Vivimos en una era en la que los videojuegos cada vez ocupan más espacio, una era de consolas de sobremesa y portátiles con almacenamiento limitado y en la que, a causa de lo primero, casi siempre los usuarios nos vemos obligados a borrar juegos para instalar otros y/o a adquirir unidades de almacenamiento auxiliares o de mayor capacidad. Antes esto no era así, y en este artículo vamos a reflexionar sobre esta «obesidad digital«, en la que ya os adelantamos que la culpa es por la vagancia de los desarrolladores.
El tema de lo que ocupan los juegos ha llegado ya a un límite casi absurdo. Hace tan solo 5-6 años, que un juego ocupara cerca de 100 GB ya era noticia por lo disparatado que era, pero parece que hoy en día se ha normalizado hasta el punto de que ya a nadie le extraña que el último Call of Duty se coma más de 200 GB del almacenamiento de tu dispositivo, y en muchos casos estamos hablando de que, literalmente, es una cuarta parte del espacio total.
Hoy en día, el estándar de almacenamiento tanto en consola como en PC es 1 TB, con algunas opciones más caras que incorporan SSD de 2 TB como hizo Microsoft con la Xbox Series X. Esto significa que ya es muy raro el poder tener 10 o 12 juegos instalados en la consola, tienes que andar siempre borrando juegos a los que ya no juegas mucho para hacer sitio a los nuevos, o comprando unidades externas. Y esto no debería ser así…
La obesidad digital es culpa de los desarrolladores
Uno podría pensar que cuando un juego ocupa tantísimo espacio es porque tiene texturas de muy alta resolución, con mapas enormes, una ingente cantidad de sprites y una banda sonora en alta definición que provocan que el espacio que ocupan los juegos se dispare. Sin embargo, y aunque esto es efectivamente cierto, la realidad es bien distinta.
La principal causa es, como ya hemos dicho, que los desarrolladores son vagos. Y son vagos porque ya no tienen las limitaciones físicas de antaño, cuando los videojuegos venían en CD o DVD y tenían que ingeniárselas para que sus juegos cupieran en el limitado espacio de estas unidades ópticas. Hoy en día, incluso cuando hablamos de juegos en formato físico, siempre, y quiero decir SIEMPRE vas a tener que descargar contenido adicional tras instalar el juego físico, porque lo que te venden en formato Blu-Ray actualmente está incompleto y, en una gran cantidad de ocasiones, ni siquiera te permite jugar sin esta descarga inicial.
También son vagos por el hecho de que, según van lanzando parches (ya sean de contenido o para solucionar problemas), no se molestan en «hacer limpieza«. Por poner un ejemplo, imagina un juego que de base ocupa 50 GB. Con el paso del tiempo van lanzando parches y actualizaciones, y el juego termina en más de 100 GB porque cuando lanzan una actualización no eliminan los archivos que ya no son necesarios, simplemente van añadiendo más y más.
En resumidas cuentas, los desarrolladores no se molestan en comprimir y optimizar sus juegos porque ya no tienen limitaciones de espacio, gracias a Internet van añadiendo más y más contenido sin hacer limpieza de archivos innecesarios y han demostrado que el tema de lo que ocupan sus juegos les da exactamente igual. No tienen límites, y si nadie se los impone terminaremos con títulos que ocuparán medio TB, prácticamente haciendo que no quepan más juegos en las consolas, que son las más limitadas en este aspecto.
¿Y qué podemos hacer al respecto? Algunos juegos, como por ejemplo Call of Duty, permiten seleccionar las partes que quieres instalar (o en algunos casos, desinstalar partes que no usas) como el modo campaña o el cooperativo. En PC, también hay aplicaciones como CompactGUI que permiten comprimir los directorios de instalación de los juegos y pueden llegar a ahorrar hasta un 60% del espacio que ocupan sin apenas impacto en el rendimiento. Por último, tras la instalación o actualización de los juegos, algunos incluyen herramientas específicas de limpieza para borrar archivos que no se usan, aunque también solo en PC.
