¿Por qué hay ciertas tecnologías que fracasan en el mercado pese a ser superiores sobre el papel que otras? ¿Sabías que muchas de las cosas que utilizas a día de hoy empezaron siendo productos de alto rendimiento? ¿Es posible cambiar los hábitos de consumo de la gente y cuándo ocurre esto? Hoy os hablaremos del concepto de las innovaciones de ruptura y por qué las torres gaming están sufriendo una que les llevará a desaparecer en unos años.
Lo primero de todo, y por la parte que nos toca, es definir lo que son las innovaciones de ruptura. Estas son aquellas que cambian la forma de hacer un trabajo, creando una nueva categoría de productos que termina por reemplazar en uso y con el tiempo a la tecnología anterior. En las últimas décadas, hemos visto varios ejemplos, por ejemplo las pantallas LCD primigenias se veían peor que las CRT, pero ocupan menos espacio y consumen menos, las cámaras digitales no se ven limitadas en número de fotos y no las hemos de llevar a revelar como las de carrete. Ya nadie tiene estanterías con películas por el hecho de que la descarga digital y el streaming son mucho más cómodos.
Entendiendo que es una innovación de ruptura
Una de las cosas que hemos de tener en cuenta es el concepto rendimiento y como el usuario medio lo acaba captando. Esto no es más que la capacidad para hacer una tarea concreta, mientras este se encuentre en deficiencia habrá un requisito para que este sea mayor. Una vez se ha alcanzado el punto óptimo, cada mejora del mismo sobre lo necesario es visto como un lujo y el interés empieza a centrarse en otras métricas.
Por ejemplo, en el caso de la batalla entre los discos duros y los SSD tenemos que los primeros ganan en coste por almacenamiento, sin embargo, hay un punto donde los Teras de más no aportan valor adicional al usuario, ya que cada vez se vuelven menos útiles. También podemos intentar venderle un ratón para MMO con un alto DPI, macros programables y botones extras a alguien que lo usará para oficina, no va a usarlas y no le son un valor adicional.
Es decir, cada uno de nosotros es un mundo y tenemos una forma distinta de absorber la tecnología. Y es importante tener en cuenta esto por el hecho que a veces lo que a nosotros nos puede parecer un baremo ideal no lo es para el resto de la gente. Es por ello que cuando hay un giro en el consumo, los más entusiastas suelen ser los más reacios. Dado que siempre empieza como un producto de bajas especificaciones para el usuario de a pie.
¿Se acerca el fin de las torres gaming?
Esto que decimos no es una afirmación, sino que se trata de una pregunta. A día de hoy existen una serie de directrices en cuanto a consumo energético que se han de cumplir para vender un ordenador de torre completo en las tiendas. Claro está que el estándar actual viene del año 2014, cuando si bien había preocupación por el cambio climático, los organismos reguladores no estaban copados por gente obsesionada con el tema.
Al mismo tiempo tenemos que el estándar ATX 3.0 ha subido el consumo energético de los PC, una barbaridad y aunque por el momento esto no se note, ya que es más bien es un futuro a corto plazo, la obsesión por reducir el cambio climático y la huella del carbono harán que tarde o temprano los burócratas de todo el mundo, los que regulan que productos pueden salir y cuáles no, decidan ponerle un veto a la torre para jugar extremadamente potente.
Mientras tanto, en las tiendas los portátiles vuelan en cuanto a ventas y las torres gaming preconstruidas que se suelen ver se venden cada vez menos. Los portátiles son la innovación de ruptura de las torres y cuando estos son lo suficientemente buenos las dejan cogiendo polvo y no se venden. Por lo que el incentivo es cada vez menor. Si a esto le sumamos una subida de precios insostenible para el mercado gaming, al final lo que queda es solo el mercado de «Hazlo tu mismo».
¿Cómo afectaría esto al mercado de componentes?
En el caso de que se decida recortar el consumo máximo de los PC de torre, esto significaría la desaparición de productos de alto rendimiento que se aprovechan de este alto nivel de potencia. Si tenemos que hacer una predicción sobre lo que nos puede deparar este «distópico» futuro sería que todo aquello que no tenga equivalente en ordenadores portátiles va a desaparecer. Lo cual no significa que vayamos a dejar de ver sistemas de sobremesa, sino que veremos un auge de los sistemas con todo integrado o un auge de los MiniPC.