Si estás teniendo problemas con el monitor de tu PC es posible que pienses que ha pasado a mejor vida y que ha llegado la hora de cambiarlo. No obstante, si tu problema es que el monitor parpadea o se apaga y enciende solo con frecuencia, es probable que el monitor esté bien y que el problema venga por otro lado. En este tutorial vamos a enseñarte a descubrir la raíz del problema y, por supuesto, qué puedes hacer para solucionarlo.
Por supuesto, si tu monitor está teniendo alguno de estos síntomas es posible que esté estropeado y puede que tengas que cambiarlo, ya sea aprovechando la garantía vigente o por casi descartarlo por anticuado. No obstante, y sobre todo debido al precio que tiene este componente, merece la pena echar un vistazo y tratar de buscar una solución antes de ponernos a la búsqueda de un monitor de reemplazo, porque quizá el problema venga, por otro lado, y puedas arreglarlo fácilmente.
En este tutorial lo que vamos a indicarte, sobre todo, es cuáles pueden ser las causas que provoquen estos fallos y la manera habitual de resolverlos. Ni qué decir tiene que cada incidencia suele tener características propias que pueden hacer inservible cualquier solución que os proponemos, en esos casos, leves variaciones en el método pueden estar en la base de una solución satisfactoria. Por lo que si te ocurre alguno de estos escenarios, no dudes en dejarlo en comentarios por si podemos echarte una mano.
Qué hacer si el monitor parpadea
A continuación, os dejamos una serie de comprobaciones que deberás hacer para comprobar la causa por la cual el monitor parpadea. Las cuales deberás descartar una por una para saber cuál es el estado de salud de la pantalla y descartar de que no se trate de algún problema externo. Si no o haces de esta manera, será difícil que puedas dar con el causante de todo el problema. Así que paciencia y ve, uno a uno, viendo qué puede andar ocurriendo.
Opciones de energía de Windows
Si tu problema es que el monitor se apaga y enciende él solo sin que toques nada, incluso mientras lo estás utilizando, podría ser un problema de configuración. Para comprobarlo y confirmar que todo es una cuestión de cómo tenemos instalado el dispositivo dentro del sistema, debes seguir los siguientes pasos que te marcamos a continuación. Ten en cuenta que al ser un menú de Windows no debería cambiar de lo que te mostramos en la pantalla, aunque luego el gestor de cada modelo de pantalla puede variar si accedemos al software propio del fabricante.
- Abre el Panel de Control y ve a Opciones de energía.
- Una vez ahí, accede a Cambiar la configuración del plan que tengas seleccionado.
- En el apartado Apagar la pantalla, selecciona Nunca y pulsa sobre Guardar cambios.
Cambiar esta simple configuración puede parecer una tontería, pero con esto le estaremos diciendo al sistema operativo que no debe apagar el monitor bajo ningún concepto, y si el problema era de software ya lo tendremos solucionado. Aunque hay veces en las que es la inactividad lo que marca este tiempo que toma en cuenta el ordenador, por lo que lo mismo el problema reincide y debemos ir a buscar las causas a otro sitio. Como por ejemplo a los cables.
Mira el cable de alimentación
Si tras hacer este cambio el monitor sigue apagándose solo, lo primero que deberías revisar es el cable de alimentación y comprobar que está bien conectado y de manera firme. Si es posible, de hecho, utiliza otro cable de alimentación si tu monitor utiliza un cable universal. Si, en cambio, hace uso de un conector de corriente propietario entonces no podrás hacerlo y deberás pedir uno extra al fabricante.
En el caso de que tras estas dos comprobaciones el monitor continúe haciendo lo mismo es posible que realmente esté estropeado y que debas gestionar la garantía si todavía la tiene, o plantearte la compra de uno nuevo al fabricante… y reza si este no está descatalogado ya, por lo que tendrías que ir a buscar una alternativa parecida. Si es que existe. Aun así, no está de más cambiar de monitor si lo que te está produciendo el viejo son solo quebraderos de cabeza.
Probar con otro cable HDMI o DisplayPort
No todos los cables HDMI y DisplayPort son iguales, aunque por fuera si de esa sensación. Si hemos realizado una inversión importante en un PC y un monitor gaming para disfrutar de la mejor calidad, racanear unos pocos euros en un cable de los chinos para lo único que sirve es para tener problemas como este, en el que el monitor parpadea sin sentido cada vez que cambia su aspecto.
Los cables HDMI y DisplayPort, en base a la certificación que tienen, ofrecen unas prestaciones de calidad de señal u otras, una certificación que generalmente nunca vamos a encontrar en cables económicos que podemos encontrar en la tienda de la esquina.
Si queremos disfrutar de la mejor calidad, debemos asegurarnos de cuál es la certificación del cable acorde las prestaciones que nos ofrece tanto la gráfica como el equipo. La diferencia de precio entre un cable normal y uno certificado es de unos pocos euros, por lo que realmente no merece ahorrar en este sentido si no queremos tener problemas. Así que este componente no es uno de los que tenemos que recortar gasto ya que las diferencias entre utilizar uno y otro serán más que evidentes desde el primer instante.
Comprueba las entradas y salidas de vídeo
Si tu problema es que el monitor parpadea de vez en cuando lo primero que debes revisar es el cable de vídeo que estés utilizando, ya sea este DisplayPort, HDMI, DVI o VGA. Comprueba que esté firmemente conectado tanto al monitor como a la tarjeta gráfica, y si es posible, cámbialo de puerto o utiliza otro cable.
Por ejemplo, si tu monitor y tu gráfica tienen ambos conector HDMI, pero también DisplayPort y normalmente usas HDMI, prueba a usar DisplayPort solamente, dejando de lado la otra posibilidad. Eso te obligará a tener en casa un cable compatible o un adaptador del conector de HDMI a DisplayPort. Si ves que a partir de ese momento se solucionan los problemas que venías padeciando, deja la actual configuración y no la toques. Es obvio que tenías un problema o en el conector, o en el cable.
¿Una mala configuración en el panel de control?
Otra comprobación que deberías hacer si el monitor parpadea es relativa a su frecuencia de refresco. Cuando tu monitor trabaja, por ejemplo, a 60 Hz pero lo tienes configurado a 50 Hz, es bastante probable que sufras este fenómeno así que lo correcto es intentar que ambos números sean el mismo para que no haya ninguna disonancia entre lo que la pantalla intenta hacer y el tipo de señal que recibe. Para corregir esto, debes seguir los siguientes pasos:
- Para comprobarlo, haz clic con el botón derecho en cualquier espacio libre del escritorio y selecciona Configuración de pantalla.
- Una vez ahí, ve abajo del todo y pulsa sobre Configuración de pantalla avanzada.
- En la pantalla que aparece podrás comprobar si está funcionando a la frecuencia de refresco que debe. Esto es importante porque una descoordinación entre la tasa de refresco de la pantalla y la salida de vídeo puede dar a problemas como el parpadeo incesante.
- Si no es correcta, o crees que no lo es, entonces tienes que seguir los siguientes pasos:
- Pulsa sobre Mostrar las propiedades de adaptador de pantalla y, en la ventana que se abre, ve a la pestaña Monitor.
- Ahí podrás seleccionar la frecuencia de actualización correcta para tu monitor.
- Como es lógico, previamente debes conocer este valor y, si no lo sabes, bastará con buscar el modelo de tu monitor en Internet para comprobar cuáles son sus especificaciones. 
Si el número de Hz más bajo de cómo está configurado el monitor, lo más normal será que este experimente todo tipo de parpadeos y pensar que el problema se encuentra en el monitor y no en la configuración que es donde realmente está.
Este problema suele ser habitual especialmente en monitor gaming cuya tasa de refresco supera los 100 Hz y el equipo está configurado en un mínimo de entre 50 y 60 Hz.
Si la gráfica de es de NVIDIA
Si aparentemente todo esto está correcto quedan dos cosas más que puedes comprobar. La primera de ellas es dentro del software de NVIDIA (lamentablemente las gráficas de AMD no dan esta opción) o de Intel, comprobar que no tienes la opción overscan habilitada. Tenemos un completo tutorial para evitar el overscan, así que no vamos a entrar en detalles porque lo tienes todo ahí perfectamente explicado.
Finalmente, el último recurso es comprobar en el OSD del propio monitor que no tengas activadas opciones que no debes, como overscan, ajuste de pantalla o que esté configurado en modo Overdrive. Puedes ir comprobando todos los ajustes uno a uno, lo que te llevará un rato aunque ya os avanzamos que merece la pena intentarlo. O también podrías restaurar los valores de fábrica (reset to factory defaults) para asegurarte de que todos los parámetros están configurados como si acabaras de comprar en la tienda.
Instala los drivers del monitor manualmente
Puede que vuestro monitor requiera un driver exclusivo y no funciona bien con el ídem genérico para monitores que trae Windows. Por lo que quizá haya de forzar una instalación manual mediante el administrador de dispositivos, puesto que algunos solo integran el archivo .inf e .icm, por lo cual no hay instalador como tal y debe de hacerse así.
- Descomprimimos los archivos en cualquier carpeta, en el escritorio, por ejemplo. Tras ello nos vamos al citado administrador de dispositivos y nos dirigimos al apartado monitor, haremos clic derecho sobre él y después actualizar controlador.
- Tras esto tendremos una nueva ventana donde debemos seleccionar la opción Elegir en una lista de controladores disponibles en el equipo.
- Al hacer esto tendremos una nueva ventana donde seleccionaremos Usar disco.
- Ahora lo que tenemos que realizar es dirigirnos a la carpeta donde hemos descomprimido el driver, tras lo cual seleccionaremos el archivo .inf y, si hubiese dos, el que sea correcto para un uso con los conectores HDMI y DisplayPort.
Una vez realizados estos pasos solo tendremos que darle a Siguiente y Windows reconocerá el driver. En el caso de que no fuese así, entonces es posible que el driver genérico sea mejor que el que pretendemos instalar, ya sea por versión o compatibilidad, algo que es extremadamente raro.
Es más, cuando los drivers ya tienen muchos años a sus espaldas y la última revisión fue pensada para un sistema operativo que ya está en desuso o, directamente, ha perdido el soporte de la propia Microsoft, se producen casos en los que es imposible instalarlos y que reconozca el hardware como debe. En esas circunstancias vas a tener que buscar si algún usuario o comunidad ha desarrollado alguna alternativa de forma artesanal y probar hasta que te vayan. Es un poco rollo, pero no os quedará otra si queréis exprimir al máximo sus características.
Si todavía parpadea, quizás sea la gráfica
Si nada de esto ha servido y el monitor todavía parpadea, antes de tirarlo te recomendamos probar el monitor en otro PC por si acaso (o si tienes la oportunidad, probar con otra tarjeta gráfica diferente), ya que el problema también podría estar en la tarjeta gráfica del PC y, más concretamente, en la salida de vídeo de la misma, que pudiera tener una avería que impide que la señal llegue como debería a la pantalla. No es común, porque esas salidas no sufren demasiados daños con el paso del tiempo, pero es una posibilidad que deberías contemplar.
Por lo que de igual manera no pierdes nada por intentar probar con otros cables de vídeo diferentes (HDMI, DVI, DisplayPort, etc.) y en otras salidas de vídeo de la tarjeta gráfica y entradas de vídeo en el propio monitor. Es posible que un puerto HDMI o DisplayPort esté en malas condiciones y que el resto de los que tiene la gráfica funcionen a la perfección y sin problemas.
Comprueba los drivers de la gráfica
Otro problema puede venir a raíz de los problemas relacionados con los drivers. Continuamente los fabricantes de GPU lanzan nuevas actualizaciones de sus controladores gráficos en los que la letra pequeña habla que han solucionado problemas de pantallas en negro, parpadeos y demás problemas comunes con ciertos monitores. Es por ello que es importante llevar al día todos los controladores de nuestra tarjeta gráfica.
Por último, hay otra opción referente a los drivers y en este caso no es a la tarjeta gráfica como tal, sino el monitor. Aunque no lo parezca, los monitores necesitan de un driver al igual que necesita de una configuración ICM y no en pocas ocasiones dan fallos. Aunque Windows asigna un driver común para gran parte de los modelos en ciertos monitores, este no va nada bien, sobre todo si hablamos del sector profesional donde entonces todo puede complicarse.
Para corregir el problema solo tendremos que ir a la web oficial de nuestro modelo y en la parte de soporte o apoyo descargar el driver del mismo (si lo tuviese). Es posible que este driver no tenga soporte para Windows 10 y 11, pero los mismos de Windows 7 u 8.1 nos servirán.
Si todo lo anterior falla, obviamente no descartéis comprar un nuevo modelo aprovechando los buenos precios que se pueden conseguir en modelos panorámicos y ultrapanorámicos, incluso curvos que van a expandir vuestro escritorio y mejorar todavía más vuestra productividad. A veces, es mejor tomar una decisión drástica y dejar adiós el suplicio que mantenerse erre que erre con un periférico que ya no da más de sí.