Las principales compañías que se dedican a fabricar tarjetas gráficas cuentan con los modelos más potentes y que en general logran ofrecer unas capacidades extremadamente altas cuando alguien hace que funcionen por encima de lo que deberían. Cuando hablamos de overclock está claro que podríamos pensar en que una RTX 5090 conseguiría tener el récord de la mayor frecuencia alcanzada, pero no es el caso, una GPU integrada de Intel es la que tiene el puesto número 1.
El overclock es una técnica extremadamente eficiente para usuarios que buscan tener un rendimiento superior en componentes que no resultan tan potentes de normal, por lo general muchos usuarios lo utilizan en los procesadores pero también puede aplicarse a las gráficas. Lo más curioso de esto está en que también puede llegar a utilizarse en la gráfica integrada que tienen las CPU, pero nunca imaginábamos que podrían llegar a alcanzar las velocidades que ha demostrado SkatterBencher durante el Computex.
No es la RTX 5090, esta iGPU tiene el récord mundial de overclock
Para muchos usuarios los récords de overclock puede que no signifiquen nada, por lo general resulta casi imposible replicarlos en la vida real ya que utilizan un entorno completamente optimizado para conseguir alcanzar ciertas especificaciones que jamás veríamos en un ordenador normal, pero es cierto que nos permiten ver de qué son capaces los componentes que utilizamos todos los días. Y en este caso vaya si han conseguido sorprendernos, han logrado que una gráfica integrada dentro de un procesador pueda prácticamente duplicar la frecuencia que ofrecen de base muchas de las tarjetas gráficas de marcas como NVIDIA o AMD tienen, llegando a alcanzar hasta 4.25 GHz.
Esto es una mejora que obviamente requiere configuraciones extremas para lograrlo, SkatterBencher ha necesitado mantener el voltaje del procesador en 1.7 V mientras que la temperatura era de -170 grados a base de lanzar nitrógeno líquido sobre el componente para alcanzar esta hazaña. Pero este récord únicamente ha permitido que la iGPU del Core Ultra 9 285K apareciese en GPU-Z con este valor, para realizar los diversos benchmarks que permiten conocer las capacidades máximas que tiene redujo el voltaje a 1.6 V, manteniendo una frecuencia de 3,9 GHz y con una temperatura de -160 grados demostrando que puede llegar a tener unas capacidades impresionantes incluso en juegos.
Y es que tras realizar las pruebas sobre diversos juegos demostró que esta gráfica integrada conseguía alcanzar una mejora extremadamente grande en ciertos títulos al mantener esta frecuencia, en Counter-Strike 2 pasó de tener 50 FPS a unos 86 FPS sólidos, un salto que implica sobrepasar el umbral que tenemos como referencia en términos de rendimiento que son los 60 FPS. En otros juegos más exigentes obviamente se quedaba muy corto, pero aun así logró alcanzar una tasa de frames jugable como es en el caso de Black Myth: Wukong ya que pasó de funcionar a 25 FPS a alcanzar 42 FPS.
Obviamente esto no podemos replicarlo en el ordenador de nuestra casa, pero siempre resulta curioso ver las capacidades que pueden llegar a tener los chips si eliminamos la limitación que suponen las temperaturas que alcanzan.