Montar un ordenador no es una tarea especialmente complicada, aunque sí es algo más complejo elegir las piezas. Además de tener en cuenta el presupuesto, debemos considerar la compatibilidad de todos los elementos. Para ayudarte, te vamos a explicar en qué puntos debes fijarte a la hora de adquirir los componentes y verificar la compatibilidad.
El proceso de ensamblaje de los diferentes componentes es realmente sencillo, ya que todos tienen una única posición posible. Solo hay que ir con un poco de cuidado a la hora de instalarlos, especialmente con el procesador, para evitar dañar los pines del mismo.
Otra cuestión muy distinta es la compatibilidad de los diferentes componentes. Aquí debemos ser más cautos, ya que podríamos confundirnos al elegir los componentes y encontrarnos con incompatibilidades. Vamos a explicarte las cosas que debes tener en cuenta para cada uno de los principales componentes.
Procesador y placa base
Lo primero que debemos verificar es la compatibilidad entre la placa base y el procesador. Debemos tener en cuenta, en primer lugar, el socket de nuestro procesador y el de la placa base. Luego, la compatibilidad entre el procesador y el chipset de la placa base.
Socket
Antes de elegir la placa base, debemos elegir el fabricante del procesador, siendo Intel y AMD las opciones actuales. Entre los datos del procesador, encontraremos el tipo de socket o zócalo (en castellano) que utiliza el procesador. Por ejemplo, el Intel Core i9-12900K usa el socket LGA1700 y el AMD Ryzen 7 7800X usa el socket AM5.
Una vez tengamos esto claro, debemos elegir una placa base que utilice el mismo socket que el procesador. La hoja de especificaciones de la misma nos indicará la compatibilidad. Como dato importante, las placas base para procesadores de AMD no son compatibles con los de Intel y viceversa.
Las tiendas en línea siempre nos muestran el socket, y si tenemos dudas o falta esta información, podemos ir a la web del fabricante de la placa base.
Chipset
No solo basta con que coincida el socket; el chipset debe coincidir con la generación del procesador. Esto es especialmente importante en el caso de AMD, ya que el socket AM4 ofrece soporte para varias generaciones de procesadores Ryzen, pero no todos los chipsets soportan todas las CPU que ha lanzado la compañía.
En el caso de Intel, esto es más sencillo, ya que la compañía suele mantener el socket solo dos generaciones de procesadores y se da retrocompatibilidad. De todos modos, es necesario verificarlo. Lo que sí debemos verificar es que el chipset ofrece capacidad de overclocking, en el caso de elegir un procesador Core-K y Core-KF.
Habitualmente, las tiendas en línea suelen ofrecer esta información para evitar la confusión del usuario. Si esta información no está disponible o no es clara, siempre podemos buscar el modelo de la placa base en la web del fabricante, ya que ahí encontraremos la información de manera muy detallada.
Refrigeración del procesador
El procesador genera bastante calor y debemos tenerlo perfectamente refrigerado. La selección del disipador se basa en dos pilares fundamentales, que son el socket y el TDP de la CPU. Dos aspectos que debes tener muy en cuenta.
Socket
Antes hemos hablado de la compatibilidad de socket entre el procesador y la placa base, que también afecta al disipador. Los anclajes para los procesadores de Intel son diferentes de los chips de AMD. No solo eso, existen variaciones entre los diferentes diseños de socket de cada uno de los dos fabricantes de CPU.
Debes saber que la mayoría de disipadores del mercado suelen ofrecer compatibilidad con gran variedad de zócalos de AMD e Intel. Esto no quita que debamos cerciorarnos de que el sistema de disipación elegido ofrece compatibilidad con el socket de nuestro procesador y placa base. Algo que podemos revisar en las especificaciones de la tienda o bien en la web del fabricante.
TDP
Muchos usuarios no tienen en consideración este aspecto y eligen el sistema de refrigeración del procesador según sus gustos o presupuesto. Esto es un error, ya que podemos quedarnos cortos o elegir un sistema de disipación del calor excesivo.
Que el disipador tenga un TDP muy superior al del procesador no es malo, al contrario, puede hacer que el procesador trabaje a una temperatura más baja y, por tanto, de manera más «cómoda».
El problema realmente es quedarnos corto, ya que supone que el procesador trabajará a mayores temperaturas. No solo vamos a reducir la durabilidad del procesador, podemos tener otros problemas como reinicios constantes. Debes saber que el procesador tiene mecanismos de protección que establecen una temperatura máxima de funcionamiento.
Verifica en las tiendas online el TDP del procesador y del disipador. Si no apareciera, podemos buscar el nombre del procesador en Google y acceder a las webs de Intel y AMD, donde se muestra este parámetro. Si tenemos dudas con el disipador, podemos ir a la web del fabricante para ver todas las especificaciones del mismo.
Formato de la memoria RAM
El siguiente componente del que debemos comprobar la compatibilidad es la memoria RAM. Principalmente, debemos ver el formato o estándar que soporta la placa base, así como la capacidad máxima por módulo, la capacidad total y el número de módulos disponibles.
Tipo de memoria
Antes de adquirir la memoria RAM debemos tener en cuenta qué tipo y estándar utiliza nuestro sistema. Actualmente, tenemos los formatos DIMM para los ordenadores de sobremesa y el SO-DIMM para Mini PC y portátiles. Siempre debemos revisar la hoja de especificaciones para evitar adquirir un formato equivocado.
Seguidamente, debemos verificar el tipo de estándar de esta memoria. Tenemos en el mercado el estándar DDR4, que empieza a estar en desuso, y el estándar DDR5, que es el más nuevo. La placa base será quien nos indique si necesitamos un tipo de memoria u otra.
Número de ranuras y capacidad máxima
Un aspecto que debemos conocer y verificar es el número de ranuras para instalar memoria RAM. El número de ranuras determina la capacidad máxima que podremos instalar en nuestro sistema. No es lo mismo tener dos ranuras que, en la mayoría de casos y para DDR4, limitan la capacidad a 64 GB que tener cuatro ranuras y poder instalar hasta 128 GB.
Debemos tener en cuenta también la frecuencia de las memorias. Normalmente, esto no es problema, ya que las placas base modernas soportan un amplio rango de frecuencias. Esto no quita que debamos verificar si las frecuencias de las memorias elegidas están dentro de las soportadas por la placa base.
Características de la tarjeta gráfica
Son varios los aspectos a tener en cuenta a la hora de adquirir una tarjeta gráfica para nuestro sistema. No vamos a entrar en aspectos como potencia, cantidad de memoria y similares, vamos a centrarnos en dos aspectos más generales. Veremos principalmente la versión de la interfaz PCIe y el tamaño de las mismas.
Versión de PCIe
La interfaz PCIe son unos «carriles» que comunican la tarjeta gráfica directamente con el procesador. Según la versión, estos permiten un mayor flujo de datos entre ambos componentes. Para obtener el mejor rendimiento posible, la versión de la interfaz PCIe de la placa base debe coincidir con la de la tarjeta gráfica. Si nuestra gráfica es PCIe 4.0, la placa base debe ser igual o superior.
Debes saber que todas las interfaces PCIe ofrecen retrocompatibilidad. Esto quiere decir que si la placa base es PCIe 5.0 y la tarjeta gráfica es PCIe 4.0, no tendremos problemas de funcionamiento. Sin embargo, si es al revés, placa base PCIe 4.0 y gráfica PCIe 5.0, obtendrás es menor rendimiento. La pérdida de rendimiento dependerá, en mayor medida, de la potencia de la potencia de la gráfica.
Tamaño de la gráfica
Las tarjetas gráficas cada vez son más grandes y esto es un problema considerable. Para empezar, la mayoría de tarjetas gráficas ya ocupan 3 ranuras PCI, impidiendo en muchos casos usar algunos conectores PCIe de la placa base.
El principal problema que se encuentran muchos usuarios es que la gráfica elegida no cabe en la caja. No solo el grosor de las gráficas aumenta, también su longitud. Esto genera esto que, en muchas cajas de ordenador, no entren y tengamos un grave problema.
Para evitar encontrarte en esta situación, debes revisar las dimensiones de la tarjeta gráfica y de la caja. Ambos parámetros suelen estar en la ficha de compra de los productos. Si no aparece, no nos quedará más remedio que buscar esta información en la web del fabricante, tanto de la gráfica como del chasis.
Unidad de almacenamiento
Si hablamos de unidades de almacenamiento, tenemos que hablar de tres tipos.
HDD
Las unidades de almacenamiento HDD, son las tradicionales de toda la vida, la que ocupan 3,5 pulgadas. Estas unidades funcionan a través de un disco físico que gira y donde se escribe y lee la información a través de un cabezal. Su velocidad de lectura y escritura es muy inferior a las de las unidades SSD, llegando, en el mejor de los casos a 150 MB/s.
La principal ventaja que ofrecen este tipo de unidades es que ofrecen un mayor espacio de almacenamiento a un mejor precio. En la actualidad, este tipo de unidades solo se utilizan en dispositivos NAS y como unidad secundaria en PCs para almacenar datos por su bajo coste.
SSD SATA III
Si hablamos de unidades SSD, hablamos de unidades de estado sólido. A diferencia de los HDD, este tipo de unidades almacena la información en formato digital. Ofrecen una mayor velocidad de lectura y escritura con un máximo de 500/600 MB/s de lectura y escritura.
Utilizan la interfaz SATA III, la misma que las unidades HDD, pero al almacenar la información en formato digital el acceso a los datos es mucho más rápido. En cuanto al tamaño, estas unidades son de 2,5 pulgadas.
SSD PCIe
Pero, si queremos disfrutar de la máxima velocidad de lectura y escritura, las unidades que debemos utilizar son SSD PCIe, de las que hablaremos a continuación y que ofrecen velocidades de lectura y escritura de hasta 12.000 MB/s.
Normalmente, los aficionados a los videojuegos optan por instalar una unidad SSD M.2 PCIe como solución de almacenamiento principal. El motivo es que estas unidades ofrecen elevadas velocidades de lectura y escritura, permitiendo que el sistema operativo y los juegos tarden menos en cargar.
Las unidades SSD M.2 se pueden basar en las interfaces PCIe 3.0, PCIe 4.0 y PCIe 5.0. Actualmente, las unidades PCIe 5.0 son bastante costosas y no es habitual que se utilicen. La mayoría de los usuarios optan por las unidades PCIe 4.0, que son las que mejor relación calidad/precio ofrecen.
Debes saber que puedes instalar cualquiera de estas versiones en cualquier placa base, pero con ciertos matices. Si la placa base ofrece un M.2 PCIe 5.0 y tu unidad es PCIe 4.0, la unidad no funcionará más rápido, trabajará a las velocidades máximas que puede ofrecer.
Pero, si instalas una unidad PCIe 4.0 en una placa base con socket M.2 PCIe 3.0, la unidad perderá rendimiento, ya que nunca podría ofrecer mayores velocidades de transferencia que las soportadas por la versión de la interfaz PCIe.
Así que, a la hora de elegir una unidad M.2, debes conocer qué versión de la interfaz PCIe ofrece la placa base. No te merece la pena pagar de más por un SSD M.2 si luego no puedes aprovechar todo su rendimiento potencial.
Las unidades SSD PCIe son las más caras de todas y su precio se baja, en gran medida, no solo en la versión PCIe con la que son compatibles, sino también con la velocidad máxima de lectura y escritura que ofrece.
Fuente de alimentación
Uno de los elementos clave en cualquier sistema es la fuente de alimentación, que debe cumplir ciertos aspectos. El primero, y más importante, es que la potencia suministrada sea suficiente para alimentar el sistema. Además, debemos verificar que soporte todos los conectores de alimentación necesarios para los componentes de nuestro sistema.
Potencia
Posiblemente, es la parte más complicada, saber cuánto va a consumir nuestro ordenador. Es una tarea complicada donde deberemos buscar información en la ficha del producto y, muy posiblemente, en internet. Sobre todo, debemos buscar el consumo del procesador y la tarjeta gráfica, que son los componentes de mayor consumo. Adicionalmente, la placa base, la unidad de almacenamiento y el resto de componentes se suelen estimar en un consumo de 50 vatios.
Lo mínimo recomendable es que la fuente de alimentación tenga una potencia de un 30% por encima del consumo del sistema. Aunque, lo preferible es que el consumo represente alrededor del 50% de la potencia de la fuente de alimentación. ¿Por qué? Porque es el punto, normalmente, de mayor eficiencia de una fuente de alimentación.
Como ejemplo, si nuestro sistema tendrá un consumo aproximado de 300 vatios, deberemos buscar una fuente de alimentación de unos 600 vatios, aproximadamente.

Conectores
Se está empezando a adoptar el nuevo conector de alimentación de tarjetas gráficas 12VHPWR (rebautizado como 12V-2×6). Este conector, de momento, se utiliza en tarjetas gráficas de gama alta de NVIDIA. Posiblemente, en el futuro, termine siendo un estándar en la industria.
Debemos asegurarnos del conector de alimentación que utiliza nuestra tarjeta gráfica. Si hace uso del conector 12VHPWR (12V-2×6), necesitaremos que la fuente de alimentación incluya este conector.
Adicionalmente, debemos asegurarnos de que la fuente de alimentación tiene suficientes conectores EPS para alimentar la placa base (algunas requieren hasta dos de estos conectores) y suficientes conectores de alimentación SATA para alimentar los componentes que podamos instalar y que utilicen este conector.
Dimensiones y características del chasis
Vamos ahora a enfocarnos en las características en las que debemos fijarnos a la hora de elegir un chasis para nuestro sistema. Lo primero, preferiblemente, que tenga el frontal de tipo rejilla para un buen flujo de aire. Además, debemos considerar el formato de la placa base elegido, las dimensiones de la tarjeta gráfica y si vamos a instalar una refrigeración líquida.
Formatos de placas base compatibles
Lo primero que debemos tener claro es el formato de placa base que hemos elegido. Actualmente, los tres formatos estandarizados que podemos encontrar en el mercado son:
- ATX que tiene unas dimensiones de 244 mm de ancho por 305 mm de largo.
- Micro ATX con unas dimensiones de 244 mm de ancho por 244 mm de largo.
- Mini ITX el cual tiene unas dimensiones de 170 de ancho por 170 mm de largo.
Debes elegir un chasis con compatibilidad igual o superior al de la placa base escogida. Las tiendas en línea siempre especifican el formato de placa base y los formatos de placa base soportados por el chasis. Verifica que existe coincidencia y así evitaras problemas.
Espacio para tarjetas gráficas
Pese a que hemos comentado el problema que podemos tener con la longitud de la tarjeta gráfica, consideramos importante recalcarlo. Debemos cerciorarnos de que la tarjeta gráfica efectivamente cabrá en el chasis de PC elegido.
Todos los fabricantes de cajas de PC especifican la longitud máxima de tarjetas gráficas que soportan. Es importante contrastar que la longitud de la tarjeta gráfica es inferior a la soportada por el chasis. Las dimensiones de la gráfica siempre se reflejan en la ficha del producto en la tienda en línea.
Si, por alguna razón, esta información no aparece, deberemos buscar el modelo en cuestión en la web del fabricante. Igualmente, si no aparece la longitud máxima de tarjeta gráfica soportada, deberemos ir a la web del fabricante de la caja elegida para nuestro PC.
Soporte para la refrigeración
No solo debemos verificar la compatibilidad de la refrigeración con el procesador, sino también con el chasis. Debemos asegurarnos de que la caja elegida es compatible con el disipador o la refrigeración líquida seleccionados.
Si hemos elegido un disipador por aire, debemos asegurarnos de que la altura del mismo no exceda la soportada por el chasis. Esto es bastante similar a lo que sucede con la longitud de la tarjeta gráfica. Si la altura es superior a la que indica el fabricante del chasis, no podremos volver a colocar el panel lateral.
También debemos verificar el soporte para refrigeraciones líquidas. Aunque la mayoría de chasis soportan este tipo de refrigeraciones, puede que no soporten la nuestra. Normalmente, las torres de PC actuales soportan radiadores de 240 mm y muchas también de 360 mm, pero no todas. El propio fabricante te indicará qué longitud de radiador soporta tanto en el frontal como en la parte superior.
En ambos casos, es importante revisar los datos en la ficha del producto de la tienda en línea. Si no aparece la información detallada (algo poco común), deberemos buscar la información en la web del fabricante.
Tarjetas de expansión adicionales
Es probable que haya un momento en el que queramos incorporar una tarjeta de expansión adicional en nuestro PC, no solo una tarjeta gráfica, sino otros tipos que nos permitan aumentar las funciones que ofrece nuestro ordenador, pero esto implica que necesitamos una placa base y una caja compatibles. Existen varias de estas formas de añadir componentes adicionales que no tienen demasiados problemas, principalmente por el hecho de que no necesitan nada más allá de las propias ranuras que incorpora la placa base para poder funcionar, pero también hay otras que necesitan un espacio adicional por ejemplo para las bahías.
Esto implica que, en el primer caso (si no se fija mediante las bahías), simplemente tendremos que comprobar si nuestra placa base admite un módulo adicional de este tipo que se conecta mediante PCI, ya que hay algunas que no tienen más de una ranura para ello. Obviamente si no hay ranura no se puede conectar, lo que implica que no tiene que ver únicamente con la caja, sino también con el tipo de placa base que tengamos, aunque esto realmente es algo que podemos pensar que resulta bastante obvio.
Por otra parte, tenemos las bahías, y es que las cajas que resultan más pequeñas es posible que no incorporen las suficientes para poder integrar una tarjeta de expansión adicional como puede ser por ejemplo una WiFi que permite añadir antenas para mejorar la conexión. Hay muchos otros modelos de este tipo, como las que están creadas para poder añadir unidades de almacenamiento M.2 adicionales a nuestro PC, que por lo general también suelen necesitar una o varias bahías para poder fijarlas, lo que obviamente implica que si tenemos una tarjeta gráfica que ocupa varias de ellas y la caja no tiene muchas más, no podremos incorporar la tarjeta adicional que queramos.