Seguramente te hayas planteado conectar tu PC gaming a tu SmartTV para disfrutar más de tus juegos favoritos. Conectar el PC a la televisión es bastante sencillo, solo necesitamos un cable HDMI o un DisplayPort (si es que la TV lo tiene, que no es frecuente), pero hacerlo no siempre es recomendable y el motivo principal es porque te puedes dañar la vista. Te lo explicamos en seguida.
Puede que no lo sepas, pero según el tamaño y tipo de panel, debe existir una distancia entre nuestros ojos y la pantalla para que la vista no sufra en demasía. La distancia que debe existir aumenta a medida que aumentamos las dimensiones de la pantalla en cuestión, así que optar por una SmartTV como monitor gaming puede ser una muy mala idea dependiendo de estos factores.
Smart TV como monitor: qué debes tener en cuenta
Hay varios factores que desaconsejan utilizar una SmartTV como si fuera un monitor para jugar (o trabajar). El principal es la distancia a la que debes estar de la pantalla, ya que cuanto más grande sea, mayor debe ser la distancia. Luego hay otros factores, como la tasa de refresco o el tiempo de respuesta.
Lo primero que debes tener en cuenta, que las televisiones o SmartTV están pensadas para ser usadas a cierta distancia. Normalmente, entre el sofá de casa y el televisor suele existir un metro o más de distancia. Para pantallas de 32 pulgadas en adelante, se recomienda siempre una separación entre nuestros ojos y la pantalla de más de un metro. Si hablamos de televisores de 40-50 pulgadas, ya se recomienda entre 1.2-1.5 metros de distancia.
Mantener la distancia en el salón de casa es simple, pero en los escritorios no lo es tanto. Habitualmente, la superficie del escritorio suele tener entre 60-80 cm de profundidad. Además, lo habitual es que exista una pequeña distancia entre la parte trasera del monitor y la pared. Así que, si la profundidad es de 80cm, lo más probable es que el monitor esté a unos 75-70 cm de nuestros ojos.
Ahora bien, si lo que haremos es conectar el ordenador a la SmartTV que tenemos en el salón, no hay problema. La distancia es más que suficiente y no debería existir ningún tipo de problema de fatiga visual.
Pero, tenlo en cuenta, además de la fatiga visual pueden existir otros problemas de índole muscular, y es que al ser una pantalla grande y no estar a la distancia adecuada, te verás obligado a girar el cuello para mirar los extremos, hecho que terminará dándote dolor cervical.
Otros factores que influyen
Pese a que la distancia es el factor más relevante, la tasa de refresco y el tiempo de respuesta son importantes. Los monitores para jugar están desarrollados para soportar elevadas tasas de refresco y tiempos de respuesta bajos. Actualmente, la mayoría de monitores gaming se mueven entre los 120-144 Hz, como mínimo, llegando a los 240 Hz o más. Mientras que las televisiones están pensadas para mostrar imagen, así que, en la mayoría de los casos, suelen tener una tasa de refresco máxima de 60 Hz.
Bien es cierto que algunos televisores han empezado a soportar AMD FreeSync, ya que las PlayStation 5 y Xbox Series X utilizan procesador y tarjeta gráfica de AMD. Pese a todo, aún son pocos las SmartTV que soportan esta tecnología. Mayormente, el soporte está siendo ofrecido por parte de LG y en algunos televisores de alta gama.
Otro de los problemas presentes es el tiempo de respuesta, que es el tiempo en que un píxel cambia de color. Los monitores de gama media se suelen mover entre los 2-4 ms GtG, mientras que los de gama alta suelen fluctuar entre los 1-2 ms, incluso menos. Para las televisiones estos tiempos suelen ser de 5 ms o incluso más, dependiendo de la calidad. Esto hace que se puedan dar imágenes borrosas o peor calidad de color.
Para resumir, usar una SmartTV para jugar en PC, si está en el salón o hay un metro de distancia, está bien. Pero si lo vamos a usar como monitor habitual, sea o no para jugar, lo que haremos será fastidiarnos la vista.