La retroiluminación de nuestras pantallas es fundamental para poder utilizar nuestros monitores y smartphones en cualquier circunstancia. Antes las pantallas LCD no contaban con retroiluminación y era imposible usarlas si no teníamos una fuente de luz. Hoy día esto ya no es necesario gracias a los diferentes tipos de retroiluminación.
La idea de la retroiluminación es muy sencilla: se coloca una fuente de luz tras el panel LCD que ilumina la imagen que se produce en el panel. Los antiguos monitores CRT no tenían este problema ya que su tubo de rayos catódico emitía luz.
La retroiluminación CCFL en nuestros monitores
En el momento de la aparición de los monitores LCD estos se convirtieron en los dispositivos más famosos, debido a su menor tamaño, peso o consumo de energía. Al principio, los monitores utilizaban una retroiluminación denominada CCFL (Cold Cathode Fluorescent Lamps, Lámparas fluorescentes de cátodo frío) que se basaba en bombillas tubulares muy parecidas a las de las lámparas de las oficinas, estas se instalaban detrás del panel LCD de nuestros monitores.
El generalizado uso de este tipo de retroiluminación se producía gracias a su bajo coste y fácil instalación en los monitores. Sin embargo, presentaban una serie de limitaciones: aumentaban bastante el peso del equipo, tenían un consumo elevado de energía y el brillo no podía regularse según la imagen que se emitía. Por culpa de este tipo de retroiluminación al ver escenas oscuras nos encontrábamos con negros muy brillantes y poco reales. Este tipo de retroiluminación no adquiría su máximo nivel de iluminación nada más encenderse, debían pasar unos segundos.
Una evolución de esta iluminación de nuestros monitores fueron los Wide Gamuts que permitían llegar a obtener un mayor rango de colores en nuestros monitores LCD con unas bombillas mejoradas.
Retroiluminación LED, el cambio más radical
Nada más salieron al mercado los monitores LCD LED estos desplazaron a los CCFL a un lado y se adueñaron de nuestros escritorios. Esto se debe a todas las ventajas que traían a nuestros monitores: menor peso, menos consumo y mejores negros. Como siempre, a pesar de todas las mejoras de esta nueva retroiluminación, hay mejoras por hacer. Los monitores LED reemplazan las lámparas fluorescentes por LED, aunque al principio estos monitores utilizaban LED azules y lámparas amarillas para crear luz blanca, consiguiendo una imagen bastante buena pero que quedaba detrás de los monitores CCFL Wide Gamut, ya que su rango de colores azul era muy superior al resto y el de las Wide Gamut era mucho más equilibrado.
Para solucionar esto se crearon los sistemas de retroiluminación con lámparas de fósforo roja y verde unidas a LED azules; así como retroiluminación de mayor calidad compuesta sólo por LED RGB. Estas tecnologías permitían a los monitores adquirir una mayor calidad de imagen y la emisión de colores más puros.
Tipos de retroiluminación LED
Hay diferentes tipos de retroiluminaciones LED más allá de la forma de adquirir los colores, nos encontramos con los monitores compuestos por un conjunto de LED dispuestos por toda la pantalla y otros en los que los LED solo se encuentran en el borde de la pantalla, conocido como retroiluminación edge.
Estos últimos se valen de un difusor para emitir la luz del LED por toda la pantalla, con este método se consigue una pantalla muy eficiente con un menor coste. Es en estos monitores en el que, a veces, podemos apreciar la iluminación desde las esquinas. Las pantallas con el conjunto de LED respartidos en ella consiguen proporcionar una mayor calidad de imagen e, incluso, son capaces de modificar su brillo de forma dinámica: variando por zonas la iluminación de la pantalla.
Los monitores pueden utilizar dos métodos para ajustar el brillo de su pantalla: el PWM, hace que los LED parpadeen para ajustar su brillo, o los monitores con control de voltaje, que evitan este parpadeo y se venden como Flicker Free.