si queremos un punto medio entre ambos, y que además tenga un precio asequible entonces hay pocas opciones que podemos tener en cuenta. En nuestro caso, una de las recomendaciones que podemos hacer para aquellas personas que necesitan 1 TB adicional de almacenamiento externo con velocidades bastante altas para lo que es elegiríamos el SanDisk Extreme PRO o uno que sea similar, ya que tiene todo lo que podemos necesitar.
Cuenta con velocidades de 2000 MB/s tanto de lectura como de escritura, lo que hace que sea realmente rápido en comparación con otros modelos que podemos encontrar en el mercado, mientras que el precio base que tiene es de 156€, aunque podemos encontrarlo rebajado en varias ocasiones a 120€ o similar. El punto fuerte además está en su tamaño, ya que es realmente pequeño, pero además ofrece diversos sistemas de seguridad como protección mediante contraseña y encriptación de hardware, haciendo que sea una opción que no solo merece la pena por la capacidad y velocidad que tiene, sino también por su seguridad.