La primera pantalla OLED 4K enrollable pesa 100 gramos y su grosor es de 0,5 mm
Sharp y NHK han desarrollado en conjunto la primera pantalla OLED enrollable de 30 pulgadas que tiene resolución 4K y funciona a 60 Hz de frecuencia de refresco. Tiene la particularidad de que tan solo pesa 100 gramos y su grosor es de medio milímetro, por lo que es fácilmente maleable y, de hecho, se puede guardar en un cilindro de 4 centímetros de diámetro.
Este prototipo que ambas compañías han presentado ya en sociedad tiene una diagonal de 30 pulgadas, y cuenta con una matriz OLED que ofrece una resolución de 3840 x 2160 píxeles a 60 Hz. Ha sido fabricada por Sharp en una de sus fábricas de Japón, y utiliza una pantalla con substrato y transistores IGZO para mover los elementos OLED en los diferentes subpíxeles RGB y así crear la imagen. NHK ha colaborado con su tecnología de procesado de imágenes que mejora la uniformidad del brillo en la pantalla aunque esté doblada.
Es la primera pantalla enrollable integrada en una base
Por el momento es un prototipo y ninguna de las dos compañías ha hablado de producción en masa todavía, pero desde luego que el prototipo parece muy avanzado hasta el punto de que lo mostraron en una base que es capaz de enrollar la pantalla y guardarla en su interior para ocupar el mínimo espacio, siendo ideal para ocultar la pantalla o integrarla en muebles como si fuera mera decoración.
Esta pantalla enrollable, que todavía no tiene ni siquiera nombre, está siendo presentada en sociedad durante la feria Intel BEE 2019 que está teniendo lugar en Chiba, Japón, hasta el día 15 de Noviembre. Dependerá del éxito que tenga en dicha feria y de si encuentran inversores el que termine siendo un producto comercial, pero en cualquier caso contad con que incluso siendo así tardaremos bastante en verlo en tiendas, y de ser así, será además con un precio prohibitivo.
Es lo que sucede siempre cuando aparecen los primeros productos de una nueva tecnología, que su precio está solo al alcance de unos pocos y tienen que pasar bastantes años hasta que se convierte en un producto de consumo de verdad (siempre recuerdo mi primer pendrive USB, de 512 MB que me costó 47 euros). En cualquier caso, esto puede suponer el inicio de una nueva tecnología que podría extenderse al mercado de consumo dentro de poco tiempo y eso siempre es bueno, puesto que obligará a otros productos a adaptarse al mercado y bajar sus precios para competir.
Ya veremos qué sucede finalmente puesto que, en cualquier caso, lo que han mostrado es un mero prototipo y como tal podría no llegar nunca al mercado de consumo.