Con el correspondiente aumento de la energía consumida por procesadores y tarjetas gráficas, montar servidores de alto rendimiento para distintas tareas se está volviendo un proceso que trae de cabeza a ingenieros de sistemas y técnicos en arquitecturas. Por ello, Microsoft ha estado mucho tiempo trabajando con varias empresas para lanzar un nuevo sistema de enfriamiento para poder conseguir mantener a raya las temperaturas, y al cual ha denominado Inmersión en dos fases.
Microsoft ha estado probando con la inmersión de los servidores en el fondo del mar, pero lógicamente esto es un proyecto que aunque ha tenido éxito, no es viable a gran escala, al menos de momento. Por ello, el sistema de Inmersión en dos fases ha sido desarrollado para poder aumentar el número de chips por cada nodo de servidores y continuar así la expansión empresarial en la que se basa también la Ley de Moore.
Inmersión en dos fases, ¿es el futuro de los sistemas AIO?
Actualmente, cualquier sistema AIO se basa en un concepto simple: bomba, radiador y un líquido de intercambio que normalmente es en base de agua. A diferencia del aceite mineral que usan algunos sistemas y mods, el líquido que tiene Microsoft es bastante especial y ha sido diseñado específicamente para sus servidores.
Y es que el líquido hierve a una temperatura de 50 grados dentro de un tanque de acero, donde ni el propio tanque ni el propio líquido tienen efecto alguno sobre los componentes electrónicos.
El líquido una vez produce el efecto de ebullición aleja el calor de los chips y logra bajar la temperatura de los componentes clave, lo que permite que estén funcionando continuamente a plena potencia sin riesgo de fallos por sobrecalentamiento.
Esto sería la primera fase del proyecto, mientras que en la segunda estaría la verdadera novedad como tal del sistema. Esta segunda fase consta de un condensador, el cual está situado dentro del tanque. El vapor que se eleva del fluido en ebullición entra en contacto con este condensador, volviendo a condensar el compuesto y convirtiéndolo otra vez a su forma líquida y «llueva» sobre los servidores sumergidos, siendo por lo tanto un sistema de circuito cerrado con casi sin pérdidas.
La transferencia de calor en líquidos es mucho más eficiente que el aire
Lógicamente tener refrigerado un componente en su totalidad por un líquido específico para ello va a ser mucho más eficiente que el aire. Las CPUs han aumentado su consumo hasta casi los 300 vatios, muchas GPUs llegan a peaks de 700 vatios a pleno rendimiento y lógicamente un centro de datos no puede permitirse refrigerar estos derroches energéticos simplemente con un fluido como el aire.
El cambio a los sistemas de refrigeración por parte de Microsoft reveló que este sistema de dos fases reducía el consumo de energía de cualquier servidor entre un 5% y un 15%, siendo estos unos datos realmente altos.
Por ello y junto a la empresa Wiwynn, se desarrolló una solución de enfriamiento por dos fases, mientras que el líquido como tal corre a manos de 3M, los cuales lo diseñaron como una solución dieléctrica con aislantes eléctricos, lo que permite la inmersión de los componentes sin riesgo alguno.
Por último, esta nueva técnica brinda una ventaja más: una gestión de recursos más eficiente en todos los ámbitos, desde la energía hasta el enfriamiento, pasando por los técnicos. Así, Microsoft trae las ventajas del mar a los servidores en tierra, algo que ya vimos en empresas que se dedican a la minería de criptomonedas, con la salvedad de que este sistema es pionero por ser sin pérdidas.