Durante el verano, son muchos los usuarios que visitan la playa y que se llevan sus dispositivos electrónicos, incluyendo el ordenador portátil. Más allá de eso, también es muy cómodo trabajar con el portátil en exteriores, especialmente por la mañana buscando el «fresquito». Sin embargo, ¿te has parado a pensar qué le podría pasar a tu portátil si te lo olvidas al sol durante mucho tiempo? En este artículo te vamos a contar las consecuencias.
Como seguramente ya sepas, las altas temperaturas son uno de los mayores enemigos de los dispositivos electrónicos, y lógicamente el sol contribuye mucho a generar calor. Pero, más allá de eso, dejar un portátil bajo el sol durante periodos prolongados puede traer consecuencias desastrosas para tu hardware.
El sol y el portátil, enemigos acérrimos
La primera consecuencia nociva para tu portátil es que, lógicamente, se calentará más de la cuenta, incluso aunque lo hayas dejado apagado. Las altas temperaturas que genera el sol, especialmente ahora en verano, pueden provocar que los objetos que están en exposición directa superen los 60ºC, a pesar de que la temperatura ambiente sea más baja (en España ya sabréis que rondamos los 40ºC en esta época). De hecho, incluso aunque no haga excesivo calor siempre debes evitar dejar el portátil bajo la luz directa del sol, y en seguida vas a ver por qué.
La primera consecuencia es que las altas temperaturas, a pesar de que como te hemos mencionado ya tengas el portátil apagado, pueden hacer que la batería se recaliente demasiado, pudiendo llegar incluso a explotar, algo que dejaría tu portátil para tirarlo directamente a la basura (por no hablar del peligro que esto puede suponer debido a la explosión). Con todo, incluso en el mejor de los casos estarás reduciendo la vida útil de la batería.
En casos extremos, dejar el portátil olvidado bajo el sol también puede hacer que las temperaturas derritan de forma literal algunos componentes del portátil, como los plásticos exteriores o incluso algunas soldaduras internas. Los plásticos y la luz del sol no son demasiado amigos que digamos, e incluso en el mejor de los casos se deteriorarán, perderán color y se agrietarán o arquearán incluso si no llegan a derretirse.
Otro aspecto a tener en cuenta es la pantalla; normalmente, si te dejas el portátil olvidado al sol lo harás con la tapa cerrada, pero igualmente el calor puede provocar que las capas que conforman la pantalla vean su adhesivo ablandado y que se estropeen. Los portátiles con pantalla de cristal líquido tendrían una consecuencia peor que se conoce como «sudoración», y que hace que los píxeles exploten y que rompan el cristal que los cubre (esto es en casos de temperatura extrema, eso sí).
Nunca dejes tus dispositivos al sol
En resumidas cuentas, tanto los ordenadores portátiles como cualquier otro dispositivos electrónico (como puede ser un smartphone, que hoy en día todos tenemos) sufren mucho por las altas temperaturas, y más todavía bajo la luz directa del sol. Por este motivo, la recomendación es evitar llevar tus dispositivos si por ejemplo vas a ir a la playa, pero si lo haces es recomendable preocuparte de que siempre estén a la sombra, que nunca les de directamente la luz solar.
De hecho, te recomendaríamos asegurarte de que los dispositivos están tapados para evitar posibles riesgos de reflejos; en la imagen superior puedes ver un ejemplo de un ordenador portátil que estuvo recibiendo luz solar reflejada en una ventana, haciendo un efecto lupa tal que derritió varias teclas. Poca broma.