No cabe duda de que instalar un nuevo SSD en el PC es una de las mejores actualizaciones de hardware que se pueden hacer en términos de rendimiento, especialmente si antes tenías un disco duro tradicional. En este artículo vamos a contarte cómo configurar tu nuevo SSD ya no solo para que tengas el mejor rendimiento desde el primer día, sino también para maximizar su vida útil y que te dure muchos años ya que estos componentes vienen todos con una fecha de caducidad marcada en sus especificaciones.
Los SSD, a diferencia de los HDD, no tienen partes mecánicas y móviles como tal. Son como una memoria RAM (salvando las distancias de uso) y no disponen ni de discos donde se guardan los datos ni de cabezas lectoras propensas a estropearse. Todos esos compnoentes que se ahorra y la propia tecnologia que utiliza permite a estas unidades de estado sólido ser infinitamente más rápidas, lo que notarás al instante en cuanto enciendas el PC. La diferencia de uso de un ordenador con este tipo de unidades versus otros con HDD son tan grandes que parecerá que tu equipo ha rejuvenecido una década, por lo rápido que le verás hacer las cosas.
Pero uno de los problemas que existen de cara a los SSD como unidad de almacenamiento, es que a día de hoy son tratados por Windows como si se tratase de un disco duro convencional. Sin embargo, y por suerte para nosotros, en Windows 10 y Windows 11 tenemos disponibles una serie de características para que estos funcionen de manera óptima. Lo malo es que no vienen configuradas por defecto y tenemos que ponernos a tocar nosotros algunos parámetros que se encargan de controlarlos.
Es por ello que en este artículo os vamos a enseñar cómo exprimir al máximo las posibilidades de un nuevo SSD en Windows 10 o Windows 11, independientemente de si lo queréis usar como unidad de almacenamiento principal o secundaria. Para que podáis obtener el mejor rendimiento desde el primer día y que, además, puedas maximizar su vida útil para que el dispositivo de estado sólido te dure en buen estado el mayor tiempo posible.
Cómo configurar el SSD para obtener mejor rendimiento
Como hemos dicho en la introducción, a día de hoy, el tipo de medio para almacenar datos de forma persistente es el disco duro y es por ello que la mayoría de sistemas operativos vienen optimizados para el uso de este medio. Debido a la diferencia no solo en la manera en la que se almacenan los datos en una unidad de esta sólido, sino también a como acceder a los mismos, los métodos de acceso son diferentes.
Al no basarse en una aguja que se desplaza por un disco rotatorio, el procesador del sistema puede realizar varias peticiones al SSD, mientras que un HDD ha de volver a posicionar su aguja. Esto provoca que no sean capaces de usar toda la velocidad de acceso de la interfaz SATA 3, mientras que las unidades M.2 al tiempo de escribir este artículo ya transmiten velocidades varias decenas de veces más rápidas.
Instalar un SSD en factor forma M.2 o incluso uno SATA que va a una bahía de 2.5 pulgadas no tiene complicación. Eso sí, una vez hayas terminado, te recomendamos acceder a la web del fabricante para descargar la última versión de su firmware y actualizarlo.
Deshabilita el AHCI en la BIOS
El AHCI (Advanced Host Controller Interface) es una característica que está muy bien, si tu unidad de almacenamiento principal es un disco duro convencional, mecánico, de esos que suenan cuando se revoluciona. En el caso de que estés utilizando un SSD del tipo SATA como unidad en la que tienes el disco duro instalado, entonces no te recomendamos activar el AHCI desde la BIOS. Si esta permite configurar el modo de varias de las unidades, déjalo solo para los HDD convencionales.
Esto es debido a que el AHCI se diseñó para unidades de disco mecánicas y nuestro SSD no es una unidad de disco de ese tipo. Por cierto, si tienes un SSD NVMe del tipo M.2 no deberás preocuparte por tocar esta opción desde la BIOS. Dado que normalmente la podrás encontrar en Opciones Avanzadas -> Configuración SATA o de almacenamiento. En otras palabras, el AHCI deberás desactivarlo al configurar tu nuevo SSD si quieres que funcione al máximo de sus posibilidades.
Asegúrate de que TRIM está funcionando
Como acabamos de mencionar, el comando TRIM de los SSD es de gran importancia para maximizar su vida útil, así que siempre es bueno cerciorarte de que tu SSD lo tiene habilitado. Normalmente por defecto Windows 10 y Windows 11 ya lo tienen habilitado, pero como decimos, merece la pena asegurarse de que está como debe esa función.
Para esto debes seguir estos pasos:
- En el buscador de Windows introduce el términi «Simbolo del sistema».
- Ahora, pulsa en la opción de «Ejecutar como administrador».
- Seguidamente, introduce este comando: fsutil behavior set disabledeletenotify 0
- Pulsa «Enter» y cirra la ventana.
Esto es todo lo que hay que hacer, salvo que te dé error, así te aseguras de que TRIM está habilitado. Igualmente podemos forzar la optimización de TRIM de dos formas distintas que tienen el mismo objetivo. Una es simplemente desfragmentar el SSD o HDD (sí, la desfragmentación del SSD optimiza con el comando TRIM y es necesaria cada cierto tiempo porque falla) un proceso que parece olvidado y que dada las cachés y controladoras de los modelos de gama media y baja en SSD está de tremenda actualidad porque Microsoft no sabe cómo acertar con ello.
Otra opción para forzar la optimización de TRIM del siguiente modo:
- Clic derecho sobre el icono de Windows.
- Dentro del menú desplegable, debemos pulsar sobre «PowerShell (Administrador)».
- Introduce este comando: Optimize-Volume -DriveLetter C -ReTrim -Verbose
- Pulsa «Enter» y cierra la ventana
Una vez que terminemos el rendimiento debería de haber vuelto todo a la normalidad, siempre que se tenga menos del 50% de la capacidad ocupada. Si no es así, volve a intentarlo con un porcentaje parecido.
Configurar el SSD sin indexar
Por defecto, Windows viene con un servicio de indexado que literalmente es un índice que «apunta» dónde está cada cosa, y ayuda en gran medida a mejorar la velocidad cuando se realizan búsquedas de archivos. Sin embargo, una de las ventajas de tener un SSD es su velocidad, por lo que este servicio no solo es prácticamente innecesario, sino que además estará gastando ciclos de lectura y escritura constantemente de tu SSD, reduciendo su rendimiento y vida útil, por lo que es recomendable desactivarlo.
Recuerda, porque es importante, que llegado un número de esas operaciones de escritura y lectura, tu unidad SSD pasará a mejor vida, por lo que debes tenerlo en cuenta a la hora de calcular la vida útil que le espera a esa nueva unidad en tu ordenador. Para ello debes seguir estos pasos:
- Abre el «Explorador de archivos».
- Pulsa ahora sobre «Este equipo» que aparece en la barra lateral izquierda.
- Clic derecho sobre nuestra unidad de almacenamiento principal.
- Ahora, del menú desplegable, debemos pulsar en «Propiedades».
- Sin movernos de la pestaña «General» debemos verifica que la casilla de «Permitir que los archivos de esta unidad tengan el contenido indizado además de las propiedades de archivo» no esta marcada. En caso de estar marcada, debemos quitar la selección.
- Pulsamos en Aceptar y cerramos.
Hay que tener en cuenta que haciendo esto perderemos la velocidad de las búsquedas en los archivos porque dejan de estar indizado como tal, pero si no buscamos nada por palabra en el buscador del explorador de archivos no tendremos problema.
¿Es necesario desfragmentar un SSD cuando es nuevo?
Antaño, la utilidad de desfragmentación en un SSD era contraproducente, ya que su función era «recolocar» los fragmentos de archivo para que estuvieran juntos y así tener un acceso más rápido a ellos. Con los SSD era innecesario dada su velocidad, y perjudicial dado que producía muchos ciclos de escritura, reduciendo su vida útil.
Sin embargo, en las últimas versiones de Windows 10 esto ha cambiado y, de hecho, ahora ni siquiera se llama Desfragmentador de disco, sino «Optimizar unidades». Esta herramienta ahora detecta si el dispositivo es un SSD o no y actúa en consecuencia. La optimización que realiza podríamos llamarla como «reTRIM», ya que lo que hace es ejecutar manualmente el comando TRIM para asegurarse de que el motor de garbage collection hace su trabajo.
Para comprobarlo, simplemente pulsa sobre Inicio y escribe «Optimizar unidades». Ahí podrás ver cómo está configurado y cambiar la configuración a tu gusto.
Desactiva Prefetch y Superfetch
A veces Windows emplaza información en la memoria física o virtual de programas que no estás utilizando actualmente, pero sí que usas frecuentemente. Esto se conoce como «Prefetch» y «Superfetch», y es algo que realmente no interesa tener en un SSD porque es innecesario dada su velocidad, y de hecho es contraproducente porque también genera ciclos de escritura y «gasta» la unidad. Para configurar tu SSD sin estas funcionalidades sigue estos pasos:
- Ponte en el buscador de Windows y escribe «Registro de Windows»
- Debemos ahora seguir esta ruta: HKEY_LOCAL_MACHINESYSTEMCurrentControlSetControlSession ManagerMemory ManagementPrefetchParameters
- Ahora, tienes que encontrar «EnablePrefetcher» y «EnableSuperfetch» (o solo uno como en nuestro ejemplo).
- Haz doble clic sobre este y sutituye su valor por un «cero».
Desactiva el servicio de Windows Search y Superfetch
Incluso aunque hayas hecho las modificaciones que te indicamos más arriba, Windows sigue manteniendo los servicios activos haciendo que se reduzca el rendimiento del SSD. Para desactivar también los servicios sigue los siguientes pasos y recuperarás la eficiencia perdida por el nuevo componente:
- Haz clic sobre Inicio y escribe «Servicios».
- En la ventana que se abre busca los servicios «Windows Search» y «Superfetch», haz clic con el botón derecho sobre ellos y pulsa sobre propiedades.
- Donde pone «Tipo de inicio», selecciona «Deshabilitado» y pulsa sobre Aceptar.
- La próxima vez que reinicies el PC, estarán desactivados.
Configurar la caché de escritura del SSD
En muchos SSD, el almacenamiento en caché de escritura a nivel de usuario puede tener un efecto perjudicial en el rendimiento. Para resolver esto, puedes deshabilitar la opción manualmente en Windows y ver cómo funciona. Siempre puedes volver a activarla en el caso de que notes que va a peor, y es que esto depende del SSD y del uso que le des. Para ello:
- Haz clic derecho sobre el botón de Inicio.
- Seguidamente, pulsa en el Administrador de dispositivos.
- Aquí busca tu unidad de SSD, haz clic derecho sobre ella.
- Abre Propiedades, desde donde podrás activar y desactivar la caché de escritura.
Desactivar la limpieza de archivo de paginación
Windows sigue implementando muchas cosas que ya no son necesarias. Un SSD opera con memoria Flash, haciendo posible que sobrescribir datos en el disco sea fácil y rápido, así que el archivo de paginación ya no necesita ser vaciado cada vez que reinicias o apagas el PC, pues no genera mejora de rendimiento y en cambio sí que gasta ciclos de escritura en el SSD. Para desactivarlo debes seguir estos pasos:
- Ponte en el buscador de Windows y escribe «Registro de Windows».
- Debemos ahora seguir esta ruta: HKEY_LOCAL_MACHINESYSTEMCurrentControlSetControlSession ManagerMemory Management
- Busca el valor «ClearPageFileAtShutdown», haz doble clic sobre este y cambia el valor a cero (0).
- Ahora, busca el valor «LargeSystemCache», haz doble clic sobre este y cambia el valor a cero (0).
- Si no tienes ninguno de estos dos valores, no tienes que hacer nada.
Aquí hay que tener en cuenta, a la hora de configurar esto, que dado que la mayoría de juegos actuales crean RAM Caché dentro del SSD, quitar el archivo de paginación repercute en un volcado de texturas que no se almacenarán como tal si la capacidad máxima de la memoria se desborda, es decir, si el juego consume más memoria RAM que la que tenemos instalada. En ese caso el rendimiento caerá bastante, sobre todo si jugamos a grandes resoluciones y con settings muy altos, así que es algo a tener en cuenta que puede ser más perjudicial que beneficioso dadas las circunstancias. Tenlo en cuenta para no encontrarte con sorpresas o pensar que esa nueva unidad no está funcionando como debería.
¿Entonces es bueno desactivarlo?
Los desarrolladores de videojuegos en los requisitos de los mismos ya «exigen» el uso de los SSD. Igual crees que esto no tiene excesivo sentido en la actualidad, pero tiene un motivo. Muchos usuarios instalan un HDD secundario donde instalan los juegos y estos se lanzan desde ahí. Esto genera una perdida de rendimiento, de ahí está «exigencia».
Que hagan esta «petición» se debe a que ven la necesidad de instalar el juego en un SSD. Entre otros motivos, porque mejora enormemente los tiempos de carga de los niveles. También mejora el rendimiento, permitiendo hacer una carga más rápida de las texturas, entre otros elementos del juego.
Cómo comprobar que el SSD ha mejorado en rendimiento
Una vez hechas todas las prácticas que hemos comentado, obviamente nos queda lo más importante, comprobar si los cambios que hemos hecho han funcionado o no, ya que es posible que en algunos SSD que tengan un rendimiento menor de base no notemos realmente la diferencia. En este caso, es bastante sencillo comprobarlo, ya que podemos hacer uso de cualquier benchmark para ello, o directamente podemos comparar cómo funciona tras los cambios con respecto a como lo hace sin ellos, ya que como bien hemos indicado, la mejora debería ser considerable.
Pero debemos tener en cuenta, que esta mejora de rendimiento, al igual que con las unidades extremadamente lentas, tampoco tiene por qué notarse con aquellas que sean extremadamente rápidas, ya que de normal ofrecen una velocidad que permite mover archivos o cargar programas en cuestión de segundos. Para comprobar realmente si las optimizaciones han funcionado, es directamente escoger un archivo de gran tamaño y moverlo de un lugar a otro para comprobar cuanto tiempo tarda, y conocer de esta forma si hemos ganado un rendimiento superior.
Esto podemos hacerlo de varias formas, una de las más sencillas es por ejemplo, crear una partición nueva en el disco de unos 25 o 30 GB, llenándola de una carpeta con una gran cantidad de archivos y tras esto, moviendola a la otra partición que tenemos en la unidad. Realmente esta forma es bastante básica, pero siempre es mejor utilizar un benchmark ya que los resultados que muestra nos permite comparar en general cómo funciona el SSD, que resulta mucho mejor por el hecho de que muestra una mayor cantidad de datos, además de que obviamente no tenemos que hacer nosotros ningún tipo de cálculo, facilitando todo el proceso para comprobar si el rendimiento ha mejorado o no.