Los monitores gaming son un producto en constante auge. Muchos usuarios empiezan a ser conscientes de las ventajas de este tipo de producto, no solo para los juegos en sí mismos, sino para su salud visual y otros aspectos clave. Pero si decidimos optar por un monitor gaming hemos de tener claro si queremos que tenga algún tipo de tecnología Adaptive Sync, como por ejemplo FreeSync, ¿qué debemos saber para escoger bien?
Nos estamos adentrando en un mundo bastante complejo, donde las diferencias son mínimas ya que el número de paneles a elegir por los fabricantes es reducido, pero al mismo tiempo los detalles pueden marcar las diferencias. El mercado está actualmente copado de modelos que presumen de tener FreeSync o ser compatibles con esta tecnología pero que luego ofrecen frecuencias de refresco bastante estrechas, de manera que no proporcionan la mejor experiencia que digamos.
Por ello, vamos a ver una serie de recomendaciones para poder elegir el mejor monitor FreeSync, ya que la mejor compra es aquella con la que uno se siente más satisfecho.
Monitor gaming FreeSync: ¿cómo escoger el correcto?
La respuesta corta y más lógica sería que el monitor correcto es aquel que cubra todas tus necesidades, pero, sobre todo, expectativas. El problema, lógicamente, es que esto es algo difícilmente comprobable si no tenemos varias pantallas delante para poder probarlas y ver las diferencias de primera mano.
Por lo tanto, la pauta a seguir la marcarán otros aspectos generales que lo que lograrán será orientarte en tu búsqueda y compra. Pero en primer lugar entendamos porqué elegir FreeSync o FreeSync 2 y sus diferencias.
FreeSync es la vertiente directa de la tecnología Adaptive Sync de VESA y que ha sido patentada por AMD. Sus funciones ya las sabemos todos: eliminar el tearing, stuttering y en definitiva, mejorar la experiencia de juego mediante la sincronización adaptativa entre el monitor y la tarjeta gráfica.
El hecho de escoger FreeSync sobre G-SYNC ha estado marcado por el precio, ya que el primero no incluye un módulo físico en el monitor y por lo tanto es más barato. El problema es que a FreeSync le ha salido un competidor directo basado igualmente en Adaptive Sync: G-SYNC Compatible, el cual tampoco tiene módulo físico en el monitor.
FreeSync + G-SYNC Compatible es la opción más sabia actualmente
Por lo tanto, el primer parámetro que tenemos que tener en cuenta a la hora de elegir monitor FreeSync es, curiosamente, que integre compatibilidad al mismo tiempo con G-SYNC Compatible.
Dicha recomendación viene influenciada por un hecho muy simple: podremos usar el monitor y su tecnología Adaptive Sync con tarjetas gráficas de NVIDIA o AMD, independientemente del modelo siempre que cumpla los mínimos por ambas marcas, algo que hoy ocurre en casi el 100% de los casos.
Esto evita una limitación a la hora de escoger marca de GPU por nuestra parte, lo cual es una ventaja que antes venía influenciada por el precio del monitor, mientras que ahora con G-SYNC Compatible se han igualado estos términos. Dicho de otra manera, hasta ahora cuando tenías un monitor FreeSync necesariamente necesitabas tener una gráfica de AMD para poder disfrutar de esta facultad, pero con los monitores que son compatibles con ambas tecnologías de forma simultánea este problema ya no existe, permitiéndonos cambiar de una CPU de AMD a una de NVIDIA y vice versa sin problemas porque el monitor seguirá dándonos su tecnología de frecuencia de refresco adaptable.
En este aspecto, lo mejor para tener seguridad de qué monitores son compatibles con ambas tecnologías al mismo tiempo es recurrir a un listado que se mantenga actualizado con el paso del tiempo, por ejemplo, el que ofrecen webs como Displayninja.
FreeSync vs FreeSync 2
Teniendo claros los parámetros anteriores, ahora queda comprender que escoger entre las dos versiones de esta tecnología y por qué afecta al precio final del monitor.
FreeSync 2 añade dos ventajas claras frente a su versión primigenia: soporte para HDR y LFC, donde como decimos, esto va a afectar al precio. El por qué es simple, un monitor con HDR necesita de una mayor calidad en su panel y unas pruebas más exhaustivas, donde además tiene que soportar Low Framerate Compensation para adquirir el distintivo de FreeSync 2.
Por si fuera poco, un monitor con dicha versión tiene que ser capaz de alternar entre SDR y HDR, lo cual añade un plus de complejidad a cada monitor. Por lo tanto y en resumen, si no necesitamos HDR es mejor optar por FreeSync y ahorrarnos un buen dinero, en cambio si queremos optar a lo mejor de la tecnología de AMD debemos apostar por FreeSync 2.
Otros aspectos clave para elegir bien nuestro monitor gaming
El resto de aspectos a tener en cuenta son comunes y compartidos para la elección de cualquier monitor, por lo tanto y al no ser algo específico no nos detendremos demasiado en ello.
Hay que tener en cuenta nuestras necesidades o aspiraciones y siempre contar con el hardware que tenemos actualmente o con las posibles actualizaciones del mismo en un corto periodo de tiempo. En base a esto, tenemos que tener en cuenta aspectos clave:
- Resolución.
- Tasa de actualización (Hz).
- Tecnología del panel (TN, VA o IPS).
- ¿Curvo o plano?
- Tiempo de respuesta.
- Contraste y brillo.
Con todos estos datos en una mano y por supuesto con el precio en la otra, nos será más sencillo poder elegir correctamente nuestro nuevo y futuro monitor gaming. Al fin y al cabo y tal como hemos dicho al principio, la elección del monitor está condicionada por muchas cosas pero sobre todo la condición para aceptar es que éste cumpla con nuestras expectativas; al final, por mucho dinero que inviertas en un monitor tope de gama cargado con todas las últimas tecnologías disponibles en el mercado si por ejemplo se te queda pequeño de tamaño o es demasiado grande para tu escritorio no será lo que andabas buscando, y por lo tanto la compra no habrá merecido la pena. Ten cosas como estas en cuenta antes de lanzarte a comprar.