El uso que tienen algunas tecnologías desarrolladas en los últimos años va mucho más allá de lo que muchas personas pueden pensar, en el caso de la impresión 3D por ejemplo existen técnicas que no se limitan únicamente a crear objetos decorativos de plástico, existen otras que permiten fabricar (o como en este caso reparar) grandes estructuras con materiales como el acero.
Los objetivos que debe tener una tecnología para que resulte extremadamente útil implica que pueda aplicarse a varios campos, los sistemas informáticos por ejemplo pueden utilizarse en prácticamente cualquier sector, algo que les ha llevado a convertirse en la norma general cuando hablamos de nuevas tecnologías, pero hay otras como la impresión 3D que tampoco se quedan atrás. Y es que existen técnicas como la denominada «Cold Spray» que logra aplicar los principios que tiene una impresora 3D para conseguir reparar la estructura, por ejemplo, de un avión, aunque este puede llevarse a un hangar en el que resulte más sencillo modificarlo, por lo que para poder aplicarlo a un puente los investigadores del MIT han tenido que optar por una solución mucho más portable.

Una forma de reparar puentes gracias a la impresión 3D ¿cómo funciona?
Cuando hablamos de cómo funciona la impresión 3D muchas personas no conocen realmente lo que hay detrás, pero no podría ser más simple ya que el objetivo de un dispositivo capaz de hacer esto está en ir creando una serie de capas de cierto material como es el plástico para dar forma a un objeto. Las impresoras 3D que pueden comprarse actualmente pueden utilizar filamento o resina, pero la práctica es la misma ya que consiste ir dándole forma al objeto según se va secando el material capa tras capa. Pero la técnica «Cold Spray» permite hacerlo con otros materiales como el acero.
Un equipo de investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) ha logrado grandes avances en la técnica de impresión 3D ‘Cold Spray’ para la reparación de estructuras de acero, según una publicación en MIT News del 20 de junio de 2025, han explicado cómo funciona el proceso en el que se utiliza gas comprimido para calentar y acelerar las partículas de acero en polvo, esto permite al técnico aplicarlo manualmente formando capas de acero sobre una estructura hasta que alcanza el tamaño deseado. Para comprobar si es algo viable que permita frenar el proceso de corrosión del acero los investigadores han utilizado un puente en Massachusetts que será demolido en unos años, esto les permite tener la oportunidad de comprobar si aumenta la durabilidad del acero una vez se haya derribado el puente.

La forma de aplicarlo realmente resulta bastante peculiar, al final el equipo ha creado un sistema de pulverización portable para poder transportarlo hasta un puente, aunque está claro que es una tecnología a la que todavía le quedan unos cuantos años de desarrollo para comprobar si resulta eficaz o no. Cuando el proceso de demolición de este puente ubicado en Estados Unidos finalice, podremos comprobar de una vez por todas si es cierto que la impresión 3D puede llegar a utilizarse para reparar este tipo de estructuras inamovibles así que de momento, solo queda esperar.