Un SAI (Sistema de Alimentación Ininterrumpida) es un muy buen añadido para cualquier PC, puesto que nos permitirá tener cierta autonomía para poder guardar el trabajo y apagar el PC de manera correcta si se va la luz, o incluso si es una situación puntual, nos permitirá ir a levantar el automático de la luz y poder seguir usando el equipo mientras tanto. Pero, ¿cuál es la potencia adecuada del SAI que deberías comprar? Te damos una serie de consejos para que puedas escoger la potencia más adecuada según tus necesidades.
Hay quien dirá que «burro grande ande o no ande», y que cuanta más potencia tenga el SAI, mejor. Esto es cierto en parte, siempre y cuando no tengas problemas de presupuesto y, especialmente, si donde tienes el PC se va la luz frecuentemente. No obstante, lo normal es que queramos un SAI con la potencia adecuada para simplemente garantizar que podremos guardar lo que estemos haciendo y apagar el PC de manera controlada para evitar posibles averías, así que lo mejor es no gastarnos dinero de más y escoger un SAI con la potencia que necesitemos.
Por lo tanto, a continuación vamos a daros una pequeña guía sobre en qué aspectos debéis fijaros a la hora de escoger el mejor SAI para vuestro PC, siempre hablando en términos de potencia (ya en cuanto a calidad y funcionalidad, es cosa vuestra).
La potencia adecuada del SAI es mayor que el consumo de tu PC
Hay una creencia que afirma que si tu PC consume, por ejemplo, 450 vatios, entonces necesitarás un SAI de 450 vatios. Por otro lado hay quien dice que si tu fuente de alimentación es de 600 vatios, el SAI debe tener 600 vatios. Ambas creencias son erróneas, la primera porque la autonomía será ínfima y además puede haber picos de consumo que no soporte el SAI, y la segunda porque lo normal no es conectar solo el PC, sino también el monitor e incluso router y otros aparatos y entonces podríamos quedarnos cortos.
Vamos a poner un ejemplo práctico. En nuestro equipo de pruebas tenemos un Intel Core i7-8700K, con su placa Z390, 4×8 GB de memoria RAM, una GeForce RTX 2080 y una fuente de alimentación (bastante sobredimensionada) Corsair RM1000i de 1000 vatios de potencia máxima. Sin embargo, el consumo de este equipo cuando no estamos jugando es de unos 100 vatios, mientras que en juegos puede subir a 450 vatios aproximadamente.
El SAI que tenemos para este equipo es de 1400VA y 700 vatios de potencia, porque además del PC tenemos conectado un monitor Dell Ultrasharp 3415W que consume otros 45 vatios, y también el router y la ONT, de manera que si se fuera la luz podría seguir utilizando el PC tranquilamente y con Internet inclusive, durante aproximadamente 16 minutos si nos pilla jugando o 25 minutos si estamos simplemente en el escritorio de Windows o viendo una película.
De esta manera, tendremos tiempo más que de sobra para cerrar y guardar lo que estemos haciendo y apagar el PC de manera controlada, o bien si sabemos que se ha producido un corte eléctrico puntual (por ejemplo si alguien ha encendido más aparatos de la cuenta y el automático ha saltado por exceso de potencia) podemos levantar el automático tranquilamente y seguir con lo que estuviéramos haciendo.
Este es el concepto que, con este artículo, queremos que tengáis en cuenta: a la hora de escoger la potencia del SAI, más vale que sobre, porque esa potencia de sobra se traduce directamente en una autonomía mayor, dándonos mayor tiempo de maniobra (ya sea para levantar los automáticos, esperar a que vuelva la luz, o simplemente terminar lo que estemos haciendo y hacer un apagado controlado del equipo).
Entonces, ¿qué potencia necesitas en tu SAI?
En líneas generales, la recomendación es medir el consumo que tiene el PC cuando lo estamos utilizando, y sumarle unos 200 vatios para otros aparatos (monitor, router, etc.) y posibles picos de consumo. Con esto, y dependiendo claro está del SAI, tendremos una autonomía de más de 10 minutos si se va la luz, que como ya hemos explicado suele ser suficiente (claro está que dependerá de la autonomía que quieras tener). En el caso del ejemplo podría habernos valido con un SAI de 600 vatios, pero eso habría reducido sustancialmente el margen que tendríamos.
Hay que tener cuidado, por otro lado, con algunos otros aspectos. Aseguraos de que compráis el SAI con los conectores adecuados (que pueden ser IEC o Schuko, siendo las primeras solo utilizadas en entornos industriales y empresariales así que normalmente querréis tomas Schuko que son las de «enchufe normal»), y no os fijéis tanto en los VA como de la potencia suministrada.
Un SAI de 1400 VA en unos casos proporciona 700 vatios y en otros fabricantes da 600 o incluso menos, pero lo que debéis tener en cuenta es nunca confundir sus VA con su potencia; es la potencia en la que debéis fijaros, y aseguraros de que sea superior al consumo que tendrá el equipo y los dispositivos que pretendas conectar a él todo sumado.
Por ejemplo, digamos que tienes un PC con una fuente de alimentación de 700 vatios, pero en general su consumo ronda los 400 vatios como mucho. A esto hay que sumar otros dispositivos que quieras tener enchufados al SAI, como el monitor (40 vatios), el router / ONT (15 vatios) o los altavoces (20 vatios). Si aplicamos la regla que os mencionamos antes, lo ideal sería tener un SAI capaz de proporcionar unos 700 vatios de potencia como máximo, ya que de lo contrario superado ese valor podrían suceder dos cosas dependiendo del SAI: que haga bypass y dejes de estar protegido por el SAI (se pondrá a pitar) o que se apague todo.
Para terminar, os enlazamos un SAI que podemos recomendaros por su alta fiabilidad (APC es la segunda marca de Schneider Electric, una de las mejores marcas que hay), y además lo tenéis disponible tanto con tomas IEC como Schuko, y en potencias de 300, 390, 480 y 700 vatios, así que hay un amplio rango donde elegir. En este caso además se conecta por USB al PC y podremos monitorizar sus parámetros por software, algo muy útil para saber su autonomía.
Estas soluciones son extraordinariamente baratas para el gran rendimiento y utilidad que le vamos a dar ya que no tiene precio, en un ordenador de sobremsa básicamente, tener garantizado el suministro eléctrico durante los momentos de mayor carga de trabajo donde no podemos permitirnos dejar a medias algo que tiene una fecha de entrega muy definida. Sobre todo para el ámbito profesional, que es donde mayores perjuicios podemos sufrir.
Y es que hasta hace poco, este tipo de equipos costaban muchísimo más que los modelos que hay en el mercado actualmente, limitando su uso prácticamente al entorno empresarial, donde las inversiones en este tipo de productos son obligatorias. Así que no lo dudes y, si tu trabajo no puede detenerse por un corte repentino de la corriente eléctrica, lánzate a por uno de estos SAI que te recomendamos porque la tranquilidad que proporcionan NO TIENE PRECIO.