Noctua, la marca austriaca más famosa del mercado en cuanto a refrigeración por aire se refiere, acaba de cumplir diez años de existencia. En esos diez años se han dedicado a llevar a sus clientes siempre una inmejorable combinación de excelente calidad de construcción, diseños muy bien pensados y su compromiso de llevar la mejor refrigeración al menor nivel sonoro posible. Desde HardZone queremos hacerle con este pequeño artículo nuestro particular homenaje.
El tiempo pasa para todos y para las marcas, especialmente. Hace diez años nació Noctua, una compañía de Austria que pretendía aunar una excelente refrigeración con un mínimo nivel sonoro, en un tiempo en el que, el que más y el que menos estábamos todos a refrigerar nuestros procesadores con ventiladores de 80 mm que te dejaban sordo por el ruido que metían en funcionamiento. Sí, había marcas que comenzaban a innovar en ciertos aspectos de la refrigeración (eran los inicios de la generalización del empleo de las heatpipes en los disipadores) pero por el momento nadie había conseguido aunar buenas temperaturas con bajo ruido.
Y de repente aparece Noctua en el mercado con sus modelos NH-U12 y NH-U9 (cuyos análisis podéis leer aquí), cogiendo a todo el mundo por sorpresa. De hecho, esos dos disipadores fueron unos de los primeros análisis que publiqué a nivel profesional en Internet y una de las impresiones que siguen indeleblemente grabadas en mi mente de aquellos días es la excepcional calidad de construcción de los disipadores y el increíble rendimiento que daban a un nivel sonoro considerablemente más bajo de lo que venía siendo lo habitual en aquél entonces.
Desde entonces hasta ahora, Noctua no ha parado de investigar y de sacar productos mejores y, muchas veces, revolucionarios. Ellos fueron los primeros que sacaron ventiladores orientados específicamente a conseguir un gran caudal de aire con mínima sonoridad gracias a tener una muy buena presión de salida y distinguiendo entre ventiladores de caja y ventiladores para disipadores. Suyo también fue el ya clásico Noctua NH-D14 que se convirtió durante bastante tiempo en el estándar de disipador con excelente rendimiento tanto en configuraciones poco sonoras como en configuraciones para overclock altos. De hecho, yo sigo empleando el mío que conseguí para análisis hace ya algún tiempo y con el que llevaba a mi antiguo Core i7 920 hasta los 4 Ghz (desde los 2.93 Ghz que tenía ese procesador de frecuencia de stock). Y también recuerdo los Noctua NH-C12 y C14 pensados para cajas con poca anchura y con prestaciones parejas con las de muchos disipadores de torre. Y la lista sigue y sigue.
Sí, el tiempo sigue pasando para todos pero Noctua es una marca que siempre tendrá un lugar muy especial en el corazón de este analista de hardware, así que ojalá sean diez años más y: