La llegada de nuevas tecnologías es algo que siempre llama la atención desde un principio, es algo que pudimos ver con el lanzamiento de una gran cantidad de ellas, pero hay algunas que han triunfado más que otras, y si tuviésemos que hablar de una que tuvo un éxito que no ha sido demasiado duradero por los problemas que presenta, es la realidad virtual. Y es que aunque se presentó como una de las que podrían llegar a cambiar el futuro, y es que entran en juego muchos factores que hacen que resulte tan complicado tanto desarrollarla como hacerse con ella.
En términos generales, la realidad virtual ofrece una gran cantidad de características que pueden llegar a llamarnos la atención, y es que a nivel de usuario es algo que todo el mundo debería experimentar alguna vez principalmente por las sensaciones que es capaz de transmitir. Pero esto está claro que no es lo suficientemente convincente como para que una gran cantidad de personas inviertan mucho dinero para hacerse con un dispositivo que permita utilizar el VR, lo que hace que las compañías tampoco le den prioridad al no tener un mercado que sea realmente estable, como bien podemos imaginar.
La realidad virtual, una tecnología que apareció demasiado pronto
Tratar de representar un entorno digital como si fuese la vida misma es algo que se ha intentado hacer en los últimos años, y es gracias a ello que hemos podido ver cómo se desarrollaba una de las tecnologías que más importancia cobró durante unos años, la realidad virtual. Pero está claro que la importancia que ha tenido esta ha ido disminuyendo con los años, llegando a ocupar un lugar relacionado con el ocio, al que realmente no hay demasiada gente que puede llegar a acceder, y no es por el hecho de que sea algo complicado de encontrar actualmente.
Y es que uno de los mayores problemas que se pueden encontrar relacionados con el VR son los precios que tiene prácticamente todo, si hablamos solo del hardware es probable que tengamos que invertir más de 400€ para tener unas gafas que resulten decentes (sin llegar a tener la mejor calidad posible). Pero además, si tenemos en cuenta prácticamente todo lo que podemos utilizar a nivel de software también es bastante caro, ya que las opciones gratuitas que hay resultan bastante limitadas en comparación con otras plataformas, algo que obviamente, es comprensible si tenemos en cuenta que tampoco existe un interés demasiado grande por ofrecer más variedad.
Todo esto sin contar el problema más grande que se puede tener a la hora de utilizar, sobre todo, los modelos que no funcionan de forma independiente, sino que necesitan un ordenador para poder hacer la renderización y poder así ver realmente lo que nos puede ofrecer el VR. En este caso, tendríamos que sumarle el hecho de necesitar un PC que resulte potente para que pueda hacer esto, mientras que también hay que sumarle el espacio que necesitamos, no solo por lo que pueden ocupar los cables, sino también para poder utilizarlas de forma correcta.
En general la realidad virtual sigue siendo a día de hoy una tecnología que merece la pena probar por la experiencia, pero nada más, ya que al final es una industria que por los motivos que hemos comentado, se encuentra en un estado bastante estático.