Presentan una demanda colectiva contra Intel por la inestabilidad de sus CPU
En HardZone mucho hemos hablado de los problemas de estabilidad que han afectado tanto a la gama de procesadores de 13ª y 14ª de Intel, problemas que han obligado a la compañía a ampliar el plazo de garantía hasta 5 años para que cualquier usuario afectado, pueda solicitar un reemplazo o la devolución del dinero.
Pero antes, Intel hizo todo lo posible para quitarse las culpas de encima echándole la culpa a los fabricantes de placas base y los perfiles de energía que utilizaban de forma predeterminada. En un movimiento a la desesperada para solucionar el problema, diseñó un plan de energía que, en teoría solucionaba el problema pero que seguía estando presente hasta hace unos pocos meses.
El pasado mes de julio, Intel encontró por fin el origen del problema, problema que se encontraba en un voltaje demasiado alto motivado por un algoritmo defectuoso de la CPU en la que los núcleos no pueden hacer frente al voltaje establecido, por lo que, con el tiempo, acaban dañándose de forma irreparable.
Desde que Intel identificara finalmente el origen del problema, ha lanzado tres parches de microcódigo en julio para ajustar el algoritmo de eTVB, en agosto para reducir las solicitudes innecesarias de un mayor voltaje y en septiembre para evitar la demanda de voltaje excesivo durante una carga ligera de proceso.
Intel encontró el problema demasiado tarde
El problema de inestabilidad que afectaba tanto a la 13ª como a la 14ª generación de procesadores Intel Core, duró mucho más tiempo del que tanto Intel como los usuarios hubieran deseado por lo que muchos de estos dejaron de funcionar antes de que Intel ofreciera una solución al problema.
Los procesadores que habían sido dañados, ya no se podían recuperar de ahí que la compañía azul ampliara el plazo de garantía hasta 5 años en un movimiento para que los usuarios descontentos no tuvieran ningún problema en solicitar una devolución y de paso, evitaba enfrentarse a una demanda colectiva.
Sin embargo, era demasiado tarde. Un ciudadano de Nueva York ha presentado una demanda contra Intel en la que se la acusa de vender procesadores defectuosos tanto de la 13ª como de la 14ª generación de procesadores. Se trata de una demanda abierta en la que cualquier otro usuario de Estados Unidos puede unirse.
El demandante afirma que Intel debía saber que estos procesadores tenían un problema cuando la 13ª generación se lanzó al mercado entre finales de 2022 y principios de 2023. El usuario que ha presentado la demanda compró el Intel Core i7-13700K en enero 2023, es decir, recién llegado al mercado. Desde un principio sufrió de pantallazos negros, reinicios y cuelgues inesperados.
Este exige una compensación económica por parte de Intel y afecta a todos los procesadores de la 13ª y 14ª generación, aunque realmente no todos se hayan visto afectados. No sabemos hasta qué punto esta demanda puede prosperar, ya que, como hemos comentado más arriba, Intel ha ampliado el plazo de garantía para que cualquier usuario afectado pueda solicitar un reemplazo o la devolución del dinero.
La nueva generación de procesadores Intel Core Ultra 200 para equipos de escritorio disponible en el mercado desde finales de octubre, ha dejado muy mal sabor de boca en cuanto a rendimiento no así en cuanto a consumo que parece haberse convertido en la principal de prioridad de Intel. Durante su presentación, Intel aseguró que se había cambiado la arquitectura, por lo que el problema de rendimiento que afectó a las dos generaciones de procesadores para escritorio no debería repetirse.