El mundo del formato digital de videojuegos está dejando historias realmente de terror. A la ya conocida de «no eres el dueño de lo que compras» ahora tenemos que añadir otra práctica que muchas compañías ponen en marcha como es la de «este juego lo borro de tu biblioteca porque me da la gana». Y Ubisoft, que ha sido una de las últimas en hacer una cosa así, lo mismo tiene que enfrentarse a consecuencias indeseadas con la justicia.
Y es que con la excusa de que ellos controlan el producto que nos venden, siempre, piensan que pueden recortarlo, limitarlo o modificarlo a su antojo e incluso llegar a eliminarlo para siempre de nuestra bibliotecas (da igual donde queramos jugarlo). Así ocurrió hace relativamente poco con Ubisoft y su The Crew, que cuando comenzó a llegar su segunda parte y el número de jugadores bajó hasta convertirse en residual, no tuvo mejor ocurrencia que quitarlo para siempre de las compras de los usuarios previa desconexión de sus servidores.
Ubisoft y las consecuencias legales en sus juegos
El problema de decisiones como estas no es que se tomen, que ya es grave, sino que publishers como los franceses se sientan impunes ante tanto atropello a los jugadores. Lo hacen porque creen que no les traerá consecuencias… hasta que lo hace. Y es que dos usuarios de California han decidido presentar una demanda contra Ubisoft por decidir por su cuenta que un juego que vendió y ellos compraron, ahora deja de estar disponible en sus bibliotecas.
En la demanda se describe, de forma figurada, cómo ha actuado Ubisoft con The Crew: «“Imagínese que compra una máquina de pinball y, años después, entra en su estudio para jugar y descubre que faltan todas las paletas, que la máquina y los petacos han desaparecido y que el monitor que mostraba con orgullo su incuestionable puntuación más alta ha desaparecido […] Resulta que el fabricante de pinball decidió entrar en su casa, vaciar el interior de la máquina de pinball y quitarle la posibilidad de jugar al juego que compró y pensó que era suyo”.
Evidentemente lo que está en juego no es ya que nuestras compras digitales tengan valor años después de que un lanzamiento se descontinúe (como se diría en otro tipo de servicios) sino que el propio desarrollador mantenga un compromiso con los usuarios para intentar evitar su desaparición. Algo que está en juego en estos días en los que el formato digital, queramos o no, se está imponiendo ya con porcentajes de adopción muy, muy altos respecto del formato físico.
Juegos online y su adiós cuando se desconectan
Lo que está sobre la mesa, con esta demanda o con otras que a buen seguro llegarán, tiene que ver con la responsabilidad de los desarrolladores con sus productos y servicios online, que impunemente desconectan cuando han pasado algunos años y sus juegos han sido sustituidos por otros. La ley, europea o estadounidense, debe moverse en la dirección del usuario, de proteger su gasto y que sea capaz de generar garantías de que, incluso después de abandonada, existe posibilidad de seguir jugándo al título en el que gastamos dinero.
Pero lo primero antes de pensar en otras cosas, es acabar con la impunidad de las compañías que nos cobran y luego quitan sus juegos de nuestras bibliotecas. Sin posibilidad de defendernos.