Cuando estamos buscando un nuevo PC gaming ya montado, vemos como todos, absolutamente todos los modelos que podemos comprar únicamente incluyen una tarjeta gráfica dedicada. No encontrarás ningún modelo que incluya dos gráficas sin embargo eso no significa que no puedas conectar más de una a la placa base, siempre cuando esta tenga ranuras PCIe para poder hacerlo o utilizando tarjetas gráficas externas a través de un puerto USB4 o OCuLink.
Si conectamos varias gráficas a un PC, Windows no tendrá ningún problema en reconocerlas en el equipo, al igual que ya hace mostrando tanto la gráfica integrada en la placa como la gráfica externa dedicada. Otra cosa muy distinta es que se pueden utilizar de forma conjunta para mejorar el rendimiento, por ejemplo, de los videojuegos.
Es importante señalar que estamos hablando de un uso doméstico, con placas y gráficas que cualquier usuario tiene al alcance de la mano, no en el hardware que podemos encontrar en servidores de datos donde se le pueden conectar varias GPU para que trabajen de forma conjunta, siendo los racks para IA, el ejemplo más habitual.
Si tenemos varias tarjetas gráficas conectadas a una placa base, al ejecutar el juego o aplicación que le va a dar uso, únicamente trabajará la gráfica donde está conectado el monitor donde se muestra la imagen. El resto de las tarjetas gráficas se quedarán mirando, por lo que si quieres mejorar el rendimiento gráfico de tu PC en videojuegos con un mayor número de FPS y resolución, lo que debes hacer es cambiar por una gráfica más potente.
Si la gráfica tope de gama tanto de NVIDIA como de AMD tuvieran un rendimiento muy dispar en realizar determinadas tareas, si pudiera tener sentido instalarlas en un PC y utilizarlas de forma indistinta, sin embargo, ambas comparten prácticamente las mismas prestaciones. Al no poder trabajar de forma conjunta, aunque ambas sean del mismo fabricante, no existe ninguna motivación para hacerlo.
Antiguamente si se podía
Hace unos años, tener dos gráficas y utilizarlas de forma conjunta era posible y habitual gracias a la tecnología SLI de NVIDIA y CrossFire de AMD. Esta tecnología permitía aumentar el rendimiento gráfico. Sin embargo, el rendimiento que se obtenía a cambio realmente no compensaba la inversión de comprar dos tarjetas gráficas, por lo que tanto NVIDIA como AMD dejaron de implementarlas. Además, los desarrolladores no estaban por la labor de implementar esta tecnología en sus videojuegos.
El rendimiento de las tarjetas gráficas que podemos encontrar actualmente en el mercado es más que suficiente para ejecutar cualquier tipo de juegos, aunque no todas permiten disfrutar de la misma calidad gráfica ya que depende de sus prestaciones.
Los desarrolladores de juegos tienen en cuenta las prestaciones que ofrecen las gráficas y adaptan los títulos que lanzan a estas ya que, si no fuera así, no se podría jugar. Este mismo caso no solo se aplican a los juegos para PC, sino también a los juegos que se desarrollan para las consolas. Si un juego tiene unos requisitos tan elevados que no es capaz de funcionar con el hardware que actualmente se encuentra en el mercado, este no tendrá salida comercial.