De un tiempo a esta parte, tanto Intel como AMD diseñan procesadores para que sean más potentes que las generaciones anteriores sin olvidarse de implementar medidas para que sean más eficientes en cuanto a consumo para así reducir la huella de carbono en el medio ambiente. Y es que es casi una regla matemática que a mayor potencia de la CPU, mayor consumo energético y, por tanto, mayor huella de carbono puede dejar en el entorno.
Esto es algo que está ocurriendo en muchos otros órdenes de nuestra vida informática, que un avance, una mejora en la usabilidad de un sistema puede ser muy beneficioso para nuestra productividad, pero especialmente dañino para el medio ambiente, porque es necesario un mayor consumo energético que a su vez provoca una contaminación mayor a nuestro alrededor. Por ejemplo, toda la infraestructura mundial en la nube, que está constantemente consumiendo energía a todas horas, todos los días y todos los meses. Sin parar.
Pero si miramos a una escala más pequeña, como es la particular de todos nosotros como usuarios de a pie, vemos que mientras el consumo de los procesadores AMD siempre ha sido muy comedido, la falta de compromiso por el consumo y el medio ambiente más reciente de Intel fue el Intel Core i9-14900K, un procesador cuyo consumo era de 300W, una auténtica salvajada. Con el lanzamiento de la gama Core Ultra 200, Intel se centró en priorizar la eficiencia energética por encima del consumo. Como era de esperar, este movimiento ha acabado afectando seriamente a las ventas de esta serie lanzada al mercado a finales de 2024.
Conocer el consumo de tiene un procesador nos permite elegir cuál es la fuente de alimentación que necesitamos y que sistema de refrigeración debemos utilizar para disipar todo ese calor que se genera por el régimen de trabajo de un chip tan demandante de energía. Y es que cuanto menor sea su consumo, más ahorramos en la factura de la luz y, de paso, también se reduce el impacto ambiental de forma significativa.
¿Cuánto consume mi procesador?
Cuando leemos las especificaciones de un procesador, nos encontramos con el mismo problema de siempre: las especificaciones distan mucho de ser reales porque se suele camuflar lo que no es tan bueno o positivo, en favor de otros detalles que sí lo son, pero irrelevantes en lo que a nuestro uso se refiere. Las cifras de consumo únicamente son aproximadas, ya que dependen de la carga de trabajo que tengan, pero permiten hacernos una idea lejana que solo los más expertos saben extrapolar a tareas menos exigentes, o las más, por ejemplo, cuando ponemos en marcha un videojuego que le va a pedir al procesador, no ya un extra de potencia, sino que además debe sostenerla en el tiempo de forma ininterrumpida.
La mejor forma de conocer cuál es el consumo en tiempo real de un procesador es utilizando la aplicación Core Temp. Core Temp es una aplicación que nos permite conocer cuál es la temperatura del procesador además de su consumo en tiempo real, por lo que podemos ir viendo en pantalla qué es lo que estamos haciendo, qué aplicaciones abrimos y cerramos y el impacto directo, al instante, en el régimen de trabajo del procesador.
El funcionamiento de la aplicación es muy sencillo. Una vez abrimos la aplicación, debemos hacerlo con permisos de Administrador, la aplicación mostrará el modelo de procesador, la plataforma y el número de núcleos e hilos. Seguidamente, muestra la frecuencia de forma independiente de cada uno de los núcleos que tiene el procesador junto con la carga de trabajo que tiene en ese momento, señalada en un punto de la ventana que es el que os indicamos con una flecha roja.
En la parte inferior de la aplicación, se muestra la temperatura media del número de procesadores que están funcionamiento ese momento, junto con la temperatura mínima y máxima que han alcanzado. Justo al final, en la esquina inferior derecha, como os indicábamos anteriormente, se encuentra el consumo en W que tiene en ese momento el procesador.
Cuanto mayor sea la velocidad a la que trabajan los procesadores, no solo se incrementará la temperatura de estos, sino también su consumo de energía. En la siguiente imagen podéis ver el consumo que tiene cuando Fortnite está en ejecución (primera imagen) y cuando está cargando una partida (segunda imagen), un consumo mucho más elevado que estando en reposo con el plan economizador de Windows.
El único punto negativo que tiene la aplicación es que no permite monitorizar estos valores sobreimpresos en la pantalla y para conocerlos en tiempo real debemos cambiar a la aplicación en segundo plano. Lo que si nos permite conocer es esa información en tiempo real desde la barra de tareas, donde podemos mostrar tanto la frecuencia del procesador, como la potencia, la temperatura y el consumo de memoria RAM. Aunque si tenéis dos monitores, podéis situar en uno el juego y en el otro esta ventana de la aplicación, para llevar el control de lo que va consumiendo el procesador.
Core Temp es una aplicación gratuita que podemos descargar directamente desde su página web y que, además, se encuentra traducida al español, por lo que no vamos a tener ningún problema a la hora de sacarle todo el partido.
¿Se puede limitar el consumo de energía de un PC?
Los procesadores para PC se diseñan en base a un rendimiento asociado a un consumo de energía siempre hablando siempre en máximos. De esta forma, a plena potencia, siempre consumirá el máximo establecido en las especificaciones del procesador. Respondiendo a la pregunta de si se puede limitar el consumo de energía de un PC, la respuesta es no. Lo único que podemos hacer si no queremos que nuestro PC consuma tanta energía es utilizar los planes de energía Economizador, un plan que reduce la velocidad a la que funciona el procesador, por lo que también se reduce el consumo de energía. Sí, aun así, queremos reducir más el consumo, lo único que podemos hacer es crear un plan de energía o bien desactivar algunos de los núcleos de nuestro procesador.
Cómo reducir el consumo del procesador
Después de conocer lo que consume vuestro procesador es probable que os estéis preguntando cuál es la forma de evitar que pueda llegar a usar tanta potencia, una de las formas más sencillas es tal y como hemos visto anteriormente que sería cambiando los planes de energía de Windows. Pero también podríais directamente hacer que el procesador funcione por debajo de sus capacidades para evitar que reciba demasiada energía, es decir, aplicar un undervolt para limitar el voltaje que tiene y por lo tanto reducir tanto su consumo máximo como la temperatura que puede alcanzar.
Esta técnica puede ser muy útil para aquellas personas que quieren que su ordenador utilice menos energía, por ejemplo, para evitar que la batería se agote demasiado rápido si hablamos de un portátil o para tener una mayor estabilidad en términos de temperatura para los modelos de sobremesa. Obviamente debéis tener en cuenta que esto reducirá el rendimiento del mismo.