Probamos el Samsung T7 Shield, un SSD portátil rápido y robusto

Como suele suceder cuando tratamos con SSD externos, no tenemos un factor de forma estandarizado, sino que es propio del fabricante; con todo, se trata de un dispositivo ligero (98 gramos si no tenemos en cuenta el cable) y bastante pequeño (con 88 mm de largo) que cabe en el bolsillo perfectamente y que, gracias a su armadura exterior, es de hecho ideal para llevarlo con nosotros de un lado a otro sin miedo a que se pueda estropear. Vamjos a verlo.

Samsung T7 Shield, características técnicas

Como podemos apreciar viendo sus especificaciones técnicas, a pesar de que este SSD incorpora una interfaz USB 3.2 Gen.2 Type-C de última generación, con su lectura y escritura teóricas no parece llegar a copar lo que esta interfaz puede ofrecernos. Con todo, esos más de 1.000 MB/s tanto de lectura como de escritura significan que tendremos un SSD muy rápido que nos ayudará a ahorrar tiempo a la hora de transferir archivos, o a mejorar el rendimiento si lo utilizamos para otros menesteres, como por ejemplo para conectarlo a una consola de juegos para ampliar su capacidad.

Realmente, Samsung no da demasiados datos técnicos sobre este SSD, y no sabemos ni siquiera qué controladora lleva más allá de que está firmada por la propia marca coreana. Tampoco indican su durabilidad, pero sí que nos dicen que cuenta con cifrado AES de 256 bit por hardware y que, gracias a su software, podremos incluso proteger el contenido con contraseña para mayor seguridad, por lo que resulta evidente que está pensado más para llevar nuestros datos seguros y protegidos de viaje que para dejarlo conectado a una consola (aunque sirva para ello en última instancia).

Por lo demás, cabe mencionar que podremos conectar este T7 Shield a casi cualquier dispositivo, puesto que además del cable USB-C también incluye un Type-A que nos permitirá utilizarlo en cualquier parte con conexión USB estándar.

Unboxing y análisis externo

El Samsung T7 Shield viene embalado en una caja que parece bastante grande para el tamaño que tiene el dispositivo, y que además está hecha de cartón semi rígido. En la cara frontal tan solo vemos una imagen del dispositivo con su nombre y capacidad (1 TB en este caso), indicando en la zona inferior sus hasta 1.050 MB/s de lectura y la certificación IP65 que porta.

En la parte posterior, el fabricante ha colocado una breve descripción del dispositivo en varios idiomas, así como todos los logotipos de cumplimiento de normativas. No da información técnica alguna.

Dentro de esta cubierta exterior encontramos una caja, de nuevo de cartón blando, pero ahora de color blanco y solo con el logo de la marca. Esta caja se abre en forma de cofre y ya nos da acceso al SSD.

Bajo la estructura de cartón en la que va colocado el SSD tenemos otra cajita más (desde luego, Samsung no ha ahorrado en el embalaje de este dispositivo) que contiene el manual de instrucciones y los dos cables.

Aquí los tenéis. Como podéis apreciar, tenemos un cable USB-C a USB-C y otro USB-C a USB-A, ambos de una longitud bastante corta.

Aquí tenemos por fin el dispositivo ya fuera de la caja. De color negro, por una parte solo tenemos el logo de la marca mientras que por el otro solo está el nombre del modelo, ni siquiera se indica aquí su capacidad. Por cierto, que aunque su diseño de la impresión de que tiene una carcasa metálica, en realidad está engomada, es decir, sí que tiene una carcasa metálica pero por fuera cuenta con una cobertura completa de goma para amortiguar el impacto en las caídas.

En la parte inferior es donde sí que encontramos un pequeño código y se indica tanto el modelo como el número de serie, así como su capacidad.

Y en la parte superior tenemos simplemente el conector USB-C hembra para conectar el cable, y un pequeño LED indicador de estado.

El SSD es bastante delgado, y podéis ver que tanto en la parte superior como en la inferior la cobertura de goma sobresale para cubrir esta zona de posibles impactos. Por cierto, recordemos que tiene certificación IP65 contra la entrada de polvo y agua, motivo por el que nos extraña bastante que el conector USB no tenga la habitual tapa de goma para evitar que el agua pueda entrar por ahí.

Visto el dispositivo en sí, vamos a conectarlo al PC para comprobar qué tal funciona.

El Samsung T7 Shield en funcionamiento

Para probar el rendimiento de este dispositivo de estado sólido externo de Samsung, utilizamos nuestro habitual banco de pruebas consistente en el siguiente hardware:

• Intel Core i9-12900K.
• be quiet! Pure Rock 2 FX.
• ASUS ROG Maximus Z690 HERO.
• 2×16 GB CORSAIR Vengeance RGB DDR5 6.000 MHz.
• TeamGroup CARDEA A440 2 TB (SSD de sistema).
• CORSAIR RM1000i.
• NVIDIA GeForce RTX 3070 Ti.

El sistema operativo utilizado ha sido Windows 11 de 64 bits con todas las actualizaciones instaladas, y hemos conectado el SSD a un puerto USB-C 3.2 Gen 2×2 de la parte trasera de la placa base, para poder tener el máximo rendimiento posible.

Esta es la información que nos arroja CrystalDisk Info, donde vamos a poder ver todas las características del SSD.

Nos resulta bastante raro ver que este software nos indica que el SSD solo ha sido encendido una única vez, que es justo la que hemos realizado nosotros al conectarlo. Esto significa que Samsung ha embalado el dispositivo y lo ha enviado para vender sin ni tan siquiera probarlo.

Vamos a ver qué rendimiento tiene, y para ello como siempre utilizamos CrystalDisk Mark.

Podemos ver que los datos que arroja este benchmark son bastante exactos en relación a los datos que nos indicaba el fabricante, así que todo bien por esta parte.

Continuamos con AS SSD Benchmark, que va a realizar unas pruebas parecidas pero además le va a asignar una puntuación.

Aquí este SSD «sufre» un poco y los datos que nos arroja son peores, pero también son más realistas porque representan mejor las cargas de trabajo a las que someteremos al dispositivo en un uso real.

Como sabéis, este benchmark tiene dos pruebas adicionales, y la primera corresponde a las velocidades que nos ofrecerá copiando diferentes tipos de archivos.

Los datos y los tiempos que aquí vemos no están mal, y corresponden a las características del dispositivo, así que poco que añadir. Veamos ahora cómo se comporta con datos no comprimibles, que normalmente suele ser donde los SSD tienen mayores problemas.

El rendimiento es excelente, incluso a pesar de que el SSD sufre algunos bajones de velocidad de escritura cada cierto tiempo.

Veamos ahora una prueba que nos va a decir con mayor exactitud qué velocidad podemos esperar de este T7 Shield con diferentes tamaños de archivo. Normalmente, los SSD sufren mucho con archivos muy pequeños, así que es importante especialmente para personas que quieran utilizar este SSD para transportar muchos archivos de pequeño tamaño; para ello, utilizamos ATTO Disk Benchmark.

Efectivamente, el rendimiento de este Samsung T7 Shield se ve muy reducido con archivos pequeños, y no es hasta que el tamaño llega a los 256 KB cuando comienza a ofrecernos su máximo rendimiento. Con todo, los datos de rendimiento que ofrece son correctos y cercanos a los que vimos en CrystalDisk Mark.

Para finalizar con las pruebas de rendimiento, veamos qué es lo que Anvil Benchmark tiene que decir. Esta prueba ejecuta diferentes escenarios para comprobar el rendimiento del SSD, y lo mejor de todo es que también nos da su rendimiento aleatorio en IOPS.

Vale, desde luego este Samsung T7 Shield no es un SSD que esté pensado para ser el almacenamiento de una base de datos de gran magnitud porque el rendimiento que nos da aquí deja bastante que desear a este respecto (nos referimos a los IOPS, operaciones simultáneas de entrada y salida), pero el rendimiento sostenido sigue siendo muy bueno y, al final, para esto es para lo que la mayoría quiere un SSD externo, ¿no?

Finalmente, queremos comentaros que este SSD cuenta con su propio software, que nos permitirá actualizar su firmware, ver su estado y establecer una contraseña para cifrar su contenido.

Este software viene ya en el almacenamiento del dispositivo para instalarlo directamente desde ahí, pero también podremos descargarlo gratuitamente desde la web del fabricante si queremos.

Conclusión y veredicto

Está bastante claro que el Samsung T7 Shield no es un SSD diseñado para ofrecernos un rendimiento extremo, sino más bien para tener un dispositivo de almacenamiento que podamos llevar con confianza y seguridad de un sitio a otro sin miedo a que se estropee o a que nos puedan robar los datos.

Con todo, este SSD externo nos ofrece un rendimiento muy digno que ronda los 1.000 MB/s tanto de lectura como de escritura, más que de sobra para utilizarlo para cualquier menester que necesitemos, desde gestión de fotos y archivos hasta para conectarlo a una consola de juegos. Eso sí, su precio lo coloca bastante por encima de lo que suelen costar los SSD externos de la competencia, y esto implica que su relación rendimiento / precio no es tan buena como su relación calidad / precio, que sí lo es.

Por todo ello, creemos que este Samsung T7 Shield se merece nuestro galardón de Oro, así como nuestra recomendación por su diseño porque con su armadura externa y su certificación IP65 es desde luego una apuesta segura para quienes necesitan llevar su información de un sitio a otro con seguridad.