Gracias a internet y la proliferación de las tiendas digitales hemos vivido un bum de juegos pequeños, indies que llaman algunos, y que ha provocado como consecuencia que una cantidad ingente de estudios salgan adelante en esta industria, al permitirnos disfrutar de pequeñas experiencias jugables que se apartan de los grandes focos de los AAA. Y en este caso vamos a rebozarnos en el maravilloso charco que ha puesto a nuestros pies Somerville.
Nuevos mundos imposibles
El 15 de noviembre de 2022 muchos tenían apuntado en rojo dentro del calendario la llegada al fin de Somerville. Un pequeño desarrollo indie, producido por Dino Patti (ex Playdead) y que parecía repetir la misma fórmula de éxito de dos de sus trabajos anteriores como son Limbo e Inside. ¿No los conocéis? Seguramente se trate de los dos lanzamientos independientes más jugados y versionados de la última década y esencia misma de ese nuevo terreno de juego de pequeños estudios con ideas brillantes que han crecido gracias a la distribución digital.
Sea como fuere, tanto Limbo como sobre todo Inside, nos narraban a través de su protagonista una historia de esas que le llegan a sobrecoger a uno. Juegos que ofrecen un entretenimiento muy ligero, de unas pocas horas, pero que recompensan sobradamente gracias a un cuidado máximo por los detalles. Tanto gráficos, como de sonido y, sobre todo, argumentales. No se trata tanto de deslumbrarnos demasiado con efectos especiales increíbles como influirnos en lo anímico y personal.
Somerville va por ese camino y ya lo tenéis disponible en Xbox Game Pass, tanto para las consolas de Microsoft como en PC si tienes la suscripción Ultimate, así como en tiendas como Steam, etc. Además, su precio no es precisamente un obstáculo para hacernos con él si vives alejado de la tarifa plana de los norteamericanos ya que cuesta solo 24,50 euros. Eso sí, de momento en PlayStation no hay visos de que vaya a llegar…
¿Qué es Somerville?
Si habéis disfrutado de los soberbios Limbo e Inside seguro que ya os hacéis una idea: una aventura con aspecto de plataformas que no se desarrolla tanto a través de un clásico scroll lateral como en un único plano de movimiento del personaje, bien a izquierda o derecha o bien avanzar o retroceder. Mientras, tendremos que preocuparnos por esquivar o no ser vistos por los enemigos, resolver puzles y asistir impávidos a lo que ocurre a nuestro alrededor. Que ya os avisamos que no es nada bueno porque el mundo, según parece, está sufriendo una especie de Guerra de los Mundos con enormes criaturas que lo arrasan todo.
Somerville destaca por su aspecto gráfico, que recuerda a las viñetas de un cómic con unas formas que juegan solo con colores planos. Es, sin duda, uno de sus grandes atractivos porque llega a recordarnos (lejanamente) al mítico Another World de Delphine. Lo que ya es decir mucho.
Así que si estás un poco cansado de esos juegos AAA que todo lo pueden con sus enormes mundos y decenas de horas de juego, prueba a sumergirte en Somerville. Un pequeño sorbo de aire fresco de esos que de vez en cuando llegan al mundo de los videojuegos. Como Limbo e Inside que, seguramente, ya los has jugado. ¿A que sí?