Los sistemas de refrigeración líquida AIO son un tipo de disipador muy efectivo para mantener el procesador a una buena temperatura, y además proporcionan una estética interior del equipo más limpia y llamativa. Sin embargo, su complejidad de instalación puede echar para atrás a muchos usuarios, así que a continuación vamos a explicaros cómo instalar una refrigeración líquida AIO de manera sencilla y sin complicaciones.
Si has llegado a este artículo seguramente es porque nunca has instalado uno de estos disipadores o estás en ello, pero se te ha atragantado, así que no desesperes porque te vamos a explicar con todo lujo de detalles el proceso que deberías seguir para realizar una instalación satisfactoria.
¿Qué debes comprobar antes?
La instalación de cualquier sistema de refrigeración líquida AIO es muy similar y, por norma general, solo cambiará el anclaje del socket, si bien todos son muy parecidos. Todo el proceso en manos expertas no llevará más de 10 minutos en condiciones normales, e incluso a usuarios que no lo hayan hecho nunca no debería de llevarles más de 30 minutos todo el proceso, ya que es realmente simple.
Asegúrate de que es compatible con la caja y la CPU
Lo primero de todo es cerciorarnos de que la refrigeración líquida que vayamos a instalar es compatible con la caja del PC y con el socket del procesador.
- La mayoría de refrigeraciones líquidas vienen con anclajes para todos los procesadores de sobremesa modernos, salvo los Threadripper de AMD que, por su tamaño, requieren disipadores específicos.
- Más que eso, lo más importante es comprobar el tamaño del radiador, tanto por su longitud (que suele ser de 120, 140, 240, 280 ó 360 mm en su mayoría) como por su grosor.
- También hay que comprobar que algunos radiadores tienen el depósito incorporado, por lo que en realidad su longitud es mayor.
- Las refrigeraciones líquidas AIO se instalan con la placa base y el procesador una vez instalados en la caja, a diferencia de los disipadores por aire que se pueden instalar con la placa base todavía sin montar.
- Debemos comprobar, por lo tanto, que la caja tiene un hueco por detrás del socket de la placa base para poder instalar el backplate. Aparte de esto, solo necesitaremos un destornillador de estrella.
Una vez que nos hemos asegurado tener el kit de refrigeración líquida AIO adecuado para nuestra caja y procesador, solo nos queda realizar la instalación pertinente.
Cómo instalar una refrigeración líquida AIO
Os recomendamos seguir los siguientes pasos en orden para que la instalación de la refrigeración líquida se haga de forma correcta, sin complicaciones y sin errores. Es importante hacerlo para un correcto funcionamiento en tu PC y no solo del montaje, ya que además ahorraréis más tiempo que si lo intentáis hacer de otra forma.
Primer paso para instalar refrigeración líquida: prepara el socket
Lo primero que debemos hacer es preparar el socket, y para ello debemos apartar el backplate y los tornillos de anclaje.
- Colocamos el backplate por la parte de detrás del socket alineando los agujeros, y simplemente le ponemos los tornillos apretándolos con los dedos.
- En algunos modelos de refrigeración líquida AIO el backplate no quedará fijo del todo aunque los tornillos estén apretados; no os preocupéis, es normal y quedará totalmente fijo una vez que instalemos posteriormente el bloque de CPU.
Segundo paso: instalación del radiador
El siguiente paso no es instalar el bloque de CPU sino el radiador. Es mejor hacerlo en este orden porque el radiador es más grande y pesado y se maneja peor, y si ancláramos primero el bloque de CPU tendríamos poco margen de maniobra.
- Para ello, lo colocamos contra la parte de la caja en la que vayamos a instalarlo, alineando los agujeros de la caja con los del radiador, y le ponemos sus tornillos correspondientes.
- Hay que tener cuidado con la orientación, y procurar que los tubos queden en el lado que nos interese para alinear luego el bloque de CPU. En la imagen de abajo, si pusiéramos los tubos al lado contrario, chocarían con el ventilador trasero de la caja.
Tercer paso: instalación de los ventiladores
Una vez hecho esto, podemos instalar ya los ventiladores si queremos. Estos se anclan al radiador con tornillos largos. Aquí hay que procurar que los cables de los ventiladores queden orientados pegados a la placa base, para poder esconderlos y conectarlos luego cómodamente, ya que hay ocasiones en las que si los ponemos al revés, puede que estos no lleguen a los conectores.
Cuarto paso: instalar el bloque del procesador
Ahora, si el bloque de CPU viene con pasta térmica previamente aplicada, ya podemos proceder a instalarlo. Si no, obviamente tendremos que aplicarle nosotros la pasta térmica al procesador previamente.
- Para instalarlo simplemente lo colocamos encima haciendo presión con los dedos levemente (sin apretar mucho, solo lo justo para que no se mueva) haciendo coincidir los agujeros de los anclajes con los soportes que instalamos previamente junto con el backplate.
- Colocaremos encima los tornillos y apretaremos con los dedos de manera alternativa, es decir, primero el de una esquina y luego el de la opuesta en diagonal, y después los otros dos tornillos.
- Hecho esto, ya tendremos fijo tanto el radiador como el bloque de CPU.
Quinto paso: instalar los cables de la refrigeración líquida
El último paso es posiblemente el más sencillo, el momento de instalar los cables de manera correcta. Además, también debemos proceder a ordenarlos debidamente, para evitar que puedan molestar o influir en el flujo de aire del sistema.
- Por norma general tendremos un mínimo de dos cables, uno que sale de la bomba y otro del ventilador (en el caso de radiadores de varios ventiladores, como en este ejemplo, tendremos un cable por ventilador).
- Normalmente, serán ventiladores PWM de 4 pines que tendremos que conectar directamente a la placa base, pero algunos sistemas de refrigeración líquida AIO tienen un conector que sale de la bomba al que conectar los ventiladores.
Tras seguir estos pasos ya tendrás tu kit de refrigeración líquida listo para funcionar, así que ahora es cuestión de conectar todo lo demás y encender el PC para probar.
¿Qué tener en cuenta al arrancar el PC por primera vez?
Eso sí, te recomendamos que después de encender el PC por primera vez, tras instalar tu nuevo y flamante kit de refrigeración líquida, compruebes la temperatura del procesador para asegurarte de que todo está funcionando correctamente y que mantiene la CPU a buena temperatura, ya que a diferencia de los disipadores por aire a veces los kits AIO, al depender el motor de la bomba, podrían venir defectuosos de fábrica y no funcionar correctamente.
Si hace un poco de ruido al principio no debes preocuparte, por el hecho de que eso probablemente se deba a que con el movimiento durante la instalación se han generado algunas bolsas y/o burbujas de aire porque el circuito no está lleno de líquido al 100%, pero con unas horas de funcionamiento las bolsas de aire deberían ya ubicarse en la parte más alta del circuito y quedarse así, reduciendo notablemente el ruido que emite el sistema.
No te olvides del mantenimiento
Una vez instalado el sistema de refrigeración líquida, debemos tener en cuenta que se trata de una forma de disipación de calor sobre el que debemos realizar un mantenimiento de vez en cuando, ya que al igual que con el resto de componentes, se ensucia haciendo que el rendimiento de nuestro ordenador sea menor. A la hora de conservar de la mejor forma posible nuestro ordenador siempre debemos tener en cuenta que este puede acumular una cantidad de polvo considerable, siendo este uno de los principales motivos por los que puede comenzar a operar en unas temperaturas más altas.
La forma de aplicar un mantenimiento a una unidad AIO es extremadamente simple, al igual que instalarla, ya que al final lo que debemos hacer es realizar todos los pasos que hemos seguido en este tutorial de forma inversa para desmontarla. Una vez desmontada por completo, podemos proceder con la limpieza de la misma, eliminando toda la suciedad posible, asegurándonos de que no queda ni un solo espacio con algún resto de polvo.
Tras esto, tenemos que acordarnos siempre de que al final se trata de un tipo de refrigeración para la CPU, por lo que podemos aprovechar para cambiar la pasta térmica de la misma, ya que puede ser que tras un tiempo de uso esta se termine secando. De esta forma nos aseguraremos de que nuestro ordenador se encuentra siempre en plenas capacidades, y nos quitaremos de encima los problemas que pueden causar el hecho de que haya una suciedad excesiva, así como que la pasta térmica se haya podido secar.