Todos los componentes de PC necesitan una serie de elementos que permitan reducir las temperaturas que generan, esto lo encontramos en los procesadores, memorias RAM, unidades SSD, fuentes de alimentación y en las tarjetas gráficas. Pero estas últimas cuentan con un sistema de refrigeración sobre el que es muy importante hacer un mantenimiento si la habéis tenido durante mucho tiempo, os explicamos el motivo.
Uno de los principales elementos que encontramos en una configuración de PC es la refrigeración, para conseguir que un sistema pueda tener el rendimiento más alto posible resulta necesario reducir en gran medida las temperaturas que pueden llegar a alcanzar las piezas, ya que esto puede causar el denominado Thermal Throttling, un fallo en el que se reduce la potencia de los componentes para evitar que no se sobrecalienten por un calor extremo. Pero las tarjetas gráficas tienen un diseño mucho más completo que otros componentes ya que ofrecen un sistema de disipación completo que requiere desmontar por completo el componente para poder realizar un mantenimiento a fondo, algo que muchas veces no se tiene en cuenta pero que se debería hacer cada cierto tiempo.
Sí, también es necesario cambiar los Thermal Pads y la pasta térmica de una gráfica
La construcción de las tarjetas gráficas resulta bastante compleja si la comparamos con otros componentes de PC, estas cuentan con su propio PCB sobre el que se montan los elementos principales como la GPU y la VRAM, pero estos chips requieren un sistema que permita reducir el calor que generan por lo que hay que añadirle además un disipador específico. Por este motivo las tarjetas gráficas ocupan tanto espacio, si tan solo tuviésemos la placa con los chips no habría modelo que ocupase más de 1 slot, pero obviamente esto implicaría que tampoco pueden utilizarse ya que no podrían soportar las temperaturas.
El punto está en que de una forma u otra esta pieza de hardware utiliza un sistema de disipación que requiere una conductividad térmica, esto es algo que se logra mediante elementos como la pasta térmica y los Thermal Pads. La GPU al ser un componente similar a un procesador utiliza pasta térmica, con la gran diferencia de que se aplica directamente sobre el dado, pues no tiene IHS como las CPU. Por otra parte los Thermal Pads son la elección perfecta para la VRAM ya que cubren por completo el chip sin que haya problemas de goteos como sucede con la pasta térmica, esta podría caer sobre el resto del PCB al hacer presión con el disipador.
Tal y como podéis imaginar, el problema que presentan estos dos elementos está en sus propiedades, ambos están diseñados para durar varios años ya que los fabricantes no esperan que un usuario modifique las tarjetas gráficas como haríamos para aplicar los materiales conductores sobre un procesador y su disipador, pero aun así en modelos más antiguos es común que ambos se sequen.
Cuando los pads se degradan, la gráfica es más susceptible al Thermal Throttling. Esto no es una simple ralentización, una GPU con refrigeración deficiente puede sufrir caídas de hasta un 20-25% en sus fotogramas por segundo (FPS) bajo carga sostenida. El umbral crítico para la memoria VRAM GDDR6X, por ejemplo, se sitúa en torno a los 95-105°C, momento en el que la tarjeta reduce drásticamente sus frecuencias para protegerse.
Cómo elegir los Thermal Pads correctos: Grosor y Conductividad
La elección de los thermal pads no es universal; depende de dos factores críticos que determinan su eficacia y la seguridad de tu hardware:
- Grosor (en mm): Es la medida más importante. Debe ser exacto al que especifica el fabricante para tu modelo de GPU. Un pad demasiado grueso puede impedir el contacto del disipador con la GPU, y uno demasiado fino dejará un hueco de aire. Ambos escenarios provocan un sobrecalentamiento fatal. Los grosores habituales varían entre 0.5mm y 2.0mm.
- Conductividad Térmica (en W/mK): Mide la capacidad del pad para transferir calor. Un valor más alto (ej. 12.8 W/mK) es mejor que uno bajo (ej. 6 W/mK). Para GPUs de alto rendimiento, busca siempre la mayor conductividad posible.
Advertencia: Usar un grosor incorrecto puede dañar permanentemente tu tarjeta gráfica. Consulta siempre bases de datos técnicas o guías de desmontaje específicas para tu modelo exacto de GPU antes de comprar.
