La llegada de los modelos de suscripción a todos los contenidos audiovisuales han permitido a una gran cantidad de personas poder acceder a cualquier tipo de serie, película, música o incluso videojuego desde cualquier lugar que tenga una conexión a internet. Pero en este aspecto si hablamos de los últimos tiene un sentido mucho mayor, ya que a diferencia de los demás contenidos los videojuegos requieren un hardware específico para poder utilizarlos algo que impide que una gran cantidad de usuarios puedan llegar a acceder por no tenerlo, dejando un gran espacio a las suscripciones para poder jugar mediante streaming.
Uno de los principales problemas que tienen los videojuegos actuales está en los requisitos que piden, muchos de los nuevos títulos necesitan un hardware que la gran mayoría de las veces tan solo unos pocos usuarios tienen, impidiendo que se puedan disfrutar con las mejores opciones gráficas y con una buena fluidez. Por este mismo motivo cada vez son más las personas que recurren a las suscripciones que permiten jugar en streaming, aunque es probable que para muchos usuarios no merezca la pena debido a que implica un pago mensual por poder utilizar ciertos juegos, a continuación os comentamos tanto sus ventajas como sus desventajas.
Las suscripciones de streaming para videojuegos, ventajas y desventajas
A la hora de jugar hay una gran cantidad de alternativas en el mercado, si el hardware del usuario no soporta los juegos más novedosos siempre puede optar por utilizar aquellos que tienen menos requisitos como los títulos indie que tienen un estilo gráfico distinto o directamente otros de hace unos cuantos años. Pero durante los últimos años también se han desarrollado plataformas específicas a las que se puede acceder mediante un pago mensual y que permiten hacer uso de los propios servidores de una compañía para ejecutar el juego, algo que tiene ciertas ventajas.
El hecho de no utilizar el hardware de la persona hace que pueda utilizar cualquier videojuego con la configuración gráfica que desea ya que los servidores virtuales en los que se alojan suelen estar optimizados para ofrecer un juego fluido con una calidad gráfica realmente alta. Además de esto también está el hecho de poder acceder a diversos títulos que tiene la propia suscripción (si hablamos de Amazon Luna o Gamepass), mientras que otras suscripciones como GeForce NOW ofrecen al usuario la capacidad de jugar a sus propios títulos con el mayor rendimiento posible.
Pero también hay aspectos bastante malos que podemos considerar como desventajas, el primero pasaría por nombrar a las plataformas de streaming que tienen un catálogo de juegos como Gamepass, ya que para este caso el problema estaría en que este se actualiza con frecuencia, por lo que un título que el usuario esté jugando puede desaparecer prácticamente al mes siguiente. Por otra parte si hablamos de otro estilo de suscripción como GeForce NOW en el que el jugador únicamente paga por utilizar el servidor obviamente tendrá que comprar los juegos que quiera, algo que es un gasto adicional.
¿Entonces merece la pena?
Al igual que con todo lo relacionado con el hardware hay situaciones muy especificas en las que algo puede resultar bastante útil para ciertas personas, las suscripciones de streaming habilitan que personas que no quieren invertir una gran cantidad de dinero en un ordenador (y que tengan buena conexión a internet) puedan jugar como si tuviesen uno de última generación. Esto implica que para quienes buscan jugar de forma casual o simplemente jugar a un título durante muchas horas es algo que puede merecer la pena.
Si comparamos por ejemplo el precio de un PC con la suscripción Ultimate que ofrece GeForce NOW veremos que nos ofrece un hardware que de normal podría costar más de 2000€ por 22€ al mes, es decir que tardaríamos en invertir lo mismo que en el propio hardware más de siete años.
Por otra parte este tipo de suscripciones tienen el gran problema de que al final dependen de una conexión a internet que resulte realmente estable, esto implica que para aquellas que son un poco peores el título obviamente puede sufrir ciertos problemas como artefactos visuales o desconexiones. A esto habría que sumarle el catálogo limitado que tienen ya que obviamente no cuentan con todos y cada uno de los juegos que hay en el mercado, si al usuario le apetece jugar a un título específico que no está entonces tendría que utilizar su propio ordenador para ello.
El resumen es bastante claro, si la persona busca jugar con la mejor calidad posible sin gastar demasiado pero accediendo a las limitaciones que tienen lo mejor es utilizar un servicio de suscripción, pero si por el contrario lo que busca es una mayor versatilidad aunque implique una inversión inicial más alta, es mejor que opte por comprar un ordenador.