Las tarjetas gráficas son un tipo de hardware ideado para soportar grandes niveles de calor y es que son a día de hoy la parte del hardware con el TDP o Thermal Design Power más alto dentro de tu PC. El problema viene cuando la GPU se sobrecalienta por una falta de mantenimiento de ciertas piezas clave relacionadas con la refrigeración. Veamos como hacerlo.
A mediados de los 90, una tarjeta gráfica tenía un TDP medio de 25 W, a día de hoy un consumo diez veces a esa cifra es lo normal e incluso tenemos tarjetas gráficas que pueden llegar a los 600 W de consumo. Esto hace que los fabricantes y ensambladores de tarjetas gráficas tengan que tener muy bien diseñada la electrónica analógica que se utiliza para la gestión de la energía que alimenta a la GPU y la VRAM que componen la tarjeta gráfica.
La tarjeta gráfica se sobrecalienta, ¿qué revisar?
Lo primero, hay que tener cuidado con el sistema de refrigeración empleado, compuesto por sistemas de disipación y refrigeración completos y con modelos incluso que llegan a usar refrigeración líquida. Estos tipos de diseños es lo que permiten al procesador gráfico operar a varios cientos de vatios sin que existan problemas por exceso de calor.
Sin embargo, el hecho de usar refrigeración líquida requiere un mantenimiento adicional que de no llevarse a cabo puede llevar al aumento de la temperatura de la tarjeta gráfica. No recomendamos usarlas para usuarios no expertos o con ganas de querer perder el tiempo en el mantenimiento de la misma. Es más, los fabricantes cada vez huyen de usar este tipo de refrigeración en sus modelos, debido a que suelen dar problemas de sobrecalentamiento en las GPU.
Y es que al final el uso de la refrigeración líquida implica tener que cambiar cada 6 meses aproximadamente el líquido que permite enfriar este componente, lo cual resulta bastante tedioso y que en general no es recomendable. Ciertamente este tipo de refrigeración suele ofrecer una disipación mayor, pero también implica un coste de mantenimiento bastante más alto, por lo que no resulta muy atractivo para aquellas personas que buscan algo más simple.
La GPU es el punto más caliente de la gráfica
El elemento más caliente de una tarjeta gráfica es, por norma general, su chipcentral o GPU, este al igual que todos los semiconductores construidos a base de silicio están pensados para operar sin problemas a temperaturas por debajo de los 100 grados, no obstante es con los 80 grados que empiezan a haber problemas por el sobrecalentamiento y es por ello que la mayoría de chips gráficos bajan su velocidad de reloj de manera progresiva una vez han llegado a ciertas temperaturas e incluso su voltaje.
No obstante, una GPU puede que se sobrecaliente por el hecho que su sistema de refrigeración ha dejado de funcionar correctamente y, por tanto, no libera el calor lo suficientemente rápido. Bien es cierto que en las nuevas generaciones se están encontrando problemas con otros componentes de las tarjetas gráficas, como ciertos reguladores de corriente e incluso sus VRAM.
Estos componentes están llegando a su límite físico y a los fabricantes les cuesta tanto dinero, refrigerarlos que prefieren llevarlos cerca de su límite para no disparar los costes, así que son un componente o componentes a mirar, sobre todo si nuestra GPU tiene sensores integrados para ello.
Para saber el grado de temperatura podemos utilizar programas como HWiNFO, uno de los más completos y que nos dará todos esos datos necesarios para saber en que punto se encuentra nuestra tarjeta gráfica y si las siguientes soluciones están consiguiendo bajar el calor, que será nuestro objetivo.
Pasta térmica seca o agrietada
Al igual que ocurre con los procesadores, los fabricantes colocan pasta térmica en las tarjetas gráficas para ayudar en la disipación del calor producida por la GPU, de forma que si esta se seca, la gráfica se sobrecalienta.
Por lo que llegado a un punto esta terminará de realizar su función, por lo que deberás volver a aplicar la pasta térmica cada cierto tiempo, para ello tendrás que desmontar el disipador de la tarjeta gráfica, lo cual no tiene mucho secreto hacerlo. Eso sí, procura montar correctamente de nuevo todo el sistema de refrigeración de la tarjeta gráfica, cosas como una parte coja, por ejemplo, pueden llevar a problemas de funcionamiento de este a posteriori.
No cambies la pasta térmica por una de metal líquido, aunque esta logre sacar algún grado más, los fabricantes no ofrecen garantía debido al traspaso eléctrico que se produce por estática del aire de los ventiladores al disipador y de este al die al ser la pasta conductora de la electricidad por su composición.
Este es uno de los mayores problemas que encontramos, por ejemplo, en los portátiles MacBook Air, donde, pasado un tiempo, su pasta se seca, y, con algún movimiento fuerte, en momentos de sobrecalentamiento, podemos llegar a desplazarla, aunque sea mínimamente, haciendo que el ordenador sufra reinicios inesperados. Es por eso que tener siempre una pasta térmica de calidad y renovada es fundamental, sobre todo porque de no hacerlo podremos estropear un componente, el cual es mucho más caro que el propio producto, además de la perdida de rendimiento que sufriremos en el proceso.
Los ventiladores no giran bien
La función de los ventiladores es doble, por un lado, traer aire a menos temperatura del exterior para mantener a una temperatura de funcionamiento estable a los componentes de la tarjeta gráfica. Por el otro lado, su trabajo es el de expulsar el aire caliente que ha sido disipado por el heatsink hacia afuera de la misma. Para conseguirlo han de tener un caudal lo suficientemente grande y esto significa alcanzar unas revoluciones por minuto concretas, las cuales si no alcanzan termina por significar que el calor no se expulsa hacían afuera y no se disipa.
Hay que tener en cuenta que no todas las tarjetas gráficas son iguales y si la GPU se sobrecalienta muchas veces es por el hecho que todo el mecanismo de disipación no puede con la subida de temperatura. El hecho de que dos modelos tengan el mismo modelo de tarjeta gráfica de AMD o NVIDIA no significa que sean exactamente el mismo, ya que puede ser que en el más caro hayan calidades mejores, como puede ser mejores materiales de disipación, ventiladores más grandes o incluso uno extra.
Sea cual sea el modelo de tarjeta gráfica, el problema esta claro: si de repente un ventilador deja de funcionar, entonces el aire a menor temperatura no entra, el de mayor temperatura no sale o ambos a la vez.
¡Cuidado!
El problema de los problemas de medición de la temperatura en las que se basan estas aplicaciones suelen tener en cuenta los datos otorgados por el termómetro dentro o cercano a la GPU, pero no tienen en cuenta elementos como la RAM de vídeo y la circuitería de alimentación para ello. ¿Qué es lo que recomendamos? No apagar nunca los ventiladores y dejar que en una temperatura cercana a los 35 °C hacer que los ventiladores estén funcionando al 30% en cuanto a su velocidad de rotación.
Si los ventiladores no giran bien y no hay un problema de software o de control, así como de temperatura, hay que mirar si están a punto de morir por puro desgaste o por suciedad, para lo cual hay solución en ambos casos. En el primero habrá que sustituirlos comprando el mismo modelo en webs como AliExpress, por ejemplo, mientras que en el segundo caso vamos con un apartado directamente.
Limpieza de ventiladores y lubricación
No hace falta que os digamos que dentro del mantenimiento periódico de la tarjeta gráfica se incluye la limpieza de los ventiladores, por lo que cuando desmontes la tarjeta gráfica para colocar de nuevo la pasta y los pads térmicos también te asegures de limpiar el polvo acumulado en las aspas del ventilador, quizás este sea el motivo por el cual no giran tan rápido como se espera. Además, que el polvo aumenta la retención del calor, siendo uno de los motivos por los cuales tu GPU se sobrecalienta.
Si somos manitas podemos desmontar el ventilador de su carcasa y lubricarlo con alguna grasa cerámica para rodamientos, tipo Tamiya que tiene base de molibdeno y aguanta el rozamiento desplazando humedad y polvo.
Sin embargo, muchas veces, es más importante evitar que se ensucie a tener que limpiarlo, por lo que, tener tu torre en un lugar fresco y aireado es más importante que estar limpiándolo muy a menudo. Ya que al final el lugar donde se encuentre nuestro ordenador, así como la caja que tenga hacen que sea más fácil que entre la suciedad, ya que si no colocamos por ejemplo coberturas en las bahías abiertas o limpiamos los filtros de vez en cuando, se acumula bastante más suciedad, y al final cómo dice el refrán, no es más limpio quien más limpia, sino quien menos ensucia.
Los thermal pads rígidos y en mal estado pueden ser el motivo por el que la GPU se sobrecalienta
Los tipos de memorias utilizadas para tarjetas gráficas son las que más consumen de todas las que hay en el mercado, y es que a mayor cantidad de datos transmitidos más energía consumida y con ello más calor. Siendo este uno de los motivos por los cuales una GPU se sobrecalienta. Por lo que es importante mantener la VRAM bien fresca. Por suerte, la gran mayoría de los fabricantes de tarjetas gráficas hacen uso de sistemas de disipación y refrigeración que recubren a toda la circuitería.
Mientras que en la GPU tenemos la pasta térmica para ayudar en la refrigeración, en la VRAM se suelen usar los llamados thermal pads. ¿El problema? Ha habido varios modelos en que los thermal pads han sido de peor calidad y, por tanto, con peor capacidad de disipación del calor. Por lo que cada cierto tiempo no te limites a cambiar solo la pasta térmica de la GPU, sino también los pads térmicos de la VRAM.
Esto lo recomendamos especialmente si has comprado una tarjeta de segunda mano a día de hoy, ya que esta podría venir de una granja de minería. ¿El motivo? Le hacen overclock a la VRAM para sacar más rendimiento y es por ello que te recomendamos que tan rápido como consigas la tarjeta te asegures de reemplazarlos.
Revisar los pad de los VRM
Otra parte en la que son importantes los pads térmicos es en los VRM y demás elementos encargados de distribuir la energía a los diferentes sistemas electrónicos de la tarjeta gráfica, los cuales se van a calentar de más cuando hagamos overclock. En ese caso os damos el mismo consejo que con la memoria de vídeo, aseguraos de reemplazar los thermal pads cada cierto tiempo y que estos hagan contacto con el sistema de refrigeración de la tarjeta gráfica.
Aquí lo que tenemos que tener en cuenta es el grosor y la flexibilidad de los de origen para elegir bien los sustitutos, a poder ser de mayor calidad en W/mK que los de serie, ya que elegir los inadecuados puede dejarnos la gráfica como un pisapapeles a los pocos minutos de encender el PC, sea por exceso de altura o defecto.
Si la GPU se sobrecalienta, hazle undervolting
Una tarjeta gráfica con su GPU funcionando a 2 GHz y un voltaje de 1.2 V va a funcionar de la misma manera que el mismo modelo a la misma velocidad, aunque a 1 V de consumo. ¿La ventaja? Va a consumir menos, y con ello va a generar menos calor Por lo que si puedes realizar undervolting de manera segura a tu tarjeta gráfica, simplemente hazlo, ya que le darás una vida útil más larga y en general harás que generen menos calor y quitarás estrés a su sistema de refrigeración.
La desventaja del undervolting es que las velocidades pico o Boost que esta podrá alcanzar serán mucho más bajas, pero a cambio vas a ver como la GPU se sobrecalienta menos en las velocidades de uso normales. Eso sí, asegúrate de utilizar herramientas del propio fabricante de la tarjeta gráfica pensadas para ello y no salgas de los voltajes especificados. El truco con el undervolting está en conseguir el punto exacto entre el voltaje y la velocidad de reloj adecuada.
Otra solución, limitar la potencia máxima si la GPU se sobrecalienta
Una alternativa si la GPU de sobrecalienta es hacer que la potencia máxima que puede usar desde el puerto PCI Express y los conectores del mismo sean menos del 100%. Cuando esto ocurre inmediatamente la GPU se adapta a las nuevas limitaciones de consumo de forma automática y hemos de partir del hecho que la perdida de rendimiento siempre será más baja que el recorte en consumo. Algunos modelos cuando hacemos esto ajustan automáticamente y de forma transparente los voltajes para conseguir el máximo rendimiento posible en un entorno de consumo limitado.
