Hay veces en las que uno encuentra el éxito cuando menos lo espera y lo busca. Y eso es justo lo que ha ocurrido en los últimos días tras el ciclón del showcase con Bethesda en el que se hablaron de muchos títulos y, algunos, de tapadillo. Ha sido uno de ellos, HIFI Rush, que está disponible para Xbox, PC y Game Pass en la nube, el que en menos de una semana ha escalado todos los ránkings de clasificación de éxito que podáis imaginar.
Una fórmula imbatible
El caso es que el juego se anunció de forma sorpresiva, sin que nadie tuviera noticias previas de él y que, encima, venía firmado por Tango Gameworks, los responsables de obras tan radicalmente distintas a HIFI Rush como The Evil Within. Con todo eso sobre la mesa, cualquier aficionado podría pensar que cuál es la razón para que se haya producido esta explosión de jugabilidad que nos recuerda, de refilón y sin ahondar demasiado, a nombres como Jet Set Radio o Sunset Overdrive. Por gameplay no tienen nada que ver (obviamente), pero sí en ese primer vistazo colorido, frenético y prácticamente cercano en apariencia al de un cómic.
En realidad, HIFI Rush esconde un desarrollo muy simple pero tremendamente efectivo en el que se mezclan las plataformas y la necesidad de sincronizar todo lo que hacemos respetando el ritmo de la música. Eso, queramos o no, también emparenta por género a este título con obras maestras del nivel de Rez, aunque su aspecto y desarrollo sean radicalmente distintos a los del juegarral de SEGA. Pero mezclar todo lo que llevamos dicho e imaginad lo que puede salir de ahí.
El caso es que en apenas unas horas (no se había cumplido un solo día a la venta), HIFI Rush había alcanzado los primeros puestos de descarga en tiendas de PC como Steam, y en Game Pass la cosa no era muy diferente.
¿A qué estás esperando?
Si tienes un PC, o una Xbox y te has suscrito a Game Pass, ni lo dudes. Bájate ahora mismo este HIFI Rush porque supone una experiencia completamente distinta a todo lo que has jugado en los últimos 12 meses. ¿Por qué? Bueno, se aleja de conceptos tan populares como los sandbox, la exploración, el rol, las aventuras y nos impulsa a simplemente saltar, a demostrar esa habilidad de 8 y 16 bits que todos llevamos dentro desde los tiempos de NES, Mega Drive o Super Nintendo.
Es curioso que Microsoft haya encontrado (¿accidentalmente?) un posible camino a su erial de exclusivos en proyectos que parecen sacados de una reunión de colegas que se cuentan unos a otros las ideas más disparatadas imaginables. High on Life o este HIFI Rush son muestras de que hay que dejar libertad a los estudios para que revolucionen, para que demuestren su talento más allá de forzar su trabajo con fórmulas estrictas, cerradas y muchas veces guiadas simplemente por las modas.
Xbox y PC tienen la suerte de contar con este juego, que es adictivo (como se decía hace algunos años) como pocos y que cuando te coge no te suelta durante horas. Y no lo decimos por agradar los oídos de los maltratados usuarios de Microsoft, sino porque de forma sorprendente y visto cómo lo presentaron en el showcase, da la impresión de que nadie de la división de juegos dirigida por Phil Spencer era consciente de todo su potencial.
Pero ahora que lo tenemos, hay que celebrarlo por todo lo alto y al ritmo de la música.