Los dispositivos de almacenamiento SSD han logrado hacerse un hueco en la gran mayoría de ordenadores independientemente de la gama a la que perteneces, y es que los M.2 suponen un gran cambio en comparación con los discos duros tradicionales, pero tienen un gran problema, la temperatura que pueden alcanzar, algo que desde Gigabyte quieren solucionar con su nueva implementación.
Siempre es necesario mantener los componentes del ordenador con una serie de temperaturas estables para evitar que se sobrecalienten y terminen fallando o reduciendo su vida útil, en el caso de los SSD M.2 hay varias formas de hacerlo. Una de las más básicas pasa por utilizar un disipador pasivo que permite hacer contacto con los chips del SSD para transmitir el calor sobre la superficie de este lo que permite, en el caso de que la caja tenga un flujo de aire correcto, que se refrigere evitando de esta forma un sobrecalentamiento. Pero ahora Gigabyte parece haber implementado una función en sus nuevas placas base que es muy distinta a los disipadores tradicionales, ya que no va encima sino debajo.
Desde Gigabyte aseguran que esta implementación reducirá la temperatura del SSD
Muchas de las compañías de hardware que hay en el mercado buscan las formas de innovar para ofrecer a los usuarios la capacidad de poder construir sus configuraciones de PC como quieran, incluso si esto implica cambiar ciertos de los aspectos básicos que tienen los componentes. En el caso de las placas base hemos visto cómo varias marcas han implementado formas de instalar las gráficas sin necesidad de complicarse la vida, cómo las ranuras de los M.2 se han vuelto extremadamente fáciles de utilizar y otro tipo de cambios que mejoran la experiencia de montar un ordenador.
Pero en este caso desde Gigabyte han implementado un cambio muy distinto a lo que podemos estar acostumbrados precisamente en las ranuras de los M.2, ya que han desarrollado un sistema que empuja espuma especial (diseñada para reducir las temperaturas de los componentes) hacia arriba. Esto básicamente sería como incluir un disipador adicional en la parte inferior del SSD en lugar de mantenerlos solo en la parte superior, con la diferencia de que incorpora una especie de espuma comprimida debajo de la que actúa como disipador para que haga el mejor contacto posible.
Al combinar esta espuma térmica en la parte inferior junto con el disipador que incluyen de serie las placas base es posible crear una especie de zona cerrada que reduce con mayor eficacia las temperaturas del SSD, algo similar a lo que ofrecen los modelos que vienen incorporados en un disipador que los cubre enteros. La gran ventaja de esto estaría en que no resulta necesario invertir de más para lograr un mejor control de temperaturas en los dispositivos de almacenamiento, aunque todavía nos quedará saber si esto puede presentar algún tipo de fallo, ya que si lo hace seguramente ninguna otra compañía querrá implementarlo.
Por el contrario si resulta ser un éxito seguramente veremos cómo las principales marcas comienzan a desarrollar sistemas similares para ofrecer la mejor refrigeración posible.