Los monitores con pantalla OLED orientados al gaming ya llevan un tiempo entre nosotros, así como también las pantallas flexibles; sin embargo, estas últimas las hemos visto únicamente en smartphones, tablets y en algún ordenador portátil. Por este motivo, que el Corsair Xeneon Flex sea un monitor de sobremesa, con pantalla OLED ultra panorámica de 45 pulgadas y que sea flexible para permitirnos ajustar su curvatura literalmente a mano, sí que es una verdadera novedad. En este artículo, analizamos en profundidad este monitor para contaros todo lo que ofrece.
El Corsair Xeneon Flex es un monitor OLED orientado al gaming, pero al gaming «a lo grande» con una inmensa pantalla ultra panorámica (con relación de aspecto 21:9 en lugar de los 16:9 habituales) de 45 pulgadas, que además de proporcionar una rapidez y una calidad envidiable tiene la particularidad de que es flexible, como ya hemos mencionado. ¿Pantalla flexible en un monitor de sobremesa? Sí, y además te permite pasar de pantalla plana a curvada en segundos cada vez que tú quieras. Sigue leyendo y te lo contamos todo al respecto.
Corsair Xeneon Flex, especificaciones técnicas
Corsair Xeneon Flex | |
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Tipo de monitor | Gaming ultra panorámico |
Tamaño de pantalla | 45 pulgadas |
Resolución | 3440 x 1440 píxeles |
Tecnología de panel | OLED |
Frecuencia de refresco | 240 Hz |
Tiempo de respuesta | 0.03 ms |
HDR | HDR10 |
Adaptive Sync | G-SYNC compatible FreeSync Premium |
Brillo | Típico (SDR): 450 nits Máximo (HDR): 1.000 nits |
Relación de contraste | 1.500.000:1 |
Curvatura | Sí, ajustable hasta 800R |
Gama de color | 98.5% DCI-P3 100% sRGB |
I/O | 2x HDMI 2.1 1x DisplayPort 1.4 1x USB 3.2 Gen 1 Type-C Alt-Mode 2x USB 3.2 Type-A 1x USB-C 3.2 (entrada) |
Peso | 6.3 Kg |
Base / ergonomía | Ajuste de inclinación Ajuste de curvatura |
Consumo | N/A |
Precio | 2.399,99€ |
Como podéis apreciar en la tabla de especificaciones técnicas, el Xeneon Flex no es un monitor 4K, sino que Corsair ha optado por un modelo ultra panorámico con resolución 3440 x 1440 píxeles, con relación de aspecto 21:9. Esto significa que, en realidad, lo que tenemos es un monitor 1440p con ancho adicional, algo que nos dará un mayor campo de visión en los juegos y que, entre otras cosas, nos permitirá ver películas ocupando toda la pantalla, sin esas molestas bandas negras horizontales arriba y abajo.
Su panel OLED, fabricado por LG, nos ofrece una frecuencia de refresco de 240 Hz con tan solo 0,03 ms de tiempo de respuesta, o eso dice el fabricante. Por supuesto es compatible con tecnologías de frecuencia de refresco variable, incluyendo NVIDIA G-Sync Compatible y AMD FreeSync Premium, lo cual nos permitirá decirle adiós al ghosting y al tearing en juegos, proporcionando una experiencia mucho más fluida.
Este panel es, además, HDR (HDR10) con hasta 1.000 nits de brillo máximo cuando tenemos habilitado este modo, pero incluso sin hacerlo (en modo SDR) es capaz de proporcionar hasta 450 nits de brillo, bastante por encima de los monitores habituales (ventajas de los paneles OLED). Por otro lado, es capaz de mostrar el 100% del espacio de color sRGB y el 98,5% del espacio DCI-P3.
Finalmente, la característica principal del Xeneon Flex: su curvatura. Según queramos y literalmente cuando nos apetezca podemos utilizarlo como un monitor convencional de pantalla plana, pero con solo tirar de las asas en los laterales podemos convertirlo en un monitor curvado con una curvatura de hasta 800R, algo que mejorará notablemente la inmersión en juegos y películas.
En cuanto a las conexiones, tenemos 2 HDMI 2.1, un DisplayPort 1.4 y un hub USB que nos permitirá tanto conectar vídeo a través de USB-C Alt-Mode como tener un hub de dos puertos USB 3.2 Type-A para mayor comodidad, ya que tiene los controles en la parte frontal de la base. Eso sí, una de las partes malas que tiene este monitor y que debemos recalcar desde ya es su ergonomía: solo tiene ajuste de inclinación y de curvatura, pero no podremos modificar ni el giro ni la altura.
¿Cómo funciona la curvatura configurable de este monitor?
Como podéis ver en el vídeo que os hemos insertado encima de estas líneas, modificar la curvatura del Xeneon Flex es tremendamente sencillo: a los lados cuenta con sendas asas que podemos «sacar» pulsando un botón integrado (también podemos esconderlas de la misma manera), y tan solo tendremos que tirar de ellas hasta que escuchemos un sonido audible de «clic» que nos indicará que ha llegado al tope.
Cuando está en posición curvada, devolverlo a su forma de pantalla plana es igual de sencillo solo que en lugar de tirar de los laterales, deberemos empujarlos (de nuevo hasta escuchar el «clic» audible).
Unboxing y análisis externo
Al tratarse de un monitor bastante poco convencional, Corsair nos lo ha enviado utilizando una enorme y pesada caja de acero con ruedas para garantizar que el monitor no sufrirá ningún desperfecto a causa de los golpes durante el transporte.
Por suerte (está todo pensado) retirando la parte superior de la caja ya nos da acceso a la caja original del monitor. En la propia caja encontramos lo típico: nombre y modelo, un dibujo del producto, y sus principales características resumidas en forma de icono, como podéis apreciar.
Comencemos viendo, como siempre, qué es lo que viene junto con el producto. En este caso debéis tener en cuenta que este monitor ha pasado por muchas manos antes de las nuestras, y por eso el aspecto estético de las cosas no es óptimo. Aquí tenéis, para empezar, la fuente de alimentación y cable de corriente, que en este caso viene con enchufe americano y no europeo (le vale cualquier cable de corriente estándar que usan los PC o monitores). La fuente de alimentación, por cierto, es de nada menos que 240W, bastante exagerado teniendo en cuenta que el monitor es OLED, pero bueno.


También se incluyen una miríada de folletos, incluyendo manual de instrucciones, información sobre la garantía, consumo energético y un reporte del test de calibración de fábrica.
Se incluye también un cable HDMI, un DisplayPort y otro USB para el hub.
Veamos ya el monitor, comenzando por su enorme peana en forma de V, con prácticamente toda la zona inferior cubierta de goma anti deslizante. Como podéis apreciar, el tipo de anclaje es el estándar: solo hay que introducir el cuello de la base en el soporte y atornillarlo con el tornillo que ya viene puesto y que se puede apretar simplemente con los dedos, no hacen falta herramientas.



Aquí está el monitor, con la peana ya montada (podéis ver que el plástico protector está un poco hecho un asco, por lo que os comentamos hace un momento de que el monitor ha pasado ya por muchas manos antes de llegarnos a nosotros).
Como siempre, una pegatina que al igual que el protector deberemos retirar nos muestra en forma de icono sus principales características.
Ahora sí, ya sin los plásticos, aquí tenéis el Corsair Xeneon Flex. Es un monitor muy grande y bastante pesado, aunque con el tamaño que tiene (recordemos que son 45 pulgadas) tampoco pesa tanto. Ya a primera vista lo primero que nos llama la atención (y nos gusta bastante) es que la pantalla es mate, y no con el odioso acabado brillante que muchos fabricantes parecen empeñados en utilizar en las pantallas OLED.
En el cuello de la base tenemos muy a mano los dos puertos USB del hub, así como un minijack de audio para auriculares. En la parte derecha tenemos tres botones: uno para seleccionar la fuente de entrada, otro para encender y apagar el monitor, y a la derecha del todo un joystick para movernos por el OSD de la pantalla que veremos luego. Por cierto, que justo en el borde de la pantalla hay un asa de acero para ayudarnos a modificar la inclinación.
Por la parte trasera, lo primero que llama la atención es el enorme refuerzo con dos brazos que tiene la pantalla; esto está muy bien pensado, ya que así no podremos forzarla más de la cuenta y además nos ayudará a que mantenga la curvatura cuando decidamos modificarla. Por otro lado, aquí tenemos también en el cuello de la base las conexiones.
De arriba hacia abajo, tenemos los dos HDMI 2.1, el DisplayPort 1.4, el USB-C con Alt Mode para vídeo, dos puertos USB Type-A más y el USB-C para dar servicio al hub. Abajo del todo, el conector de alimentación.
Los dos brazos que nos ayudarán a mantener la curvatura del monitor en posición son muy robustos, pero a la vez flexibles precisamente para poder curvar la pantalla.
En ambos laterales encontramos sendas asas con un botón que nos permitirá sacarlas. Para esconderlas tan solo hay que presionar y quedarán de nuevo escondidas.


En cuanto a la sujeción de la pantalla, tenemos también el típico basculante que es lo que nos permite modificar la inclinación de la pantalla. Eso sí, este monitor carece de anclaje VESA para poder instalarlo en un brazo móvil.
Visto el monitor, ha llegado la hora de ponerlo a prueba.
Probando el Corsair Xeneon Flex
Como es lógico, lo primero que queremos enseñaros es el tema de la curvatura modificable. Así se ve el monitor con la pantalla completamente plana.
Y así se ve con la pantalla curvada (800R).
La curvatura máxima es bastante pronunciada, pero también tenemos puntos intermedios para poder «configurarlo» con la curvatura con la que más cómodos nos sintamos en cada momento.


Por cierto, fijaos en los brazos de sujeción de los laterales cómo se adaptan a la curvatura sin problema.
Visto esto, vamos ahora sí a conectarle un PC y comenzar a probarlo en condiciones para poder contaros qué tal funciona.
Comenzamos viendo su OSD (On Screen Display), que nos va permitir configurar al dedillo todas las características del monitor, pero vamos a hacerlo un poco por encima porque si no, no terminaríamos hasta mañana. El Xeneon Flex nos permite configurar todos los parámetros de imagen, como temperatura de color, brillo, contraste o nitidez, además de contar con varios perfiles predefinidos si no queremos complicarnos la vida.
Podremos modificar la relación de aspecto, el VRR, estabilizador de brillo, fuente, audio, PIP/PBP, etc.
Y, por supuesto, también incorpora características extra como el añadir un punto de mira, por ejemplo.
A continuación vamos a ver la homogeneidad, gama de colores y demás características de la pantalla; en cada una de ellas vais a ver que hemos insertado una galería con dos imágenes: una con la pantalla plana y otra con la pantalla curvada, de manera que podamos apreciar si hay diferencias (spoiler: no hay diferencias, no se produce deformación ni distorsión alguna al curvar la pantalla).
En la siguiente fotografía podéis ver una comparativa de los colores blancos y negros en distintas intensidades. Como pantalla OLED con local dimming, los negros son auténticos negros porque la pantalla directamente apaga esa zona, por lo que el contraste es simplemente espectacular.


La escala de color se ve impresionante gracias a este maravilloso panel OLED fabricado por LG.


A continuación, vamos a observar cómo se muestra un color negro puro, que en este caso es puro de verdad porque gracias al local dimming los píxeles están directamente apagados. Además, no existe la posibilidad de que haya fugas de luz en esta pantalla, la homogeneidad es total.
Le llega el turno al blanco; aquí hemos de hacer un pequeño inciso, y es que la cámara que hemos utilizado para tomar la instantánea no es capaz de captar la intensidad de blanco que muestra el monitor (de igual manera, salvo que tengas un monitor HDR y correctamente calibrado no vas a poder apreciarlo al ver la foto), así que tendréis que creernos cuando os aseguramos que se ve blanco, pero blanco blanco nuclear.
Lo mismo sucede con los colores rojo, verde y azul (RGB), pero sí que os podemos garantizar que se ven homogéneos y con una intensidad que prácticamente hace daño a la vista, especialmente el color rojo que es intensísimo.



Desde luego, el comportamiento del panel es absurdamente bueno, y es que es lo que tiene la tecnología OLED, que especialmente los colores se ven con una intensidad asombrosa y con una homogeneidad total.
Pasemos ahora a probar el monitor en juegos, ya que al fin y al cabo el Corsair Xeneon Flex es un monitor diseñado para ello. La mayoría de los juegos modernos admiten resolución ultra panorámica de manera nativa, aunque esto no es así en todos y muy especialmente en aquellos que tengan ya un tiempo; esto significa que, en juegos que no sean compatibles, o veremos la imagen deformada o veremos bandas verticales.
Sin embargo, realmente en la enorme mayoría de juegos sí que podremos disfrutar de esta enorme pantalla 21:9 en todo su esplendor, a resolución 3440 x 1440 y hasta a 240 Hz de frecuencia de refresco.
Llegados a este punto, debemos plasmaros nuestra experiencia personal de uso, y vamos a ser totalmente honestos: es increíble. Corsair (y LG) han logrado crear un monitor que consideramos perfecto para juegos, tanto por el hecho de que su panel OLED tiene una representación de colores espectacular como por la rapidez que tiene esta pantalla, con hasta 240 Hz que además son compatibles con G-Sync y FreeSync, permitiéndonos tener una experiencia de juego mucho más fluida al evitar el tearing y el ghosting.
Otra de las cosas que más nos ha gustado, además de la calidad y la rapidez del panel, son los controles del monitor: el hecho de que estén en el cuello de la base hace que sea muy cómodo interactuar, y el que le hayan puesto dos USB adicionales en esta parte es, sin duda, muy útil y cómodo para, por ejemplo, conectar el dongle USB de unos auriculares inalámbricos o para conectar un pen drive cuando nos haga falta.
En cuanto a la curvatura, está genial el poder pasar de plano a curvado en pocos segundos y con poco esfuerzo, aunque honestamente esto es algo que al final la mayoría de los usuarios no va a estar usándolo todo el tiempo, y se quedarán con la pantalla plana o curvada casi todo el tiempo. Sin embargo, para personas como un servidor que usa el PC para trabajar durante la jornada laboral y luego para jugar en el tiempo de ocio, viene genial el poder pasar de una forma a otra.
Claro, no todo son cosas positivas, y este Corsair Xeneon Flex también tiene sus partes malas: la primera de ellas es que no tiene ajuste en altura ni anclaje VESA, lo que significa que si quieres ajustar bien esto a tus preferencias deberás comprar un stand. Además, como la pantalla es tan ancha, la base en forma de V ocupa bastante espacio sobre la mesa. Finalmente, la parte que seguramente sea la peor: el precio. El Corsair Xeneon Flex de 45 pulgadas tiene un precio de venta de 2.399,99€ en la tienda online del fabricante, y no todo el mundo puede ni quiere gastarse esta cantidad de dinero en un monitor.
Conclusión y veredicto
Tras estar probando este monitor por nosotros mismos, no nos cabe duda de que Corsair tiene ahora mismo en el mercado uno de los mejores monitores gaming que existen: con su panel OLED que muestra unas imágenes increíbles, su asombrosa rapidez con 240 Hz y 0,03 ms de tiempo de respuesta y la enorme pantalla de 45 pulgadas, el Xeneon Flex proporciona una de las mejores experiencias de juego a las que puedes optar en PC hoy por hoy.
La gran novedad de este monitor de sobremesa es que es el primero del mundo que hace uso de una pantalla flexible, dándonos la opción de utilizarlo con pantalla plana o con curvatura hasta 800R a nuestro gusto y discreción, y aunque como es lógico no vamos a estar pasando de plano a curvado y de curvado a plano constantemente, siempre es una gran ventaja según estemos, por ejemplo, trabajando o jugando. Sin duda, es una idea excelente y la ejecución de Corsair la respecto ha sido prácticamente perfecta.
Como puntos negativos, los ya mencionados: no tiene ajuste en altura ni anclaje VESA, por lo que tendremos que ponerlo en un stand si queremos utilizarlo a una altura que nos convenga mejor ergonómicamente hablando. Eso, y el hecho de que cuesta más de 2.000 Euros incluso estando en oferta.
No decimos que el monitor no lo valga, simplemente que es mucho dinero y no todo el mundo estará dispuesto a pagarlo, desde luego. Con todo, consideramos que es uno de los mejores monitores gaming que el dinero puede comprar en 2023, y por lo tanto no podemos sino recomendarlo por su excelente desempeño y por su diseño, así como otorgarle nuestro galardón de Platino.


