Todos sabemos que los componentes de hardware del PC trabajan mejor cuanto menor sea su temperatura, por lo que todos los componentes tienen una temperatura máxima que nunca deberíamos sobrepasar, ya que entrarán en funcionamiento los mecanismos de auto protección y empezará a bajar su rendimiento, además de que estaremos reduciendo su vida útil. En este artículo vamos a contarte cuál es esa temperatura máxima que nunca deberías sobrepasar.
Hay muchísimos programas gratuitos que nos pueden ayudar a medir y comprobar el funcionamiento del hardware del PC, incluyendo por supuesto la temperatura. Da igual cuál utilices, el caso es que nunca pierdas de vista las temperaturas de funcionamiento, y esto es especialmente importante si notas que el PC funciona lento en ocasiones, pues se trata de un síntoma evidenre de altas temperaturas.
Una alta temperatura provocará que «salten» los mecanismos de protección de los componentes (si los tienen, claro), haciendo que reduzcan su rendimiento mediante un fenómeno conocido como thermal throttling en pos de salvaguardar su integridad. Incluso con este mecanismo, que reducirá el rendimiento del PC, los componentes verán reducida su vida útil e incluso podrían llegar a estropearse irremediablemente, por lo que tener siempre un ojo en la temperatura no es nunca una mala idea.
Pero antes incluso de llegar a un escenario de errores y averías, el mayor problema que podemos encontrarnos es que ese ordenador que te compraste y que prometía un rendimiento extraordinario para hacer cualquier tarea o jugar con videojuegos, no alcanza la expectativas que te hiciste, porque para salvaguardar su integridad ha tomado la decisión de rebajar esa potencia. Por lo que no obtenemos lo que queríamo cuando lo adquirimos.
¿Qué entendemos por temperatura máxima?
Nos referimos al nivel de calor acumulado con el que los componentes de nuestro PC pueden funcionar sin que este sea un peligro para la estabilidad y la salud de los mismos. El motivo de ello es que ciertas temperaturas el traslado de los electrones varía y los diferentes componentes electrónicos, ya sean analógicos o digitales, dejan de funcionar de manera normal. Es decir, se cambian las normas y la integridad de la señal y, por tanto, de los datos se pierde, lo que sin llegar a quemarlo o hacer que se fundan los componentes deja de ser operativo.
La temperatura máxima de cada componente
Casi todos los componentes del PC tienen sistemas de protección contra la temperatura, por lo que superado cierto umbral reducen su rendimiento o directamente se apagan para preservar su integridad y que no se estropeen. Es importante evitar esto, pero para poder hacerlo primero debes saber cuál es la temperatura máxima de funcionamiento de los componentes. Es más, un buen síntoma de que algo puede estar ocurriendo es que, de un día para otro, vuestro ordenador se ralentiza excasivamente, o va a tirones con cuelgues que nos van diciendo que ahí pasa algo. ¿Está bien refrigerado? ¿Lo tenéis instalado en un lugar donde puede haber cierta corriente y el aire puede correr sin obstáculos?
Cada uno de esos componentes viene de fábrica con un umbral de temperatura bien marcado por el fabricante, y aunque cada plataforma y cada arquitectura pueden variarlos, no es algo perenne o fijo para cada componente del PC, lo cual hace realmente complicado un seguimiento de estos. La ventaja es que en los últimos años tanto Intel, como AMD o NVIDIA han «estandarizado» los valores, por lo que los están replicando con cada generación venidera y eso ayudará a que, sin mirar qué marca montamos enel ordenador, sepamos si una temperatura que está alcanzando un componente es la recomendable. Es todo mucho más sencillo.
Dicho esto, vamos a conocer componente por componente los valores medios que debemos tener en cuenta, ya que son muy importantes tanto para el buen rendimiento de nuestro ordenador como para la vida útil de los mismos. Y en el caso de cada uno, esa temperatura máxima varía sensiblemente. Mirad.
El procesador
El procesador es probablemente el elemento con el que más cuidado debemos tener a la hora de revisar su temperatura. La temperatura máxima que no deben sobrepasar depende del procesador en sí mismo, de su generación y de muchas cosas más, pero en términos generales si tu procesador es Intel, nunca deberías sobrepasar los 100ºC, y en el caso de AMD este valor se ve reducido a 95ºC.
Estos valores no es que sean seguros, ni mucho menos, pero son los umbrales que fijan los dos fabricantes en sus últimos modelos para marcar cuándo va a empezar el temido Throttling y con ello el descenso de rendimiento.
Lo ideal es que en el caso de Intel no se sobrepase los 80º C y en el caso de AMD los 70º C, aunque todos sabemos que cuanto menos temperatura consigamos, mejor. Si hablamos del equipo rojo, este valor es complicado, puesto que sus algoritmos empujan la frecuencia de forma automática, así como el voltaje cuando detectan que estamos por debajo de ese valor, por lo que reducirlo implica más velocidad, lo que necesita más voltaje y por ello volvemos a esos 70º C o más, pero con mayor rendimiento.
Como curiosidad, un procesador con una inadecuada pasta térmica o refrigeración puede llegar a niveles muy peligrosos. Tenemos un artículo, que te dejamos por aquí por si te resulta interesante, donde enseñamos como este componente puede llegar (incluso antes de apagarse) a un rango de temperatura capaz de freír un huevo frito u otro alimento solo con el calor desprendido. Imagínate si eso es bueno para el o para el resto de componentes que están a su alrededor. No hace falta que te responda. Aunque está fabricado para conseguir aguantarlo, a la larga va a reducir su vida util, y el rendimiento del ordenador no será el mismo. Por lo que, tener tu PC fresco es más importante de lo que crees.
La tarjeta gráfica
Cuando hablamos de la tarjeta gráfica por norma general su temperatura de funcionamiento suele ser bastante superior a la del procesador, y temperaturas de 85ºC son «normales». La temperatura máxima objetivo que nunca deberíamos de sobrepasar en el caso de la inmensa mayoría de tarjetas gráficas son 100ºC, aunque este valor puede cambiar dependiendo del fabricante; por norma general, las gráficas de AMD suelen admitir temperaturas más elevadas que las de NVIDIA pero en todo caso, te recomendamos consultar la documentación del fabricante para salir de dudas. Sobre todo si cuentas con un dispositivo o un software para controlar en tiempo real cómo andan las cosas de calientes dentro del componente.
A día de hoy y viendo las tendencias de consumos y disipadores, cada vez se hace más complicado mantenerse en valores óptimos, así que es una temperatura que debemos revisar cada cierto tiempo porque empeora a medida que la tarjeta gráfica va acumulando polvo.
Discos duros y SSD
Aquí debemos diferenciar los diferentes tipos de almacenamiento que existen, y nuevamente dependerá de la controladora así que lo que os vamos a mostrar son temperaturas medias generales que no debéis permitir que sean sobrepasadas. Es más, no penséis que porque no tengan partes mecánicas los nuevos SSD no se calientes. En muchos casos las cifras que podemos obtener son mayores, lo que nos obligaría a tener que recurrir a disipadores pegados a la parte superior de las unidades de almacenamiento.
- Disco duro mecánico de 3,5″: 60ºC
- Disco duro mecánico de 2,5″: 70ºC
- SSD de 2,5″: 70ºC
- SSD mSATA: 70ºC
- SSD M.2: 80ºC
Dentro de estos datos como podéis imaginar se incluyen absolutamente todos los discos duros y unidades que podemos encontrar en el mercado, por lo que obviamente también se encuentran incluidos los que son específicos de otros dispositivos como los NAS.
Fuente de alimentación
La fuente de alimentación es uno de los componentes del PC a los que más afecta la temperatura, puesto que a mayores temperaturas, menor es su eficiencia y más propensas son a dar fallos. Por fortuna, todas las fuentes de alimentación tienen sistemas de protección, y además, cuanto mejor sea la fuente menos se calentará.
En todo caso, la temperatura óptima de funcionamiento de todas las fuentes de alimentación está situada en el rango de los 40ºC, con 50ºC como objetivo máximo.
Memoria RAM
En el caso de la memoria RAM todas tienen una temperatura máxima común: 81 °C antes de que sufran daños irreversibles. Sin embargo, a partir de 50ºC pueden producirse cuelgues en el sistema y malfuncionamiento de la memoria, así que la temperatura que nunca debemos permitir que sobrepase la RAM son estos 50 °C precisamente, a pesar de que si alcanzan una mayor temperatura tampoco es que se vayan a estropear.
Placa base
La placa base es otro de los elementos importantes del PC, y por supuesto también tiene ciertos componentes que se pueden llegar a sobrecalentar por el uso normal del equipo, especialmente el Chipset y los VRM. Siendo estos últimos los responsables de que el procesador y la memoria RAM reciban la cantidad justa de energía que necesitan.
La mayoría de fabricantes especifica que el Chipset no debe superar los 95 °C, pero obviamente esta es una temperatura límite máxima que nunca se debe superar y por ello la mayoría integra disipadores pasivos o incluso activos, ya que por encima de 70 °C podremos empezar a sufrir problemas. En cuanto a los VRM, elementos que generalmente también vienen acompañados de un disipador pasivo (o en algunas placas de gama alta incluso viene preparado para sistemas custom de refrigeración líquida), están preparados para funcionar a temperaturas mucho mayores, siendo el límite nominal 130 °C con picos de hasta 160 °C sin que se estropeen. Obviamente, no es recomendable llegar a estos extremos y cuanto más frescos funcionen, mejor harán su trabajo y más tiempo de vida tendrán.
¿Sobrecalentamiento o sólo muy caliente?
No te pongas nervioso, si de repente el ventilador del disipador del procesador empieza a trabajar a gran velocidad y hace mucho ruido, es algo perfectamente normal y que sucede porque existen sistemas como el PWM de los ventiladores que permiten que éstos funcionen más despacio cuando el componente está en reposo y que aceleren su velocidad para bajar más la temperatura cuando es necesario.
Cuando obligas al PC a hacer tareas que estresan sus componentes, como ejecutar un juego o comprimir un archivo, los componentes se calientan más y ahí cobra mucha importancia el tener un buen sistema de refrigeración en el equipo. Que los componentes se calienten es normal, y eso no va a producir que se desgasten o que se reduzca su vida útil. Por eso es importante saber diferenciar entre sobrecalentamiento o que simplemente estén muy calientes.
Y es que si por ejemplo estás jugando y se te ocurre tocar la tarjeta gráfica, te quemarás los dedos porque el backplate fácilmente se puede poner a 60º C-70º C. Y esto es normal y no pasa absolutamente nada. Lo grave sería si la GPU, medido con los sensores internos, sobrepasa los 105º C que hemos mencionado antes. En ese instante, apaga el PC y toca tomar medidas.
Recuerda que cada componente es un mundo y una vez que registran mediciones anómalas, que no son las correctas, es necesario tomar medidas y mirar si existe algún problema concreto que podamos corregir, ya sea a través de modificaciones en el propio componente o tocando los drivers dentro de Windows.
La verdad sobre la temperatura máxima en PC
Todos y cada uno de los componentes a día de hoy están programados para cesar su actividad al llegar a cierto límite de temperatura, el cual no es el límite de resistencia física, sino que se trata de uno todavía más bajo. Hemos de tener en cuenta que el calor se acumula y este termina por subir rápidamente, por lo que cuando se dice en las especificaciones de un componente que este soporta una cantidad de grados en concreto, no es que empiece a arder a esa temperatura, es que una vez llega a ella se apaga por seguridad.
Otro punto a tener en cuenta es que muchas variantes de distintos componentes tienen una resistencia mucho más bajo en ese aspecto. Por ejemplo, puede que haya un modelo de tarjeta gráfica más barato, pero con condensadores que resisten temperaturas inferiores o materiales para la disipación peores que otros modelos. En principio pueden funcionar igual de bien bajo circunstancias normales, pero ante una subida de temperatura tienen una tolerancia a los efectos de la misma mucho más bajos.
Esto suele pasar sobre todo con componentes que son de marcas que son mucho más baratas, siendo uno de los principales motivos por los que siempre os recomendamos evitar aquellas ensambladoras que son reconocidas por ofrecer materiales de baja calidad. Al final a nadie le gusta gastarse la cantidad de dinero que supone comprar una gráfica o una placa base para no poder utilizarlas, o que directamente se rompan al poco tiempo de ponerlas en marcha por los problemas que genera el uso de todo tipo de materiales de baja calidad.
Uno de los papeles más importantes lo tiene un buen flujo de aire
Dentro de todo lo que podemos conocer sobre la temperatura de los componentes debemos saber que el principal motivo por el que se pueden llegar a sobrecalentar teniendo una temperatura por encima de lo que debería es causado por problemas relacionados con el flujo de aire. Realmente a la hora de conocer cuales son las temperaturas reales de nuestros componentes podemos ver que en caso de haber diseñado un mal flujo de aire o tener una serie de componentes que no son demasiado buenos, estos podrán superar fácilmente las temperaturas recomendadas a las que funciona nuestro hardware.
En general ningún componente podrá superar la temperatura máxima, ya que al final existen una serie de sistemas de protección que evitarán que estos componentes puedan llegar a dañarse, pero también nos podrá afectar ya que esto implica que el ordenador en la mayoría de los casos se apagará para evitar el sobrecalentamiento. Este es uno de los principales motivos por los que siempre es recomendable optar por comprar los sistemas más avanzados de refrigeración posible para cada uno de los casos, como disipadores de gran calidad o ventiladores que ofrezcan una gran velocidad.
Aunque hay ocasiones en las que siquiera instalando esos ventiladores conseguiremos mejorar nada porque el PC lo tenemos instalado en un lugar donde no hay corriente alguna o el aire de la caja se concentra alrededor, por lo que al volver a introducir aire en la caja, lo hacemos con temperaturas inposible de refrigerar componente alguno. Sitúa tu ordenador en un lugar abierto, donde prácticamente pueda sentir la brisa de una corriente que ayude a reducir la temperatura.