Debes saber que, a lo largo de la historia, se han dado muchos fallos en informática e ingeniería por fallos en la traducción. La mayoría de estos fallos se suelen dar por conversiones erróneas de unidades de medida. Algo así pasó el 4 de junio de 1996, cuando el cohete Ariane 5 destinado a desplegar satélites, sufrió un fallo catastrófico al poco de despegar.
Los errores de software son algo bastante común y con los que lidiamos constantemente. Un error usual en un programa puede obligarnos a cerrarlo forzadamente o pueden generar pantallazos azules. Claro, esto a nivel de usuario.
Precisamente, fue un error de software lo que terminó provocando que el cohete Ariane 5 terminara explotando. El problema fue bastante tonto, pero terminó costando decenas de millones de euros. Vamos a contarte esta curiosa historia.
Una conversión de unidades terminó en desastre
Si hablamos de misiones espaciales, seguramente la primera agencia que te venga a la cabeza es la NASA. La agencia espacial estadounidense es la más conocida a nivel mundial, pero existen muchas otras. Luego tenemos la ESA (European Space Agency), o la Agencia Espacial Europea que desarrolla una gran cantidad de proyectos.
Debemos remontarnos al 4 de junio de 1996, cuando la ESA tenía previsto el lanzamiento de la primera versión de la Ariane 5. Esta misión tenía como objetivo desplegar un conjunto de satélites pesados en la órbita terrestre. Solo 39 segundos después del despegue, la nave sufre un fallo catastrófico y explota.
El motivo por el cual la nave terminó destruyéndose es por un simple error de software. No, no se generó un pantallazo azul ni nada así, fue un error de traducción. Concretamente, el problema se originó en un error en la conversión de un número de punto flotante a un número entero en el sistema de navegación.
Para el sistema de guiado de la Ariane 5 se «reciclaron» partes del sistema de la Ariane 4, una versión más pequeña del cohete. Como se reutilizó el software, no se detectó un error crítico que no se daba en el cohete anterior. El problema es que la Ariane 4 era más «lento», no requería tanta velocidad.
Básicamente, el software trababa de convertir un número decimal (de punto flotante) a un número entero (sin decimales). Durante el proceso de la conversión se perdía información crucial para la trayectoria del cohete. Este fallo generó que el sistema de navegación diera datos erróneos sobre la posición y velocidad de la aeronave.
Como es lógico, antes estos errores de posición y velocidad, la trayectoria del cohete rápidamente se desvió de la prevista. Destacar que los sistemas de seguridad detectaron el fallo, pero corregir el rumbo ya no fue posible.
Debido al rumbo erróneo de la Ariane 5, el cohete se desintegró en la atmósfera a unos 4 kilómetros de altitud. También se destruyó la carga en el accidente, que era un satélite de comunicaciones indonesio valorado en 500 millones de dólares.
Obviamente, se llevó a cabo una investigación exhaustiva para encontrar el error que había llevado a la destrucción de la Ariane 5. Se detectó el error en el software y los fallos en los diferentes procedimientos de seguridad. Para los siguientes cohetes Ariane 5 se realizaron grandes cambios en la fabricación de las naves para que no volviera a ocurrir.