El cambio climático está afectando al planeta a cada día que pasa y como estamos viendo el dicho de «el tiempo está loco» se cumple. El problema es que cuando llega el verano en ciertos puntos del país vemos el termómetro marcar 50º C al sol y casi 45º C a la sombra, por lo tanto, esto no solo nos afecta a nosotros, sino también a nuestros PC, pero ¿cómo les afecta las altas temperaturas del verano?
Cuando tenemos un PC queremos varias cosas: buen rendimiento, bajo precio, baja sonoridad y baja temperatura. Algunos de estos puntos son excluyentes por el mercado y otros por la termodinámica, sobre todo como decimos en el verano. ¿Hay cambios importantes en tu PC entre la fase de frío invernal y el calor extremo de la época que vamos a enfrentar? Pues sí, y muchos.
Las altas temperaturas del verano merman la salud de tu PC
En esta ocasión la respuesta sí que es obvia, pero vamos a indagar mucho más en ella. Un PC va ligado a la temperatura como los transistores van ligados en gran medida al rendimiento, de hecho, el segundo factor más limitante en el rendimiento de cualquier PC es la temperatura de los componentes clave.
Con temperaturas altas nuestro PC comienza a degradar más rápido sus transistores, no es algo de lo que preocuparse ya que hablamos de nivel atómico, de átomos que se desplazan de los puentes y gates de cada transistor a zonas donde se oxidan u obstruyen el paso de corriente, normalmente en la unión entre máscaras dentro del die.
La temperatura tiene un factor desencadenante en el voltaje, no es físicamente un problema por sí sola, sino que los milivoltios de más que necesita cualquier componente electrónico a mayor temperatura producen lo descrito y por lo tanto acortan su vida útil.
Esta depende de la frecuencia y el voltaje y mucho menos de lo que pensamos en el nodo al que esté fabricado el chip de silicio, pero sí que influye salvo que nosotros como usuarios no lo veremos como un problema a no ser que nos salgamos de las temperaturas Tjmax del procesador, donde todo se acelerará mucho más rápido.
La falta de humedad ambiental y la densidad del aire
Mayor calor en el ambiente implica de forma inequívoca una densidad de aire menor, lo cual es bueno para nuestro PC, pero también una falta de humedad ambiental que no ayuda a ciertas partes.
Un aire menos denso implica que los ventiladores lo moverán con mayor facilidad y menor sonoridad al no contener tantas partículas de agua el gas del que dependemos, ergo el choque de las aspas, los bordes y los vórtices de aire que se crean serán más silenciosos acústicamente hablando.
La contrapartida viene de la humedad relativa, ya que no solamente implica que la temperatura sea mayor y la sensación sea más seca al bajar esta, sino que reseca cualquier material térmico que tenga nuestro PC. Desde pastas térmicas, TIM, thermal pads, hasta soluciones de protección eléctrica como determinados flux o sellantes en bobinas para evitar el Coil Whine.
La alta temperatura y baja humedad resecan los materiales permitiendo un peor traspaso térmico o impidiendo su correcto funcionamiento, así que es conveniente revisarlos y ver si están realmente lubricados o resecos y si fuese preciso cambiarlos.
Todo lo dicho hasta ahora se magnifica en un portátil, por muy bueno y optimizado que esté su sistema de refrigeración por simple ventilación y espacio interior de disipación térmica. Aquí convendría plantearse una rutina de limpieza y lubricación de las partes clave cada 6 meses, por ejemplo, siempre y cuando no perdamos con ello la garantía al abrirlo claro.