Muchos usuarios y aficionados a los videojuegos suelen tener dudas sobre las temperaturas de funcionamiento de un ordenador. Esta duda aparece, sobre todo, cuando se detectan ciertas pérdidas de rendimiento en determinados juegos que antes no sucedían. Vamos a explicarte cuál es la temperatura normal de la CPU cuando estamos jugando y cuáles son las temperaturas que pueden suponer un problema y por las que debemos plantearnos dejar descansar el ordenador hasta que encontremos una solución
Cuando las personas estamos en reposo solemos tener una temperatura estable. Pero cuando practicamos deporte, esta temperatura sube y el cuerpo genera sudor para controlar esta subida de temperatura. Con los procesadores ocurre lo mismo, que aunque está diseñados para resistir temperaturas que un cuerpo humano no podría, ellos se encuentran a gusto con su trabajo. Otra cosa es que esos límites se superen y comencemos a entrar en un terreno peligroso que no solo puede afectar al rendimiento óptimo del componente, sino también a su integridad.
Como os hemos avanzado, los procesadores tienen un rango de temperaturas óptimas en reposo y otro rango en situaciones de carga extrema de trabajo, como puede ser cuando estamos jugando y necesitamos toda la potencia de proceso para obtener la mayor calidad gráfica con la mejor tasa de fotogramas posible. Cuanto mayor sea la temperatura en el procesador, mayor será la velocidad de los ventiladores que intentan disipar ese calor y, por tanto, más ruido generarán. Pero, ¿qué temperaturas son normales y cuáles podemos empezar a considerar anormales y por tanto perjudiciales para el componente?
Temperaturas normales y anormales de un procesador
Primero y antes de nada, siempre debes tener en cuenta la temperatura ambiente. El procesador jamás estará por debajo de dicho valor y afectará notablemente a la temperatura final de funcionamiento. No es lo mismo estar utilizando el PC con una temperatura ambiente de 10 ºC que con una temperatura ambiente de 30 ºC en plena canícula estival.
A partir de esa idea, si os parece, vamos a generar cuatro catalogaciones de temperatura y explicaremos algunos aspectos de cada una. Estos son los cuatro grupos en los que podemos encuadrar los diferentes regímenes de funcionamiento de nuestros procesadores:
- Temperatura baja (30 – 60 ºC): Esta es la temperatura que podemos tener en reposo o con cargas bajas o livianas. Se considera baja carga de trabajo para un procesador, tareas como navegar, ver contenido multimedia, ofimática y similares.
- Temperatura en carga (60 – 85 ºC): Hablamos de temperatura en carga cuando estamos ejecutando una aplicación pesada que hace mucho uso del procesador. Esto pueden ser juegos, software de edición de fotografía y/o vídeo u otras aplicaciones exigentes que hacen uso intensivo del procesador.
- Temperatura de riesgo (85 – 95 ºC): Movernos en este rango de temperatura supone estresar en exceso al procesador. Normalmente, este sacrificará rendimiento para evitar la escala de temperatura. Si esto sucede, tenemos un problema en algún punto, que puede ser desde una pasta térmica seca que no hace bien su función, un disipador no óptimo para el procesador o algún problema en la propia CPU.
- Temperatura de corte (100 – 105 ºC): Cuando el procesador alcanza esta temperatura, para protegerse, se apaga. Existe un grave problema en algún punto y se debe realizar una tarea de investigación para ver la deficiencia. Posiblemente, sea por falta de mantenimiento del disipador del procesador.
Evitar temperaturas de riesgo o de corte es relativamente sencillo. Se recomienda cambiar anualmente la pasta térmica y limpieza de los ventiladores, así como del sistema. También evitar instalar la torre del ordenador en receptáculos pequeños que generan bolsas de calor y dificultan la refrigeración.
No todos los procesadores trabajan a la misma temperatura
Las temperaturas que os hemos mostrado en el apartado anterior son, a grandes rasgos, las temperaturas de funcionamiento de la mayoría de los procesadores que podemos encontrar en el mercado, por lo que son una referencia más que fiable a la hora de saber si el sistema de disipación que utilizamos es efectivo o si la pasta térmica ha llegado a su fin de ciclo de vida y toca reemplazarla.
Si queremos saber el rango de temperaturas en las que trabajan los procesadores, lo mejor que podemos hacer es acceder a la ficha que tanto AMD como Intel tienen en sus páginas web. En base a la temperatura máxima de funcionamiento de cada procesador, debemos elegir un sistema de refrigeración más o menos potente para evitar que este se caliente en exceso y acabe apagando el equipo para evitar males mayores.
¿Cómo mido la temperatura del procesador?
Tenemos muchas aplicaciones que nos permiten mirar la temperatura del procesador, pero os vamos a explicar la más sencilla que existe. Esta es una aplicación liviana, que nos da toda la información que vamos a necesitar para evaluar posibles problemas. Hablamos del software CoreTemp, que puedes descargar desde su página web oficial.
Lo primero que nos muestra son los datos del procesador de nuestro sistema. Nos dirá el nombre, plataforma, frecuencia, tensión, litografía y TDP. Estos son valores generales e informativos, pero lo que nos interesa es el apartado de «Temperature Readings». Esto es lo que significa cada valor:
- Power: Nos está diciendo el consumo de energía de este procesador en tiempo real. Es una información interesante que nos puede decir si el procesador no está operando correctamente.
- Tj. max: Este valor es lo que antes hemos denominado «Temperatura de corte». Nos dice a qué temperatura a la que, si llega el procesador, este se terminará apagando para protegerse. Este valor depende de cada generación de procesadores y de cada fabricante. Debes saber que esta temperatura debe ser sostenida, no vale con que sea un pico puntual.
- Core: Aquí tendremos la misma cantidad de valores de temperatura «Core» qué cantidad de núcleos de la CPU. Nos muestra la temperatura en tiempo real, la mínima registrada y la máxima, además de mostrar la carga.
Gracias a este sencillo software podemos monitorizar y controlar la temperatura del procesador. Si los valores máximos registrados sobrepasan los rangos que hemos comentado, debemos realizar tareas de mantenimiento. De persistir el problema de temperatura, deberemos llevarlo a un especialista para que compruebe el origen del problema.