La verdad es que llevamos un año muy extraño con la nueva Nintendo Switch porque a diferencia de lo ocurrido en 2023, la cantidad de rumores por día ha descendido drásticamente. Así que cuando teníamos más o menos claro cómo sería la next-gen de los japoneses, comienzan a llegar datos que apuntan en una dirección, ¿inesperada?
El año pasado, momento en el que los rumores sobre la nueva máquina se desataron a lo bestia, todos teníamos claro que la Switch 2 o como quieran llamarla, sería continuista, que Nintendo no se iba a complicar demasiado las cosas y tiraría por replicar la fórmula que tan buenos resultados le ha venido dando desde 2017.
¿Nueva Switch y Nintendo se complica la vida?
Pero en las últimas horas se ha conocido una información que como todas hay que cogerla con pinzas, y que apunta a que la nueva Switch podría equipar dos pantallas, al estilo de lo que ya vimos hace casi 20 años con Nintendo DS. Es decir, recuperar ese viejo diseño, copiado a su vez de las Game & Watch de los 80, para crear una experiencia de juego todavía mejor.
Todo nace de una patente realizada por Nintendo y que fue descubierta el pasado mes de julio, que hablaba precisamente de disponer de dos pantallas cuando usamos la máquina en modo portátil y que, supuestamente, cuando la conectamos en el dock, es posible seguir jugando con esa fórmula de doble monitor: uno en la tele y otro en la consola pero… ¿cómo? ¿Desenganchándose?
Obviamente no es algo extraño para Nintendo lanzar una consola con dos pantallas. Es más, Nintendo DS ha sido de las portátiles más exitosas de la historia y fue capaz de hacer jugar a niños, adultos y mayores indistintamente, lo que provocó una fiebre del oro que llevó a prácticamente todos los estudios del mundo a desarrollar para aquella gallina de los huevos de oro.
¿Es una buena o mala idea?
No podemos decir que Nintendo no haya arriesgado siempre porque ha tenido el valor de ir cambiando cada generación de consolas con elementos propios. El problema de una estrategia así es que unas veces puede salirte muy, muy bien, como en el caso de Nintendo DS o Wii, y otras ser un desastre o casi, como Wii U y Nintendo 3DS. También tenemos el ejemplo de la Switch, una consola portátil que salió en la generación de las PlayStation y Xbox y que, al final, no competía directamente con ellas por tener otro formato pero sí que terminó llevándose el gato al agua, al menos en términos de ventas.
Así que si nos escucharan desde la sede de Nintendo, les diríamos que con la nueva Switch no experimenten. Vayan a lo seguro, repliquen la fórmula del modelo que tenemos ahora en las tiendas, métanle más potencia, retrocompatibilidad y ya está, olvídense de dos pantallas y de experimentar con una fórmula que lo mismo no conecta con el público, que prefiere el concepto actual que, por cierto, no le está dando malos resultados a los japoneses.
Pero obviamente Nintendo es soberana, hará lo que le plazca e incluso puede que tenga razones para pensar que un cambio así tiene sentido. Si no le sale el negocio, al menos sabemos que reaccionarán, volverán a intentarlo y siempre con Mario, Pokémon y compañía de la mano.