Ayer, PowerColor presentaba su nueva tarjeta gráfica PowerColor RX Vega 56 Nano, un nuevo modelo que sigue la misma senda que ya recorrió, con mucho éxito, el modelo AMD Radeon R9 Nano, perteneciente a la anterior generación de tarjetas gráficas. Sin embargo, muchos creen que ya es demasiado tarde para que estas gráficas puedan integrarse bien en el mercado.
Las AMD Radeon R9 Fury no fueron malas tarjetas gráficas. Para nada. A los pocos meses de salir al mercado, ya eran capaces de medirse de tu a tu con los modelos tope de gama de NVIDIA, e incluso pasarlos en algunos de los juegos que había entonces en el mercado, especialmente si contamos con que esta gráfica salió al mercado para competir con las antiguas NVIDIA GeForce GTX 980 y GTX 980 Ti. En ese tiempo, la R9 Nano de AMD, que salió al mercado como contraparte de las NVIDIA GeForce GTX 970 Mini, realmente era la tarjeta gráfica más potente de pequeño tamaño que se podía comprar.
La nueva tarjeta PowerColor RX Vega 56 Nano llega a ocupar el lugar dejado por la antigua Radeon R9 Nano pero, a diferencia de esta última, llega al mercado con casi una generación de retraso, y a un panorama que no augura las excelentes ventas que tuvieron éstas en su momento entre los entusiastas.
Las PowerColor RX Vega 56 Nano tienen un largo camino que recorrer
A pesar que ya se mostró un primer prototipo del modelo Nano cuando se presentaron inicialmente las tarjetas gráficas RX Vega, la mayor parte de rumores situaban el lanzamiento de las RX Vega 56 Nano para septiembre del año pasado. Sin embargo, ha tenido que pasar todo un año para que el modelo final haya visto la luz. Y, la verdad sea dicha, este es un momento bastante malo para AMD en el mercado de gráficas, justo ahora que NVIDIA ya ha presentado sus nuevas tarjetas gráficas NVIDIA GeForce RTX 2000.
En cuanto a la PowerColor RX Vega 56 Nano, esta nueva tarjeta gráfica es, en esencia, un modelo Radeon RX Vega 56 en un tamaño mucho más reducido (170 x 95 x 38 mm de la RX Vega Nano frente a los 280 x 127 x 40 mm de la RX Vega 56 normal). Sus frecuencias de funcionamiento son las mismas que tiene el modelo de PowerColor, tanto para los núcleos como para los 8 GB de memoria VRAM de tipo HBM2 que emplea. Como era de esperar, la nueva tarjeta gráfica sigue requiriendo del empleo de una fuente de alimentación de al menos 650 W para funcionar.