¿La tinta de tu impresora se seca? Sigue estos consejos para evitarlo
Si hay algo que molesta especialmente a los propietarios de impresora de chorro de tinta, es que ésta se suele secar con cierta rapidez, lo cual obliga a estar cambiando cartuchos que no habían sido prácticamente usados, por otros nuevos. Y el ciclo se vuelve a repetir. Dado que el precio de los cartuchos de tinta suele ser muy elevado, lo ideal sería que no tuviéramos que hacer esto cada vez que pasa algo de tiempo entre las diferentes ocasiones que usamos nuestra impresora. Pues ahora, si usáis los consejos que os damos, ya no os volverá a suceder.
Excepto en circunstancias muy concretas, nadie usa los cartuchos de tinta de su impresora de chorro de una manera tan continuada que se acaben en antes que se seque. Lo más probable es que uséis la impresora unos pocos días al cabo del mes. Incluso puede haber un mes que no tengáis necesidad alguna de usarla. En este aspecto, las impresoras láser son netamente superiores a las de chorro de tinta, dado que podemos dejar el tóner de manera indefinida en su tambor, sin miedo a que éste se seque.
¿Por qué se seca la tinta de la impresora?
Es cierto que una opción viable para evitar desperdiciar cartuchos de tinta poco usados es adquirir cartuchos compatibles con nuestra impresora, sin embargo, es frustrante tener que deshacernos de un cartucho que apenas ha sido utilizado. La tinta seca no es el único problema, ya que los inyectores de tinta en el cartucho también pueden obstruirse. Limpiarlos no siempre es una tarea fácil para el usuario y puede requerir mucho tiempo y paciencia. Además, algunos fabricantes pueden hacer que la impresora deje de ser compatible con los cartuchos compatibles en cualquier momento, lo que complica aún más la situación.
Por eso, es importante buscar métodos para prolongar la vida útil de los cartuchos de tinta y aprovechar al máximo su capacidad de impresión para, primero, ahorrar en costes y, sobre todo, alargar la vida útil para no encontrarnos con momentos en los que nos urge imprimir algo pero la impresora no puede hacer nada con el cartucho por culpa del estando en el que ha quedado la tinta.
La respuesta a la pregunta de por qué se secan los cartuchos de tinta de la impresora es muy sencilla: porque la tinta es líquida, y como líquido, tiende a evaporarse, especialmente en condiciones de altas temperaturas (por este motivo, en el siguiente apartado encontrarás la solución más sencilla). No obstante, incluso aunque la temperatura no sea elevada, y de hecho aunque estuviera conservado en unas condiciones óptimas, todavía habría un poco de evaporación.
Sucede lo mismo que con los sistemas de refrigeración líquida AIO: son sistemas cerrados, estancos, y en teoría el líquido de su interior no puede salir de ninguna manera. Sin embargo, los materiales que lo retienen en su interior no son 100% impermeables, siempre existe un mínimo de porosidad que provoca que el líquido termine evaporándose… y en el caso de una impresora de chorro de tinta, lo que sucede es que el agua del líquido se evapora y queda la tinta en sí, secándose y solidificándose.
Por fortuna hay algunos métodos que te pueden ayudar, si no a evitar que esto suceda, sí a retrasarlo bastante y que los cartuchos de tinta aguanten bastante más tiempo en buen estado. Además, como verás en seguida, también se puede hacer un «truco» cuando están ya secos para intentar resucitarlos.
Meter la tinta en la nevera puede ser la solución
El procedimiento que os vamos a describir es el mejor para evitar que se seque la tinta de la impresora. Es un procedimiento muy sencillo de seguir para cualquier usuario y que pasa por proteger ciertas zonas del cartucho para evitar que el aire haga su trabajo. Aquí lo tenéis descrito paso a paso:
- Lo primero que haremos será retirar el cartucho de nuestra impresora y limpiar sus inyectores con un papel absorbente húmedo. Es importante que esté solamente húmedo, no empapado de agua.
- Cuando ya los tengamos bien limpios, buscaremos una bolsa de plástico de un tamaño no muy grande. Y, si es una bolsa que se puede cerrar con cierre a presión, mucho mejor. A este respecto, las bolsas para congelar que se venden en algunas superficies comerciales y supermercados, os servirán perfectamente.
- Ahora, meteremos el cartucho de tinta de la impresora dentro de la bolsa de plástico y colocaremos un trozo de papel húmedo encima de los inyectores, asegurándolo con papel de celo. No podemos usar solamente el celo, porque el adhesivo que utiliza podría meterse en los inyectores del cartucho, lo cual daría al traste con nuestro plan de conservar el cartucho de tinta en buenas condiciones
- Ahora procederemos a meter el cartucho de tinta dentro de la bolsa que hemos mencionado previamente y lo guardaremos todo dentro de nuestra nevera.
- Es MUY importante que el cartucho se guarde en tal posición que permita que los inyectores queden boca arriba, para evitar que la tinta de derrame o, en el caso de cartuchos con varias tintas, que estas se mezclen entre sí.
¿Podemos dejar el cartucho a temperatura ambiente?
Si eres de los que no desea dejar los cartuchos de tinta de tu impresora en la nevera o necesitas imprimir de manera inmediata sin esperar a que la tinta se atempere, hay otra técnica que puedes utilizar para evitar que la tinta se seque. Esta técnica es similar al procedimiento anterior que hemos mencionado, es decir, guardar el cartucho de tinta en una bolsa. Sin embargo, en esta ocasión, se trata de sacar todo el aire de la bolsa y cerrarla herméticamente para que la humedad no pueda escapar del interior del cartucho y quede contenida en la bolsa.
De esta forma, la tinta permanecerá húmeda por más tiempo y no se secará, permitiéndote imprimir sin problemas cuando lo necesites. Es importante tener en cuenta que esta técnica funciona mejor en ambientes con alta humedad, por lo que si vives en un lugar seco, es posible que no funcione tan bien como se espera. El cartucho lo guardaremos en un lugar cerrado y protegido de la luz solar. Y, exactamente al igual que cuando lo hemos guardado en la nevera, nos aseguraremos que el cartucho queda con los inyectores hacia arriba, por los mismos motivos que hemos citado antes.
Con este segundo método, algo que sí deberemos de hacer es comprobar, cada semana, que el papel húmedo que hemos usado para sellar los inyectores y mantener húmeda la tinta dentro de ellos, sigue húmedo. En caso de que se haya secado, deberemos de reemplazar el original por otro papel húmedo. Estos métodos no tienen un tiempo máximo definido, ya que depende del tipo de cartucho, tinta y de cómo hayamos hecho tales procesos.
Es algo bastante simple, pero que cualquier mínimo error dará al traste con todo lo mencionado. Por eso os recomendamos el frigorífico como principal prioridad, por el hecho de que es más seguro que a temperatura ambiente, sobre todo si vivimos en zonas calurosas. Si además el frigorífico es completamente NO FROST, entonces mejor que mejor, ya que la tinta no sufrirá cambios bruscos de temperatura y evitará que se congele o pase a un estado líquido de la noche a la mañana. Es importante que la tinta se mantenga siempre a la misma temperatura por lo que incluso el lugar donde colocas el cartucho dentro de la nevera es importante. No lo hagas en un lugar por el que sale la corriente de frío.
Truco para cartuchos de impresora inactivos
- Sumerge la parte del cartucho por donde sale la tinta en agua. Asegúrate de que solo sumerges alrededor de 2 mm de la parte inferior del cartucho, sin que el agua toque la tira electrónica de color cobre. Este proceso ayudará a humedecer la tinta que se ha podido secar y que impide la impresión.
- Después de sumergir el cartucho, observa cómo la tinta empieza a soltar sobre el agua. Este es un buen indicador de que el cartucho está recuperando su capacidad de impresión.
- Toma una servilleta y seca la parte del cartucho que se haya mojado accidentalmente. Asegúrate de no dañar la tira electrónica de cobre, ya que esto podría afectar negativamente el funcionamiento del cartucho.
- Si no has utilizado tu impresora durante un largo período de tiempo, se recomienda realizar este proceso con los cartuchos antes de utilizarlos. Esto puede ayudar a garantizar una impresión de alta calidad y evitar problemas en el futuro.
- Finalmente, vuelve a colocar los cartuchos en la impresora y realiza una prueba de impresión. Si el proceso se ha realizado correctamente, notarás que la calidad de impresión ha mejorado significativamente.
Recuerda que este truco es útil para prolongar la vida útil de los cartuchos y recuperar la calidad de impresión. Sin embargo, si el cartucho está defectuoso o dañado, este proceso puede no ser suficiente y será necesario adquirir uno nuevo por lo que te dará igual hacer todo lo que te indicamos. Así que verifica antes el estado en el que se encuentra y consérvalo solo cuando tengas la certeza de que todo ese proceso servirá para algo.
Esto lo tienes que hacer con agua a temperatura ambiente, por lo que no puedes hacerlo con agua excesivamente caliente, ni tampoco fría. Si con 2 mm de grosor no te es suficiente, puedes procurar hundir aún más el cartucho. Pero recuerda, en este caso es mejor optar por un bol, ya que por su forma te será más práctico.