Pues ya se ha terminado. Diablo IV no volverá a dejarte jugar con él salvo que lo tengas comprado y el mismo día 6 de junio te pongas manos a la obra con la nueva visión de Santuario diseñada por Blizzard a lo largo de los últimos 11 años. Que es el tiempo transcurrido también desde que Diablo III llegará a las tiendas un 15 de mayo de 2012. ¡Cómo pasa el tiempo!
Adiós a la última beta
Así las cosas, parece que la prueba del fin de semana ha dejado exhaustos a los fans del título de Blizzard que se bajaron el cliente para echarse unas partidas y que a pesar de no tratarse de la versión final, ocupaba su buena cantidad de gigas. Aun así, parece claro que no nos va a servir de nada tenerlo instalado en el PC o la consola y para dejárnoslo bien claro, han salido desde la compañía a decirnos algo que parece evidente. ¿O no?
Ha sido Adam Fletcher, Global Community Development Director de todo lo que tiene que ver con Diablo, el que ha salido a las pocas horas de terminar la última beta para recordar a todos los que la hayan probado que «solo un aviso… no es necesario que conserve sus clientes de Server Slam de #DiabloIV. La versión completa del juego será completamente diferente, por lo que no es necesario malgastar espacio en disco para ello».
Adam Fletcher@PezRadarJust a heads up… you do not need to keep your #DiabloIV Server Slam clients. The full version of the game will be wholly different so there isn’t a need to use drive space for it. 👍🏻15 de mayo, 2023 • 04:31
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A bote pronto es algo que nos parece demasiado obvio, pero es cierto que de vez en cuando aparece un despistado que deja ahí el cliente de la beta y cuando el juego llega a las tiendas, se queja amargamente por redes de que no puede meterse a echar unas partidas. Así que es mejor curarse en salud, dar por bueno que un porcentaje de gamers no se acordará de hacer algo tan básico e intentar alertar a todos. Aunque algunos os podáis ofender.
Da igual consolas o PC, ¡bórralo!
Es importante decir que este anuncio es especialmente relevante para quienes ya han adquirido Diablo IV en alguna de sus versiones para PC o consolas que llegan el próximo 6 de junio, porque serán ellos los que en los días previos tengan que bajarse el nuevo cliente que será más pesado que el que hemos venido disfrutando a lo largo y ancho de las últimas versiones beta.
Así que de ahí que sea recomendable no dejar rastro en Battle.net nada que huela a esas versiones de prueba tanto de marzo como de mayo. Es más, tened en cuenta que si habéis comprado alguna versión especial, como la Digital Deluxe o la Ultimate Edition, el día en el que podréis jugar con el título de Blizzard se adelanta al viernes 2 de junio, por lo que podréis descargar el cliente completo con una mayor antelación todavía. Así que no tenéi mejor excusa para limpiar ya el ordenador de builds obsoletas.
Recordad que en marzo ya vivimos dos fines de semana seguidos y que no ha sido hasta este último de mayo (12, 13 y 14) que se han terminado todos los experimentos alrededor de un Diablo IV que ya es completamente Gold por lo que, para los norteamericanos, técnicamente su título no tendrá más cambios más allá de todos los previstos para después del 6 de junio y que no serán pocos.
Tened en cuenta que a Blizzard le esperan años de seguir corrigiendo errores y de ir añadiendo nuevo contenido y recompensas para las diferentes temporadas que se irán sucediendo a lo largo de la próxima ¿década?, cuando llegue a las tiendas un nuevo Diablo V que, si nada se tuerce, podría ver la luz en 2034. ¿Os parece muy lejano? Esperad, veréis cómo a la que nos descuidemos ya estamos allí.
De momento, apenas quedan unos días para que el ansiado Diablo IV llegue a PC y consolas, en un lanzamiento que promete marcar un nuevo hito en lo que va de 2023, un año que se está significando por algunos fenómenos jugables de primer nivel que superan lo visto en anteriores ejercicios. Hogwarts Legacy o The Legend of Zelda Tears of the Kingdom son otros ejemplos de esa buena salud de la que presume la industria y que la ha llevado a convertirse en la primera del mundo en lo que a entretenimiento se refiere. Muy por encima de la música o el cine.