Con cada nuevo nodo de fabricación y el aumento progresivo y acumulado de los costes asociados poco a poco las diferentes fábricas y fundiciones se han ido desmarcando del progreso, lo que llevó a TSMC a tener el monopolio absoluto como fundición para terceros. No obstante, la entrada de Intel como fundición abierta con su plan IDM 2.0 ha hecho que desde TSMC se planteen bajar los costes de su nodo N5 en los Estados Unidos.
A día de hoy podemos catalogar los mercados de dos maneras distintas: el primero de ellos es lo que llamamos un Océano Azul donde no hay competencia y la empresa ofrece un producto o servicio único en el mercado y que por tanto no ofrece ninguna otra. Hasta el momento TSMC estaba metida en un océano azul con sus nodos de N7 y N5, los cuales son los más avanzados que la industria puede ofrecer para la fabricación de nuevos procesadores y que le ha permitido a TSMC tener clientes tan importantes como Apple y AMD.
Intel en cambio pese a ir codo con codo con TSMC solo fabricaba para ella misma, en un modelo de negocio integrado verticalmente donde desde el diseño de los diferentes procesadores hasta su fabricación de los mismos se hacía desde la propia compañía. Pero con la llegada de Pat Gelsinger y la política de Intel de licenciar sus fábricas, parte de la producción será ofrecida a terceros y esto significa que TSMC podría perder algunos (buenos) clientes. ¿Y en qué compiten dos empresas cuando dan el mismo producto o servicio? En el precio, qué es la base de todo océano rojo, siendo esta la segunda manera para catalogar un mercado.
TSMC cambia de planes para su nodo N5 en Estados Unidos
Uno de los planes de TSMC consiste en la construcción de una planta en 2024 para la fabricación chips fabricados bajo su nodo N5 en Arizona, Estados Unidos. Las diferentes fuentes conocedoras de la materia afirman que la planta en Arizona no resulta fácil de construir. Entre varios motivos esgrimen el carácter desértico que por motivos medioambientales acaban afectando al transporte de los materiales base. Aparte de las leyes ambientales, las cuales son mucho más estrictas que en Taiwán y salarios mucho más altos.
La entrada de Intel al mercado de la fabricación de procesadores para terceros en los Estados Unidos, deja los planes de TSMC en dicho país entre la espada y la pared, dado que la planta de Arizona se planteó antes de que Intel hiciese el anuncio de su cambio de estrategia. Esto ha hecho que desde TSMC hayan decidido cambiar por completo su estrategia de fabricación y plantean que esta se haga en conjunto entre Taiwán y los Estados Unidos. Dicho de otra manera, se fabricará en Taiwán y se enviará a Arizona para su ensamblaje, para así reducir costes.
Pese al aumento de los costes de transporte por la COVID-19, el ahorro es del 30% respecto a hacerlo solo en el país presidido en la actualidad por Joe Biden. Lo cual resulta clave para poder competir contra una Intel dispuesta a ceder parte de su capacidad productiva al mejor postor. Ante esta situación TSMC no tiene otra opción que bajar los precios, tanto para atraer a nuevos clientes como para evitar la pérdida de los mismos.
Esto choca frontalmente con la política que acaba de aprobar la empresa, donde ha aumentado los costes un 15% de media. Son más baratos de construir por tanto los 5 nm frente a los 7 nm.