Cambiar las piezas de nuestro ordenador puede resultar extremadamente tedioso, ya que por lo general siempre implica tener que mirar configuraciones nuevas y comprobar que obviamente todo funcione. Y aunque haya páginas que nos ofrecen un soporte a la hora de crear una configuración completa, siempre podemos tener dudas sobre qué componente es mejor y por qué, de esta forma, os vamos a explicar en este caso, cómo escoger de forma adecuada qué disipador necesita nuestro procesador.
Los disipadores son una pieza fundamental de nuestro ordenador, ya que al igual que el resto de los componentes, podemos encontrar diferentes versiones que funcionan mejor o peor dependiendo de lo que tengamos. Y es que al final, siempre que intentamos rebajar un poco el precio a la hora de comprar un ordenador, solemos escoger algunas piezas que son más baratas para evitar que se nos vaya el presupuesto, pero si hacemos esto, debemos tener siempre en cuenta que si tienen un precio muy bajo, es por algo.
¿Qué debo mirar a la hora de escoger un disipador para mi procesador?
Hay una serie de factores clave que debemos tener en cuenta a la hora de escoger un disipador, y es que no todos son iguales, y al final puede ser que terminemos comprando uno que no encaje en nuestra caja, que no tenga soporte necesario para acoplarlo a la placa base, o que simplemente no ofrezca la capacidad de refrigeración necesaria para mantener nuestro procesador en una temperatura óptima.
Es por ello que debemos tener en cuenta siempre lo siguiente:
- Tamaño: el tamaño es extremadamente importante a la hora de elegir un disipador, ya que puede ser que este no quepa en la caja, es decir, que sea por ejemplo demasiado alto si se trata de un disipador de aire, o que los radiadores no puedan entrar dentro de la caja si hablamos de una refrigeración líquida AIO.
- Tipo: esto está directamente ligado al factor anterior, ya que existen tres tipos, de aire, pasivos y de refrigeración líquida. Dependiendo del que elijamos, tienen unas especificaciones u otras, los de aire son más altos, los pasivos son más grandes y la refrigeración líquida ocupa más espacio dentro de la caja.
- Compatibilidad: a la hora de escoger un disipador para nuestro procesador, debemos consultar si este es compatible con el socket, o si por lo menos incluye las piezas para hacer esto, ya que existen refrigeraciones de este tipo que igual solo son compatibles con un tipo de zócalos.
- Potencia: en términos de potencia, debemos saber la capacidad de refrigeración que ofrece, ya que puede darse el caso de que no sea lo suficientemente potente para bajar la temperatura de nuestro procesador, causando un malfuncionamiento e incluso el sobrecalentamiento del mismo.
¿Cuánto debo gastar en un disipador?
En términos generales, lo mejor que se puede hacer a la hora de comprar es buscar la mejor relación calidad-precio que tiene un componente, en este caso la mayoría de disipadores que ofrecen una gran calidad por un precio reducido suelen rondar entre los 60-140€ dependiendo del tipo que sea. Obviamente esto implica que también los hay de un precio superior e inferior, y debemos tener en cuenta que los precios inferiores pueden afectar de forma negativa al rendimiento de nuestro ordenador, así como los precios superiores pueden ofrecer incluso una mayor calidad que los que encontramos dentro del rango mencionado.
Los modelos que son más caros por lo general implementan una serie de funciones que no tienen por qué ser mejores, ya que hay modelos que simplemente hacen ciertos cambios en la estética ofreciendo diseños más llamativos o personalizables. En el caso de las refrigeraciones AIO por ejemplo hay muchas que no difieren mucho a nivel de rendimiento entre los modelos de 120-150€ y los que cuestan 300€, es cierto que implementan una bomba mejor, pero muchas veces el cambio de precio tiene que ver con la implementación de una pantalla configurable de mayor calidad.
Si lo que preferís por otra parte son las versiones custom entonces veréis que es incluso más caro, la refrigeración líquida de este tipo no solo requiere un mantenimiento mayor, también es más complicada de instalar, además de ser mucho más cara que los disipadores tradicionales o los modelos AIO, pero a su vez, también suelen tener una rendimiento superior a la hora de refrigerar.
