Cuando le pegamos un vistazo a las especificaciones de un procesador, uno de los datos que más debería importarnos es el consumo de energía que tiene, la cantidad de W que necesita el equipo para funcionar. Esta información permite saber cuál es la fuente de alimentación que necesitamos y siempre se muestra en el valor máximo, de tal modo que tenemos siempre que ver un extra por si al final la cosa se desmadra cuando pedimos al hardware que rinda de verdad.
En un portátil esto no es un problema ya que los fabricantes incluyen una fuente de alimentación capaz de ofrecer la energía que necesita en cada momento, en cantidades más que suficientes y sin opción a que de repente se produzca un pico de demanda que tire todo el sistema abajo. A no ser que siempre usemos el equipo, ya sea un portátil o un PC de sobremesa, para jugar o con aplicaciones muy exigentes, utilizar el máximo rendimiento del PC para lo único que sirve es para agotar más pronto la batería (si utilizamos un portátil con batería) o para pagar más en la factura de la luz.
Existen diferentes formas de reducir el consumo de energía en un PC. Si bien es cierto que en un portátil (debido a su naturaleza de que podemos llevarlo a todas partes y trabajar desconectados de un enchufe) en el número de opciones es más elevado que un PC, uno de los más efectivos de todos es reducir la velocidad a la que trabaja el procesador, algo que podemos hacer directamente desde Windows sin necesidad de utilizar aplicaciones de terceros. Pero eso sí, al hacer esto, ampliaremos los tiempos de carga y proceso.
Reducir el consumo de electricidad del PC
Windows incluye de forma predeterminada, tres planes de energía. Estos planes de energía, a diferencia de lo que muchos usuarios piensan, no están diseñados únicamente para ser utilizados en un portátil, sino también en equipos de escritorio. Los planes de energía que Windows nos ofrece son:
- Economizador. Este plan reduje la velocidad del reloj a la mitad y la mantiene fija.
- Equilibrado. El plan equilibrado funciona en base a las necesidades del equipo. Si realizamos una tarea sencilla como escribir un documento, baja la velocidad del reloj del procesador. Si ejecutamos un juego o una aplicación pesada, sube la velocidad del reloj sin que el usuario tenga que hacer nada.
- Alto rendimiento. Este modo hace que el procesador siempre está funcionando a pleno rendimiento, es decir, a su máxima velocidad.
Cuanta mayor sea la velocidad de reloj del procesador, mayor será el consumo de energía. Si, a eso, le sumamos el uso que podamos hacer de la tarjeta gráfica, el consumo puede ser todavía más elevado. Teniendo en cuenta esto, la mejor forma de reducir el consumo de energía sin preocuparnos del rendimiento pasa por utilizar el plan Equilibrado. Si queremos sacarle el máximo partido en todo momento a la capacidad de nuestro procesador para jugar o realizar tareas pesadas, el plan de energía a utilizar es Alto rendimiento.
En la siguiente imagen podéis ver el consumo de mi equipo cuando se está cargando un juego y cuando está buscando partida. Como podemos ver, el consumo se dispara hasta un máximo de 95W, lo que es una auténtica exageración que va a comenzar a consumir y generar un gasto en electricidad demasiado alto.
Si sabemos que no vamos a necesitar que el procesador nos ofrezca toda la potencia que es capaz de dar, el plan Economizador es perfecto. Durante el tiempo que paso al día como editor de HardZone, este es el plan de energía que utilizo porque me permite realizar de una manera eficiente las tareas de acceder a la web, edición ofimática de contenidos, etc. En la siguiente imagen podéis ver como el consumo se reduce a tan solo 15W.
Planes de energía de Windows
Para acceder a los planes de energía de Windows, el método más rápido y sencillo de todos es utilizar el cuadro de búsqueda de Windows con los términos «plan de energía» y pulsar en el primer resultado. En la venta que se muestra, tan solo debemos seleccionar cuál es el plan que queremos utilizar. El cambio se produce en tiempo real, por lo que no es necesario reiniciar el equipo.
Ni qué decir tiene que en caso de que la tarea que vayamos a realizar consideremos que necesita un plus de potencia, lo normal es dejarla o bien en equilibrada o bien en economizador, poniendo la de alto rendimiento solo en caso de que vayamos a necesitar una potencia de proceso extra para juegos e, incluso, edición de imagénes (grandes) o vídeos. Si no es vuestro caso, con un uso normal dentro de los rangos más bajos, os funcionará sin problemas el ordenador y no echaréis de menos todo ese caudal de potencia.
Es más, reduciendo ese régimen de ctrabajo, también reducís la temperatura de los componentes, evitáis un calor extremo y de paso mejoráis la calidad de vida del PC ya que sus componentes no se degradarán y os van a durar mucho más tiempos.