Lenovo Legion Pro 34WD-10, review: excelente para jugar, no tanto para lo demás

Cuando tienes un PC gaming de altas prestaciones, es de recibo acompañarlo de un monitor que esté a la altura, y sin lugar a dudas desde que comenzaron a comercializarse las pantallas OLED, han sido el camino a seguir tanto por calidad de imagen como por rapidez en términos de frecuencia de refresco y tiempo de respuesta. Hoy analizamos uno de esos monitores que busca darle una vuelta de tuerca más a la experiencia gaming, el Lenovo Legion Pro 34WD-10, un monitor que además de contar con una pantalla OLED, esta es ultra panorámica y viene acompañada de un buen puñado de interesantes características para maximizar la experiencia de juego.
El Lenovo Legion Pro 34WD-10 es un monitor diseñado para gaming que tiene «todo pensado», incluyendo los detalles menores. Y es que no se trata tan solo de una pantalla OLED de buena calidad y muy rápida, es que Lenovo ha tenido en cuenta cualquier posible necesidad de los jugadores añadiendo detalles como un soporte para los auriculares, un hub USB, Low Blue Light integrado e incluso un sistema de optimización de red.
Pero no adelantemos acontecimientos y vamos a pasar a verlo.
Lenovo Legion Pro 34WD-10, especificaciones técnicas
Lenovo Legion Pro 34WD-10 | |
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Tipo de monitor | Gaming ultra panorámico |
Tamaño de pantalla | 34 pulgadas |
Resolución | 3440 x 1440 píxeles |
Tecnología de panel | OLED |
Frecuencia de refresco | 240 Hz |
Tiempo de respuesta | 0.03 ms |
HDR | DisplayHDR True Black 400 |
Adaptive Sync | FreeSync Premium Pro |
Brillo | Típico (SDR): 275 nits Máximo (SDR): 450 nits Máximo (HDR): 1000 nits Pico (HDR): 1300 nits |
Relación de contraste | 1.500.000:1 |
Curvatura | 800R |
Gama de color | 98.5% DCI-P3 99% sRGB |
I/O | 2x HDMI 2.1 1x DisplayPort 1.4 1x USB 3.2 Gen 1 Type-C Alt-Mode 1x Ethernet 2.5 GbE 1x USB-B (entrada) 3x USB-A (salida) 2x USB-C (3.2 Gen. 1) |
Peso | 8.7 Kg (con stand) 6.4 Kg (solo pantalla) |
Base / ergonomía | Inclinación: -7 a +15 grados Giro: 30 grados Altura: 10 cm |
Consumo | Típico: 64 W Máximo: 320 W Sleep: 0,5 W Standby: 0.3 W |
Precio | 1.299€ |
Como podéis observar en las especificaciones técnicas, el Lenovo Legion Pro 34WD-10 tiene una diagonal de 34 pulgadas en formato Ultrawide, es decir, su relación de aspecto es de 21:9 en lugar de los 16:9 estándar, dándonos un ancho adicional para una mayor sensación de inmersión e incluso para una ventaja competitiva, al ver literalmente más porción de pantalla. Esto lo han incrementado todavía más dotando a la pantalla de una curvatura 1800R, que hace que los laterales de la pantalla queden a la misma distancia de nosotros que el centro, haciendo que la inmersión sea todavía mayor.
El panel es OLED, que como bien sabéis es capaz de mostrar colores más vivos, negros más negros y blancos más blancos, con un brillo más notable que en este caso llega a 1.300 nits de pico, si bien en HDR el brillo típico es de 1.000 nits. Se trata de un monitor gaming, y por eso sus especificaciones están a la altura con 240 Hz de frecuencia de refresco, variable con tecnología AMD FreeSync Premium Pro, y con el tiempo de respuesta de 0,03 ms GtG habitual de las pantallas OLED, algo esencial para juegos competitivos.
Pero no todo son juegos competitivos, porque con una cobertura del 99% del espacio de color sRGB y del 99,5% del DCI-P3, el Lenovo Legion Pro 34WD-10 es capaz de representar los colores de una forma ya no solo homogénea, sino también exacta. Viene por supuesto calibrado de fábrica para que el usuario no tenga que preocuparse de nada. Además, el monitor permite adaptar su ergonomía ajustando su altura, inclinación y giro a gusto del usuario.
Por si esto fuera poco, Lenovo ha tenido en cuenta como decíamos al principio los pequeños detalles, y el Lenovo Legion Pro 34WD-10 incorpora un hub de puertos USB, un puerto RJ-45 para, según el fabricante, optimizar con IA la conexión de red, iluminación RGB ambiental, un soporte para auriculares en el lateral, software Lenovo Artery para el control de todos los parámetros, un soporte para el teléfono móvil, dos altavoces de 5W incorporados, sensor de luz ambiental para ajustar automáticamente el brillo, un sensor de presencia y, por supuesto, una miríada de sistemas de protección de la pantalla OLED para evitar burn-in.
Sobre el papel, este monitor de Lenovo viene bien cargado de tecnología y pinta estupendamente bien, aunque hay que tener en cuenta que es bastante caro, pues su precio de venta normal es de 1.299 euros, por encima de su competencia como el Corsair Xeneon 34WQHD240-C que además tiene G-Sync, cosa de la que carece este producto. Veamos si vale o no la pena.
Unboxing, montaje y análisis externo
El Lenovo Legion Pro 34WD-10 viene embalado en una caja de cartón duro y color neutro de forma alargada, que pesa aproximadamente unos 15 Kg, por lo que en este caso aunque sigue siendo recomendable manipularlo entre dos personas, una sola podrá perfectamente. En la cara exterior, el fabricante nos informa de la marca, el modelo y sus especificaciones técnicas principales representadas en forma de iconos.
La caja se abre en forma de cofre, y lo primero con lo que nos encontramos es con los accesorios y soportes, dejando la pantalla en sí para la parte de abajo. Para empezar, tenemos los habituales panfletos con información, garantía y la certificación de la calibración de fábrica.
También viene una gran cantidad de cables, que incluye un HDMI, un DisplayPort, un USB-A, un USB-C y el cable de alimentación.
En esta pequeña bolsita tenemos los cuatro tornillos y llave Allen con cabezal Philips para poder atornillar la base.
La base tiene forma hexagonal irregular; de color blanco y adornada con el nombre de Lenovo, aquí encontramos el soporte para poner el teléfono móvil, mientras que en la parte inferior, además de tener cuatro inserciones de goma, están las perforaciones para poder atornillar el brazo.



El brazo tiene un sistema de anclaje sin herramientas en el lado de la pantalla, pero con tornillos a la base. Como podéis apreciar, se divide en dos para completar el hexágono de la base.




Es el brazo el que nos permitirá modificar la altura, el giro y la inclinación de la pantalla, todo integrado en la zona de anclaje a la pantalla.
El montaje es bastante sencillo: simplemente hay que colocar el brazo encima del soporte haciendo que coincidan los agujeros, y lo atornillamos.



Ahora, sin sacar la pantalla de la caja, como viene boca abajo solo habría que apartar un poco el plástico protector para dejar acceso al punto de anclaje del brazo.


Si lo colocas en el borde de una mesa para que la base no choque contra esta, simplemente con colocar la parte superior primero y dejar caer poco a poco la parte inferior del punto de anclaje, hará «clic» y quedará fijado. Cuando quieras desmontarlo solo hay que hacer el proceso inverso tirando de la palanquita física.
Hecho esto, ya tenemos el monitor montado y listo para conectar y funcionar, pero por supuesto antes tenemos que ver la zona de la pantalla. Para empezar, hay que decir que afortunadamente Lenovo ha escogido un acabado mate que no refleja, algo muy de agradecer.
En la imagen de arriba podéis ver la pantalla en su máximo de altura, y en la de abajo que pondremos a continuación, en su altura mínima.
En el centro de la parte delantera tenemos el sensor de luz y de presencia, así como el LED indicador de estado cuando el dispositivo esté encendido.
Y justo debajo, una «ranura» para poder colocar el smartphone. Ojo, porque dependiendo de la altura a la que tengas la pantalla, éste podría chocar con ésta.


El monitor es relativamente grueso, pero lo es por el simple hecho de que la curvatura 1800R es bastante curvatura.


Si nos vamos a ver la parte trasera, podemos ver una zona de malla negra 3D decorativa que contrasta con el blanco del plástico trasero, pero aun así hay una rejilla que va por todo el perímetro para poder disipar mejor el calor, ya que este tipo de monitores suele calentarse bastante.
A la izquierda (o a la derecha si estás mirando el monitor de frente) tenemos los controles físicos, que constan de un botón de encendido, otro para cambiar entre entradas de vídeo, otro para activar el modo juego, y un joystick direccional para movernos por los menús.
En este mismo lado tenemos el conector de alimentación, por abajo, acompañado de un cierre de seguridad Kensington.
En el otro lado tenemos todas las demás entradas de vídeo y USB, además del RJ-45.
Y en la parte superior, el logo de la familia Legion de Lenovo.
Ya que estamos viendo el monitor por detrás, nos viene genial para enseñaros su capacidad de giro hacia ambos lados.


Visto el monitor, ha llegado la hora de ponerlo a prueba.
Probando el Lenovo Legion Pro 34WD-10
Nada más conectar y encender el monitor, aparece el logo de Lenovo y de FreeSync, aunque hay que decir que sale durante apenas un instante y prácticamente no te da tiempo a verlo. También hay que decir que los controles son un poquito toscos, y al principio cuesta que te «hagan caso» hasta que el monitor lleva ya unos segundos encendido, como si tuviera que entrar en calor.
El OSD es bastante completo e intuitivo, es muy fácil manejarlo y moverte por los diferentes parámetros que ofrece. No obstante, tampoco es que tenga ninguna configuración que no hayamos visto anteriormente, así que simplemente os vamos a poner algunas capturas de las opciones que ofrece en los menús.






El balance de negros y blancos es excelente, como no podía ser de otra manera tratándose de una pantalla OLED. Las transiciones y gradientes son perfectos.
El blanco es blanco puro y el negro es prácticamente como si la pantalla estuviera apagada.


En la siguiente imagen podéis ver una transición de blanco a negro o viceversa.
En cuanto a los colores, la representación es muy exacta y los gradientes excelentes, aunque lamentablemente nuestra cámara no es capaz de captarlo en toda su magnitud. Como decimos siempre, los monitores OLED hay que verlos en persona para apreciar las enormes diferencias con respecto a las pantallas tradicionales.
En cuanto a los colores RGB, tienen una intensidad muy elevada incluso con la pantalla en modo SDR, y la homogeneidad es total en toda la superficie.



En cuanto al rendimiento en juegos, pues ya os lo podéis imaginar: es sublime. La representación de colores, la fluidez, el ancho adicional por ser una pantalla ultra panorámica 21:9 y la curvatura 1800R te meten en seguida en la acción, con un nivel de inmersión extraordinario.
Echamos de menos eso sí que el monitor contara con tecnología G-Sync. Aunque se puede forzar como «compatible» en la configuración de NVIDIA gracias a los últimos drivers, realmente complica un poco la cosa, y como hoy en día ya no hay que pagar royalties para implementarlo, no entendemos por qué Lenovo ha prescindido de ello, máxime en un monitor gaming de alta gama como es este.
Ahora bien, el Lenovo Legion Pro 34WD-10 es un monitor que nos ha demostrado ser excelente para jugar a todo tipo de juegos, pero hay algunos puntos flojos que hemos de comentar. Y es que si solo utilizas el monitor para jugar, o principalmente para ello, es excelente, pero si además de para jugar pretendes utilizarlo para otros menesteres como trabajar… la cosa cambia.
Y es que la curvatura 1800R, aunque te da mucha sensación de inmersión en juegos o películas, cuando estás trabajando por ejemplo con Photoshop te distorsiona las imágenes, y no hablemos de que estés en una hoja de cálculo de Excel o Google Sheets, pues las celdas quedan… como torcidas. No es lo ideal, la curvatura es demasiado para ello, y honestamente pensamos que una curvatura 800R habría hecho de este monitor un producto más polivalente.
Conclusión y veredicto, ¿es el monitor que deberías comprarte?
Pues respondiendo a la pregunta del título, depende: si eres una persona que utiliza el PC principalmente para jugar, tienes un PC potente capaz de manejar los últimos juegos a altas tasas de FPS y tienes una tarjeta gráfica de AMD, entonces sin duda debería de ser una de tus primeras opciones porque el rendimiento y la calidad que ofrece son excelentes.
Ahora bien, y esto ya no es cosa del monitor… si tu PC gaming no es de altas prestaciones y no vas a poder aprovechar su gran resolución de 3440 x 1440 a 240 Hz, entonces quizá deberías invertir primero en mejorar tu hardware, porque sería como ponerle ruedas de competición a un Ford Fiesta de los 90… aunque siempre puedes bajar la resolución y jugar así (pero sería un desperdicio, claro).
En resumidas cuentas, el Lenovo Legion Pro 34WD-10 nos ha demostrado ser un muy fuerte contendiente en la lucha de los fabricantes por contar con el mejor monitor OLED para gaming, de eso no nos cabe duda. Le faltan «cositas» a nuestro parecer, como compatibilidad con G-Sync para aquellos que tengan una gráfica NVIDIA, y como hemos mencionado la curvatura 1800R si bien es una pasada para gaming y películas, en el momento en el que tienes que usar el PC para otro tipo de tareas es un detrimento más que una ventaja.
Con todo esto, sin duda es un monitor que recomendaríamos teniendo en cuenta lo de arriba, y aunque Lenovo lo tiene en su tienda online por 1.299 euros, a buen seguro que podremos encontrarlo rebajado en ocasiones.
Por todo ello, consideramos que se merece nuestro galardón de Platino y nuestra recomendación por su rendimiento y su diseño.


